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vendredi, mars 25, 2016

saliendo

he circulado lo  suficiente como para darme cuenta de lo que agotadora que es la vida en Lima. Es una de las ciudades más agresivas, más desorganizadas en transporte que es el micro relato de esta sociedad totalmente desorganizada y de supervivenci brutal.  Regreso de Chaclacayo agotada, aplastada, porque la realidad familiar repica en miniatura lo que es una sociedad del apuro, de la angustia y de la explotación. Decir que el Perú va bien, es una salvajada. El país hermoso, rico y diverso, está entregado de rodillas a la economía desregularizada, a la sobvrevivencia más cruel y más absurda. Hay que ser realmente cínica para no ver esa realidad, o algo esquizofrénica. No lo sé, peor este agotamiento es embotamiento de la conciencia, y es constante.

Sueño con que la gente razone y piense que no pueden seguir entregando sus vidas al azar y a la especulación, que no pueden, todos y todas, convertirse en mosntruos de egoismo, alejados de sus necesidades más vitales, que crean que la vida es solo esto, que lo colectivo quede tan rezagado. No sé por qué aceptamos con resignación algo que solo empobrece nuestras vidas. De todas formas siempre está la respuesta de la libertad de elegir, solo que esa libertad está confiscada, las conciencias están confiscadas. Sin embargo es tan fácil el contatco con las personas en mi país, está ahí, como un diamante brillando en el fondo de un pozo.

regresaré desde Francia, estoy tan cansada que solo puedo extenderme y mirar los árboles del parque, hay jardines hemrosos que se contradicen con el caos, veredas planas, roceadas de laureles en flor que acarician esta realidad tan dura, tan hostil.

De ahí que mis sentimientos sean de impitencia, rodillas sensibles, músculos tensos, mi apego no me deja ver las cosas con frialdad. Deho detrás muchas situaciones delicadas, o es que el mundo es ahora fragilidad, precariedad, egoísmo? No lo sé, esta pregunta la iré decantando en el avión.


regreso desde Francia.
de paso, las distancias se han hecho tan cortas, cambian algunas cosas, pero la lógica binaria de la existencia en el mundo del dinero, es la misma. Terrible.

Ya en Francia, en falta de la relación sensual que tengo con Lima, con mi país en general, mucha pena de haberme arrancado a esas fuerzas vitales, pese al ruido, pese a ese tráfico de la gran metrópli que es Lima, y pese a esa mercantilizaciòn que domina, basta rasgar un poco para encontrarse con el otor lado de la medalla. Un instante que me viene a la memoria es la ida a Huampaní alto para buscar a un artesano de retablos ayacuchanos, Urbano. El ya ha muerto y su familia, que siguió manteniendo la tradición familiar, ha abanadonado este trabajo, no sé por qué razones personales. Cuando lleganos, estaba con mi sobrino Patricio, descubrimos una casa pequeña, acariciada por molles que se balnaceban con el viento, de una austeridad clara, casi luminosa. Una mujer esperaba, era la hermana de la esposa del artesano Urbano, llevaba un atadilllo de hierba luisa  y no tardó en regalarme uno pequeño. Auqnue la casa estaba en medio de una barriada recorrida por mototaxis, calles de tierra, casas a medio terminar, ahi habñia silencio y armonía, simetría entre vida humana y naturaleza, invitaba a permanecer, a aceptar la vida sin resistir... no me olvido de ese espacio, espacios que existen en cualquier parte de mi país, todavía inmunes a la energía devastadora de la especulación y la ganancia. No defiendo la pobreza, sino la frugalidad, la sencillez, la sobriedad, se puede vivir con pocas cosas... ahora sí, en Francia, tratando de tomar lo mejor, de contemplar las cosas buenas, de no pelearme con mi circunstancia y de tratar de nadar en la misma dirección que mis latidos....voila le défi.

mercredi, mars 23, 2016

la contaminación sonora en Lima

Esta mañana me despierto de un sobresalto, ruido de escuela, algo normal, aunque surge otro, estridente, de máquina podadora. esto es solo una muestra de la cantidad de ruido que hay en Lima, el silencio es un lujo, hay un tejido de bocinas, de gritos, máquinas pesadas, constante. Sin embargo está el mar, el único espacio donde el ruido cesa. Los restaurantes, cafés, calles, están cargados de ruidos, es una estridencia agotadora, al menos, a mí, me agota, me coloca fuera de mis misma, me impide pensar, observar. Lima es el ejemplo de ciudad estridente, y eso, no es normal, no es normal andar agotada en el tráfico de la ciudad, asfixiada en smog y envuelta en ruido, es imposible lograr una actividad sostenida en esas condiciones. Hoy empieza el descuento hacia Francia. Pensé leer, pero, casi a las 10 de la mañana, no he logrado concentrarme, salvo esta perorata acelerada...

regreso luego...

sensación de alergia, no sé qué producto utlizan para podar... ni idea...

