Sigo con el tema de las elecciones francesas porque es el momento de observar muchas cosas que antes no se ven, disimuladas en una aparente calma. Decir que ver a Philippe Devilliers (sería mejor decir "debil", tonto, en francés), me pone los pelos de punta, es poca cosa. El discurso de patriotismo básico que emplea, al que aplaude gente con, se supone, educación, que ha ido a la escuela y a la universidad, es abrumador. Creo que esto tiene que ver con una cosa del lenguaje (lo siento, pero es así) y es que al público que escucha con expresión absorta, le podrían estar diciendo: me cago en todos ustedes. Y las personas apaludirían! Esto qiere decir que mucha gente ni siquiera se ha preocupado en saber qué significa la palabra "patriotismo", deben pensar, si significa que las cosas irán mejor para mí, no debe estar mal. Porque no se me ocurre otra cosa que no sea la inconsciencia y la pereza para pensar. La gente estúpida, hace daño, no oberva ni mira, no da afecto, es egoísta, por pereza, por no hacer el esfuerzo (y no darse el tiempo) de pensar, y, oh sorpresa!! Un día, un día, se ven confrontados a una situación extrema y se dan cuenta de que no habían pensado que ellos también podían sufrir, que ellos también son mortales y que envejecen, que la juventud debería ser aprovechada para prepararse a la otra etapa con sabiduría, sin lo cual una vida puede considerarse, sin sentido... en fin, me digo, pero, hay un atenuante, aunque es patético, es pa-té-tico, oír hablar a los candidatos de derecha... igual a Fujimori, total, poco importa la historia, la memoria si es un saber frío, no sirve de nada... el atenuante, es que no todo el mundo siente pereza (que es tánatos de alguna manera: fuerzas creativas versus fuerzas parásitas)
Hay una película que me hizo pensar que a lo mejor una casualidad puede llevar a una persona a ver y sentir cosas completamente nuevas. Es El gusto de los otros, película alemana que acaba de ser premiada con el Oscar. Diabolizar a los supuestos "malos" es idiota. La miseria humana proviene de esa falta de roce con nuestras partes más nobles. Al menos, yo creo eso, es la alienación la que nos lleva a actuar como autómatas, pero sobre todo esa pereza que podría ser un eros pasivo, no activo, en sueño, o en pijama que, por miedo al frío, no se ha atrevido a abrir la puerta para ver la salida del sol...
prefiero pensar así, la pereza mental puede convertir a alguien en un completo estúpido y alienado. Si no, revisen la historia...
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