mardi, octobre 28, 2008
Cartas a un desconocido
Estoy en la parte en que Simone de Beauvoir se entera que su primo Jacques, el gran amor de su vida juvenil, se va a casar. Durante tres años SdeB escribe en este cuaderno cartas a un desconocido silencioso, en el que ella lee dudas metafísicas, exploraciones interiores que descubre solo como iquietudes pasajeras, superficiales, gusto por amores fáciles. Tres años de amistad y amor soñadas que terminan dejándola con sus cartas en la mano, sola. Pero más fuerte pese a todo, y ese es el aprendizaje, que cualquier relación, por más engañosa e inventada que sea, nos deja algo, nos devuelve siempre algo. Jacques se casa con una mujer mediocre, más joven que Simone y vive una relación infeliz que termina conviertíendolo en casi un vagabundo, alcohólico y solitario. Muere en un accidente a los cincuenta años, creo, y ella sigue escribiendo, conoce a Sartre y a Nelson Algreem. Si no hubiese habido Jacques no conoceríamos estas páginas llenas de amor y ganas de conocer al otro, al hombre que amaba y que nunca comprendió ese amor. Jacques me recuerda a Benjamin Constant, conocido por la única novela que escribió en homenaje a Madame de Stael, hastiado de su matrimonio con una prima suya por interés. Es que toda relación falsa acaba con sus protagonistas? No lo sé, solo sí que esconderse de sí mismoas, no tener el privilegio de reconocer quién y qué son importantes en nuestras vidas, la ceguera, puede llevaros como Edipo a la perdición.
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