Pages

jeudi, octobre 09, 2008

Texto presentación

Cuelgo, para las personas que no han estado y que he extraado en la presentación la que hiz Eve Gil, escritora mexicana, que también a puesto en su blog: La trenza de Sor Juana. Dice cosas que yo no había visto hasta ahora en mis recientes libros: ese salto hacia el otro, y que de alguna manera también trato en el último texto publicado en Porta9.... por eso sirve la crítica, por eso es importante la opinión de los demás: completa el trabajo. Sigo celebrado por Le Clézio...

EROTIKAO
EVE GIL

A veces basta el título de un libro para hacerte desear ardientemente leerlo, caso de El último cuerpo de Úrsula, de Patricia de Souza, que llegó a mis manos a través de una afortunada compra. Tras la lectura de la citada novela que nos hace descender a los íntimos infiernos de una mujer doblemente encarcelada –el propio cuerpo llega a ser una especie de prisión-, me avoqué a localizar más títulos de esta autora originaria de Lima, Perú y mi sorpresa fue en crescendo tras leer Stabat Mater, que de nuevo me hizo experimentar una gama de emociones y sensaciones que solo plumas muy notables consiguen transmitir a sus lectores. Me volví, pues, fan de Patricia de Souza, sobre la que he escrito abundantemente.
Nunca imaginé que terminaríamos siendo amigas. Pero no obstante una serie de características que me la hacían parecer inalcanzable –su nomadismo académico, su posición privilegiada en los recuentos de jóvenes talentos latinoamericanos y la admiración que su obra despertaba en la aristocracia del ámbito literario en lengua castellana- Patricia me brindó su amistad y confianza tras una serie de intercambios vía electrónica. Se tomó la molestia de leer mi propia obra y comentarla con generosidad conmovedora y hasta terminamos platicándonos nuestras respectivas biografías sentimentales. Gracias a una serie de circunstancias de tipo amoroso-diplomático, Patricia terminó creando una sub sede en la ciudad de México, convertida en lugar de tránsito obligado, lo mismo que París y Lima. Fue así como consolidamos nuestra amistad y fui testigo de la publicación del que sería su primer libro “mexicano”, Erótika, escenas de la vida sexual.
Vale la pena destacar que este libro no se parece a ninguno previamente publicado por Patricia, en primer lugar porque, dicho por ella misma, su género es la novela y no el relato. Sin embargo, apuntaría Patricia, los textos que comprenden Erótika, escenas de la vida sexual, no son propiamente relatos, sino, según lo indica el subtítulo: escenas. Aunque algunos pudieran pasar por “relatos”, en el más estricto sentido de las convenciones del género, en su mayoría son, efectivamente, escenas, esto es, no en términos teatrales sino cinematográficos, flash backs de experiencias sexuales. No confundir, por favor, con pornografía: en las escenas de Patricia, los actos y los impulsos van acompañados de una indagación de tipo filosófico-existencial, más que psicológico (es, por fortuna, más hija de la misteriosa pero sabia autora de Historia de O, que de Freud). Nada hay de insustancial ni de gratuitamente calenturiento en las escenas de Patricia, lo cual no significa que no pulsen el centro nervioso del Eros.
Justo aquí considero pertinente abrir un paréntesis: Patricia de Souza está, creo yo, más influida por la literatura francesa que por la latinoamericana. Las escritoras latinoamericanas, los escritores latinoamericanos también, tienden a rehuir el tono autobiográfico, más aún el confesional. Ocurre lo opuesto con los franceses y los ejemplos abundan. No se trata, hay que aclarar, de una tendencia exclusivamente masculina: las escritoras francesas se adelantaron en este terreno. El talante de Patricia de Souza es mucho más próximo al de Anäis Nin o al de su contemporánea, Annie Ernaux, que al de cualquier autora latinoamericana o española, por muy audaz que sea su propuesta ética y estética. Los dilemas planteados por la antes nombrada Anäis y Simone de Beauvoir, tan vigentes en nuestro entorno, son rebasados de sobra por Patricia de Souza, quien ya no plantea la posición de la mujer ante su derecho al goce sexual, sino la vulnerabilidad psíquica de los varones frente a la fortaleza que han alimentado las mujeres.
En las escenas de Patricia, en la mayoría por lo menos, son ellas quienes propician el acercamiento y después rehúyen un probable compromiso. No lo hacen por maldad ni por venganza, como pudiera pensarse, sino porque, a través de los siglos, han terminado por asimilar los temores masculinos y, en ciertos casos, volverlos suyos. Las narradoras de Erótika, escenas de la vida sexual, experimentan una atracción consciente y reflexionada hacia hombres psíquicamente vulnerables, ya sean los que pasan las de Caín para adaptarse a una sociedad cada vez más intolerante hacia las exhibiciones de machismo; ya los muy jóvenes que crecieron bajo el ala de una madre más bien remota y bajada del pedestal que les inculcó el sentido de la igualdad. Toda transición política y social entraña conflictos en la vida íntima, y en cierto modo estas magistrales escenas reflejan esa circunstancia tremendamente contemporánea. Estas frases tomadas del texto “Clelia” son muy representativas de la filosofía manejada a través del libro: “… desnuda, sentía que era vulnerable, que cualquier cosa podía herirme (…) Basta que deseemos realmente algo para que eso deje de pertenecernos.” (p. 93).
El punto de contacto entre Erótika, escenas de la vida sexual y las novelas de Patricia de Souza, es esa contemporaneidad, casi brutal, pornográfica en el más estricto sentido del término, tan propia de quienes salen del llamado “tercer mundo” para explorar las ventajas y veleidades del primero. Pero el viaje de esta autora extraordinaria no ha sido solo geográfico. Ha sido ante todo emotivo y literario. Créanme: leer a Patricia de Souza es una experiencia muy otra: fascinante.

Erótika, escenas de la vida sexual
Patricia de Souza
Editorial JUS
México, 2008
100 pps

Aucun commentaire: