A veces siento que el mundo anda al revés, que gira al revés, siento que mi cuerpo sufre, padece, esos movimientos.
Caminar sobre aguas serenas, ¿es posible? Dormir con la cabeza al norte sin sentir el vacío, ¿es posible?
Siempre he pensado que esa sensibilidad aguda con el exterior, necesitaba escribir-se, volcarse una páginas. Descargar.
Siempre me pregunto qué hace que se produzca una empatía, una identificación inmediata con la vulnerabilidad de otras personas. ¿Soy yo, o son ellos? Ganas de lanzarme a explorar esa idea de "inconsciente", tan manipulada por el sicoanálisis, ganas de ir hasta el final.
Sueños impersonales, una casa en Suecia (sic), una caminata sola, siempre sola, ¿será que casi todas las mujeres que escribimos estamos solas?
Ayer terminé la lectura de la vida de Olimpia de Gouges en historieta, olvidé los dibujos, entraba en su vida, la seguía, la seguí hasta la guillotina...
esta mañana, deseos de ir a escribir a un café, aunque haya ruido, será menos pesado que mi escritorio...
pienso en París y me veo, ahí, en realidad es tan pequeña esa ciudad, y sin embargo, suceden tantas cosas. Pronto en París, y siento que es, una situación casi natural...
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