Tengo que hacer esfuerzos para entrar dentro de mí y buscar escenas, frases, huellas. El tumulto de París, me distrae, de hecho, es un afuera que está cargado de mensajes, lo que me hace mantenerme en la superficie de mí misma, cosa que no puede durar. Ayer hablaba con una amiga de qué era lo importante, y para mí está claro que busco esos estados de intimidad, de unidad, no sé muy bien cómo explicarlo, es decir, que la experiencia resuene dentro de mí con sus propios significados, que encuentre el silencio. Caminado casi hasta la Torre Eiffel en medio de calles saturadas de comercio, vitrinas de un extremos refinamiento. En mi estudio en ruido de una escuela es un barullo al que me voy acostumbrando. Necesitaba entrar en mí, en este espacio interior que el blog si permite y que es enemigo del FB. ¿Por qué?, porque mientras aquí nos dirigimos a personas ausentes, en el fb hay una inmediatez que condiciona lo que decimos al saber que será leído inmediatemente. Aquí, nunca se sabe, es un albur, y tanto mejor. Hoy quisiera ver la exposición de Artemisa, en el musoe Maillol, luego una cena en casa de "peruanistas francesas, muy agradables...
Necesito hablar con mi madre, oír su timbre de voz, saber qué pasa con mi lado peruano. Ah, olvidaba, ayer, en TVE pasaron un reportaje sobre presos españoles detenidos en el Perú por narcotráfico. Se me encogió el corazón al ver Lima desde aquí, me pregunté, qué significa mi país, en cómo ese valor ha sido compartida con otros países, y sin embargo sigue siendo tan importante. Sentía lejanía, aunque en el fondo siento que estoy cerca.
foto: el Café Le Danton, en París, mi lugar de encuentro.
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