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lundi, juin 25, 2012

25 de junio en París

Café Sara Bernhard, cielo bajo, gris
hace frío en el norte
y París está en el norte
una película,
otra
las colas serpentean en la entrada
mucha gente de edad,
la cara marcada
el rictus rígido
huir de esa imagen
pensar en mañanas limpias
imaginación
sueño porque no dejo que me alcance la fijación
o ¿sueño porque no estoy despierta?
no del todo
lo sé
hay algo en mí que huye de la realidad
la realidad de una madre con la que no converso pero que escucho en el teléfono
la falta de diálogos,
solo algunos,
apresurados
algunos nobles
diría, muchas personas nobles
pocos hombres que realmente escuchen
muchas mujeres
y mujeres solas
como terminar este devaneo
poner punto final
dejar un punto solitario y rotundo
no tengo ni idea

samedi, juin 23, 2012

La superficie

Tengo que hacer esfuerzos para entrar dentro de mí y buscar escenas, frases, huellas. El tumulto de París, me distrae, de hecho, es un afuera que está cargado de mensajes, lo que me hace mantenerme en la superficie de mí misma, cosa que no puede durar. Ayer hablaba con una amiga de qué era lo importante, y para mí está claro que busco esos estados de intimidad, de unidad, no sé muy bien cómo explicarlo, es decir, que la experiencia resuene dentro de mí con sus propios significados, que encuentre el silencio. Caminado casi hasta la Torre Eiffel en medio de calles saturadas de comercio, vitrinas de un extremos refinamiento. En mi estudio en ruido de una escuela es un barullo al que me voy acostumbrando. Necesitaba entrar en mí, en este espacio interior que el blog si permite y que es enemigo del FB. ¿Por qué?, porque mientras aquí nos dirigimos a personas ausentes, en el fb hay una inmediatez que condiciona lo que decimos al saber que será leído inmediatemente. Aquí, nunca se sabe, es un albur, y tanto mejor. Hoy quisiera ver la exposición de Artemisa, en el musoe Maillol, luego una cena en casa de "peruanistas francesas, muy agradables...
Necesito hablar con  mi madre, oír su timbre de voz, saber qué pasa con mi lado peruano. Ah, olvidaba, ayer, en TVE pasaron un reportaje sobre presos españoles detenidos en el Perú por narcotráfico. Se me encogió el corazón al ver Lima desde aquí, me pregunté, qué significa mi país, en cómo ese valor ha sido compartida con otros países, y sin embargo sigue siendo tan importante. Sentía lejanía, aunque en el fondo siento que estoy cerca.

foto: el Café Le Danton, en París, mi lugar de encuentro.

dimanche, juin 17, 2012

El silencio de París

Una de las cosas que más me sorprenden al llegar a París es el silencio que puede encerrar una ciudad tan poblada, la gente discurre lenta, suave, rodeada de un ligero ruido de autos. Los cantos de los pájaros son tan distintos a los de Caracas: reconozco que mi primera impresión fue de sentirme desubicada al no encontrarme por la mañana con la maraña verde de allá y el tejido tupido de los pájaros, en cambio, ayer había un cielo gris, tupido, y hoy uno claro y iluminado donde sobresale el símbolo fálico de la Torre Eiffel. Ayer me dediqué a lo que llamo "pequeños placeres mezquinos" como son comer un buen pan, queso con finas hierbas, tarama, palta de Perú (sí, es alucinante) un té de Verbene en Les deux Magots  con mi amigo César, una larga caminata por Saint Germain, la visita a la librería La hune, que ahora ocupa el lugar de la boutique de Dior, una cosa rarísima en este mundo tan frívolo. Y una cosa todavía más extraña, sentí, no bien llegué, que mi cabeza está configurada, ahora, de otra manera, que este mundo funciona, gira, gracias a un consumo puntual, pero que la vida de las personas que circulaban, esencialmente, estaba muy desvalida, muy desprotegida. No sé cuándo he percibido esto, tal vez cuando entré a la boutique Orange y vi a una mujer sentada, visiblemente cansada, o golpeada por la vida, no lo sé y quizás sea mi lado novelero y dramático, pero ella pedía un Iphone y la vendedora (que seguro vive también de pequeñas comisiones) se lo endilgaba con varios argumentos, que escondían el hecho de que se endeudaba por varios años. Pensé, esto es una locura, la gente cree que poseer objetos es lo más importante, y funciona!! Esta crítica va también dirigida hacia mí misma que antes me llenaba de ansiedad por ir a las tiendas, las Galerías, etc, confieso que he ido, pero resuelta a comprar solo que me gustaba y necesitaba, y no perder mi deseo en la oferta que viene de afuera.

La felicidad no está en eso, quizás solo esté en detalles más ínfimos, gratuitos y que viene de nosotroas mismoas...
Exactamente como escribe Francoise Heritiere en su Sal de la vida, pro ejemplo: caminar sin zapatos, comer fresas Gariguette, caminar por las calles, mirar a un hombre que pasa jalando un carrito, una señora anciana que cruza la calle y te mira sorprendida, las conversaciones de los edificios, quedarse leyendo el libro sobre Manuela Saenz en la cama, mirar una película. conversar con X, ir a la biblioteca y quedarse mirando cualquier libro, pensar que voy a descubrir algo nuevo sobre el inconsciente (una broma, como se dice en Venezuela) leer las noticias de Venezuela, reírse un poco de sí misma por creeerse una "chiquilla" y se es una mujer adulta, caminar sobre los diarios tirados en el suelo, ir a comprarlos al tabac, mirar las flores de las floristerías (se dice así, ni idea), mirar las vitrinas, mirar a la gente y pensar en todas las personas que quiero y que sueño un día en París, conmigo...

y por último, salir a caminar ahora, con un poco de frío y a punto de resfriarme (no hace más que 20 grados) y dudar si tomar un velib...

voila la vie en gros.... et en rose...
foto, vista desde mi ventana en el XV...

lundi, juin 11, 2012

Necesidad de intimidad

Creo que la función de este blog ha sido la de ofrecerme un espacio de diálogo conmigo misma, por más que la presencia solitaria de algunos lector@s sea muy importante y preciosa. Siempre regreso cuando es necesario un poco de intimidad. Me sucede también con los libros, el instante más completo, más pleno, es cuando escribo, luego, cuando el libro se separa de mí y pasa al exterior, me invade un poco el desarraigo, desarraigo porque me separo de mí misma, de esa parte que se queda fija en el libro, y, sin embargo, no puedo evitar escribir.

hace días que quería encontrarme con este espacio, a solas, y tratar de fijar en el texto lo que siento. Esta intimidad del blog es lo que hace que no lo abandone por el facebook, lugar bullicioso y poco sensible con estos estados. Entonces, hoy, estoy contenta de mantener mi blog, no abandonarlo, que es también una apuesta por seguir tejiendo ficciones, ficciones que regulan una realidad muchas veces distinta de la que vivimos interiormente. Dentro hay sosiego, a veces, también tormenta, que se amansa cuando escribo. Es casi una impostura decirlo (ya lo dijeron otras escritoras), pero existo solo si escribo.

lundi, juin 04, 2012

El mundo al revés

A veces siento que el mundo anda al revés, que gira al revés, siento que mi cuerpo sufre, padece, esos movimientos.
Caminar sobre aguas serenas, ¿es posible? Dormir con la cabeza al norte sin sentir el vacío, ¿es posible?
Siempre he pensado que esa sensibilidad aguda con el exterior, necesitaba escribir-se, volcarse una páginas. Descargar.
Siempre me pregunto qué hace que se produzca una empatía, una identificación inmediata con la vulnerabilidad de otras personas. ¿Soy yo, o son ellos? Ganas de lanzarme a explorar esa idea de "inconsciente", tan manipulada por el sicoanálisis, ganas de ir hasta el final.

Sueños impersonales, una casa en Suecia (sic), una caminata sola, siempre sola, ¿será que casi todas las mujeres que escribimos estamos solas?
Ayer terminé la lectura de la vida de Olimpia de Gouges en historieta, olvidé los dibujos, entraba en su vida, la seguía, la seguí hasta la guillotina...

esta mañana, deseos de ir a escribir a un café, aunque haya ruido, será menos pesado que mi escritorio...

pienso en París y me veo, ahí, en realidad es tan pequeña esa ciudad, y sin embargo, suceden tantas cosas. Pronto en París, y siento que es, una situación casi natural...