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mercredi, mars 07, 2007

Lo que

Se necesita un año para poblar un bosque, 16 años para ver la belleza de un árbol y 50 años para hacer un hombre" (viejo proverbio coreano) .


Lo que nos hace humanos es poder hacer abstracción de lo que somos, seres completamente vulnerables. Lo sentimos más cuando nos damos cuenta de que somos físicamete vulnerables, cuando lo leemos en nuestro cuerpo y en el de los demás, un primer instante de esa lucidez con la muere. Y cuando sabemos que hay personas, cercanas, que pasan por momentos difíciles, nuestra comprensión se ensancha y nos damos cuenta de que nuestros problemas no son nada al lado de algunos casi capitales. Es como una llamada de atención. La vida cotidiana, sus pequeñeces en el fondo, nos hacen olvidar lo esencial. Que hay que saber "mirar, sentir, ofrecer" en el momento en que somos convocadoas. Todo eso nos empuja a la acción. Recuerdo que una vez un profesor de filosofía me dijo: nunca, nunca renuncies a tu deseo. Ese ese es un deseo por el "otro", por conocerlo y estar cerca de él. Y para conocerme a mí también. Han habido varias revoluciones en la conciencia humana, la primera, saber con Freud que nadie es dueño de su propia casa, la segunda, la caída de las grandes utopías, y la tercera, saber que en esta época de desarraigo y de capitalismo mundial, una sola cosa es importante: no perder la noción de que no vivimos ni actuamos solos.
En un seminario sobre la novela y el chamanismo en Corea de Sur, la profesora explicó que en el alfabeto coreano (que tomó mucho del chino pero que creo sus propios signos) el signo del hombre es una barra que se apoya en otra. Nunca solo. Es el sentido del ying yang, cielo y tierra, hombre y mujer, también, sol y luna, etc... Me pareció muy hermoso.

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