samedi, mars 19, 2016

de natura y de cultura

qué agradable es caminar por Lima, reocnocer las plantas, las calles, los árboles, el mar, los olores... todo eso es natural, como si fuese parte de mí. Lo raro es darme cuenta de que si bien soy parte de esta tierra, culturalmente me he alejado de mis referentes. Tengo poca, a casi ninguna complicidad con mis compatriotas, salvo excepciones. Algunas amistades florecen, otras, se alejan. El vínculo familiar es diferente, se mueve solo entre el pasado y el presente, son parte de una misma, otras y otros como una misma, y eso lo acepto sin rebeldía, más con alegría. Pero, de hecho, mi parte más íntima habla varios idiomas, está en contacto con otros espacios, es diversa...

debo decir que termino agotada después de cada jornada, el trasnporte es malo y el calor no ayuda, me tienen exhausta... debo regresar luego sobre estas notas...

mercredi, mars 09, 2016

Lima al día...

Son días enteros en que me digo que voy a escribir, que me sentaré a escribir sin poder hacerlo.
Tengo una profusión de imágenes y de sensaciones, sabores, calles recorrida,s rostros, tonos, músicas del pasado. Lima, el Perú entero son siempre significantes, todo resuena, con las ventanas abiertas, en laSon días enteros en que me digo que voy a escribir, que me sentaré a escribir sin poder hacerlo. s calles... Primero, está el calor, la humedad, la necesidad de andar a otro ritmo, menos solitario que en Francia, más hedonista, luego, la falta de un espacio donde refugiarse para observar. No lo he encontado y espero que surje el isntante en que voy a poder escribir sobre todo esto. Dejar ese estado "fuera de sí", recuperar la concentración que siento en Francia. Siempre pienso en Simone de Beauvoir, tan capaza de analizarlo todo, de sucribir todo, tan dominante, tal vez sea porque era de un país dominante, no lo sé. Yo me integro al paisaje, me diluyo un poco en él. Desaparezco. Mi cuerpo no se separa de la experiencia, está con ella. Ayer, marcha en el centro de Lima, pisé las veredas de piedra negra que brillaban en la noche, el gentío era tuido, sonoro, cálido. Después las calles de Barrancon, escenas domésticas, visitadas por miradas turísticas. el abandono, saber que es mi país, que hay algo que me pertenece de aquí, una linea vital, una forma de hablar, no sé qué más...
Me duele ver que muchas relaciones son calculadas, que se alejan de su centro, se convierten en mercancía, en intercambio social. Esa sensación  la he visto en instantes en que la promoción individual se impone al diálogo de verdad, en las miradas, en las voces... Y detesto eso, desteto falsificarme.

jeudi, mars 03, 2016

Lima en verano

Verano en Lima después de mucho tiempo. casi dos años sin venir, sin recorrer espacios que han cambiado, la ciudad se transforma, se organiza, aunque esa aparente armonía hata endeudo para siempre la libertad de sus habitantes. Esa es mi impresión. Necesitaría huir a espacios como la selva, entrar en contacto con lo esencial. Al final, Lima es una ciudad globalizada, arrodillada a la inversión privada, con una población a la que no se le deja reaccionar. La palabra ha sido capturada por la propaganda neoliberal, en ese sentido es como una sociedad totalitaria. Y somos las mujeres las que no podemos ni sabemos cómo reaccionar.
Ayer, día de playa con mi madre, noté cuán maltratado está su trajín cotidiano, sin tiempo oara nada, me dolía. Me duelen todas las mujeres que no abandonan el fuego de sus cocinas por miedo de quedarse sin luz. Solas. 
La serenidad, el silencio, son un lujo. La mayoría de las veces hay que aceptar el maltrato de la ciudad, sus ruidos, su tráfico infame, el calor, y la estridencia de sus casas, salvo los sectores burgueses, que son más serenos, verdes y silenciosos, el resto de la ciudad, no imagino cómo será en los pueblos jóvenes, o favelas, es un caos tirano que sigue el ritmo afiebrado y violento de la supervivencia. LLego a preguntarme si alguna vez nos dejarán pensar, soñar con un futuro menos angustiante, si no nos han condenado al olvido... esa pregunta me la hice esta mañana después de varios días sin escribir. Me recuperó ver dos discursos en la red, uno de Pablo Iglesias y el segundo, de Alberto Garzón, ambos en España. ¿Cómo atravesar tantos espacios para llegar hasta mí misma? Es extraño todo esto, ya no puedo estar donde estoy, aunque ayer, con el mar, mi madre, el sol de LIma, los olores de Lima, sentía que regresaba a mí sin amargura, sin tensión...

volveré sobre mis notas sobre Lima día a día...

trato de entender el nuevo rostro social del Perú, hay un poder adquisitivo que ha aumentado, no sé si debido a la informalidad que crea esa especie de torbellino especulativo o al crédito, es un misterio. Familias proletarias, ahora de clase media... me faltan elementos de juicio.

el sol ya salió y pega sobre la ventana,... andiamo...