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mercredi, novembre 09, 2016

In god we trust

Creo que todos y todas estamos tratando de comprender qué ha pasado en las elecciones generales de los Estados unidos que todavía no terminan. De hecho, esto plantea un grave problema de lenguaje y de comprensión, de ahí que algunas personas que escribimos podamos percibir esto como un reto: ¿qué ha pasado con Trump, qué moviliza su discurso plano y provocador? Percibo, de hecho, y no creo que sea solo una intuición, que hay un resentimiento generalizado en las sociedades donde la democracia no cunple con sus pactos sociales de bienestar. Los Estados Unidos es una sociedad fundamentalmente monetarizada, el "time s money" está en la cabeza de todo americano y americana promedio y es un elemento para razonar, no es solo un dicho popular. Las personas solo acceden a la educación a través de la deuda, y se vive de deudas aspirando a sacar algún día la cabeza del agua. Es una sociedad que no ha dejado de ser racista por tener un presidente de color, no, Obama está blanqueado por su educación y su ascensión social. Es decir que su lenguaje está lejos de las mayorías populares (y no solo clase media, sino ricos que no son aceptados en esos medios de lites que los rechazan, caso Trump)y pertenece a las elites. Ahora bien, a diferencia de las democracias europeas, en los Estasos unidos la izquierda ha sido satanizada desde la época del macartismo y sigue siendo un tema tabú. Se hacen amalgamas entre izquierda y comunismo como un peligro tangible. El maniqueísmo de las ideas tiene que ver con el hecho de que es una sociedad sumamente religiosa, la política en ese sentido no existe, es el dinero el que junta, separa. moviliza. In god we trust.

La democracia de hecho es una plutocracia y solo genera más resentimiento y más desconfianza entre la población que es más sensible al lenguaje de las cifras. Y del miedo. No es una "particularidad norteamericana", sucede aquí también en Francia donde la educación es pública, ¿por qué? Me atrevo a pensar que tiene que ver con la separación de las poblaciones en dos segmentos, los excluidos y los con derechos, que salta por encima de todas las categorías que antes conocíamos. La gente no se reconoce en el lenguaje de "elite" que excluye diviendo a la población, creando una especie de esquizofrenia. Primeron las elites, y las izquierdas tradicionales (digamos que la izquierda no es la izquierda en los Estados unidos pero sí una elite ilustrada, culta) han adoptado el catequismo neoliberal y han abandonado a las mayorías, se han alejado de sus valores de izquierda y se han transformado en una clase dominante (privilegiada y percibida como opresora) que emplea el conocimiento como arma de dominación y de colonización. Ese es un tema que hace que la gente se sienta tan alejada y tan poco concernida por los discursos cultos, de lenguaje estandarizado, desafecto y técnico. Yo creo que es una de las razones por las cuales las encuestas se equivocan, al manejar paradigmas que no funcionan en plena globalización. Para ascender, el "pueblo" tiene que renegar y traicionar sus orígenes, debe parecerse a ese "Otro" dominante que desconoce. Ahora ¿qué va a pasar con las mujeres? Digamos que Trump expresa la desconfianza típica del patriarcado blanco neoliberal. Las mujeres son un obstáculo, no son consumistas y deben ser controladas, la bio-política está en marcha.
pausa

acabo de oír el discurso de Trump, federador, vacío... escucho también los comentarios snobs, patéticos de la gente de France Culture, refieriémdose a él de manera despectiva, esto es lo que provoca la cólera de las masas, esa estigmatización del que no habla "culto". La única forma es el argumento, el lenguaje donde no hay lenguaje. Trump encarna a la perfección los límites simbólicos y afectivos de una época, una transición hacia otra parte, no planetaria, creo que hay otras sociedades que viven realidades muy distintas, un proceso casi inverso, pero sí de la mayor potencia comercial y militar del mundo. Obvio que él ve el mundo como un juego de monopolio, y es eso lo que da miedo, que no esté en condiciones de regresar sobre sus ideas. El encarna los límites de su lenguaje, y de una gran mayoría a la que han dejado sin lenguaje.