Hace poco compré en una edición mexicana la carta que Malcolm Lowry escribe a su editor inglés, quien le manda un informe de lectura sobre Bajo el volcán, no muy favorable, que hizo que su editor sugiriese cortar tres cuartas partes del libro. Lowry responde en una larguísima carta, punto por punto, que vale por una clase magistral de literatura. En esa carta explica algunas de las razones por las cuales considera por ejemplo neceserio que el primer capítulo sea extenso y denso: Es cierto que la novela es un poco lenta para despegar, y el lector no se equivoca al sentir esta debilidad (...) yo diría que el primer capítulo es indispensable porque marca, aunque el lector no se sé cuenta, la atmósfera y el tono del libro, así como la tristeza y el ritmo lento, trágico y melancólico típicos de México.
... Definitivamente, me atrevo a pretender que el libro es infinitamente más denso, profundo y logrado, infinitamente mejor concebido y desarrollado de lo que considera su lector...
Creo que hay ser firmes cuando defendemos un libro, una posición vital, una lectura del mundo. Solo eso nos da lo que de alguna manera buscamos con los libros, al menos yo sí, bienestar...
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