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mardi, septembre 01, 2009

Esos movimientos

Mirando el cielo azul de México escucho ua canción en catalán, y la sensación es rara, qué tiene que ver hoy en día esa persona, que era yo, que pensaba hablar catalán, se recostaba contra la barra de un café acompañada de un hombre alto y moreno? No lo sé, salvo que escirbir es una manera de juntar esos fragmentos que nos conforman, condenadoas para siempre a la fragmentación. Algunas presencias se hacen borrosas con el tiempo, otras aumentan. De ahí que entienda esa manía de escribir sin detenerse de Proust y su lucha contra el tiempo. Sin embargo loas que lo hacemos, escribir, digo, sabemos que siempre elegimos qué vamos a decir, que es imposible marcar relamente la experiencia, que ella pasa, veloz, y es quien nos marca, pero siempre de manera distinta.
Revisando el diario de Catherine Mansfield, que tenía una salud precaria y adaba de reposo en reposo, noto que ella también vivía con esa sensación de vivir separada de algo. Siempre sentimos que somos incompletoas, que algo nos falta proque nuestra experiencia siempre es precaria, frágil, huidiza.
Anoche, sueño de la imposibilidad de hablar por teléfono. Luego, casas y más casas. Pronto, el viaje a Nueva York, tal vez sea eso. Olivier viaja a Francia, regresa y luego nueva partida (juntos) a Francia. No sé, pero yo admiro su devoción por el trabajo, su fuerza, aunque detrás de eso siento a alguien también frágil. Y es lo bonito de estar en esta aventura humana. Yo no sé si podría ser tan constante y mis ánimos siempre son desiguales.

Lo que más nos enternece en una persona, son sus debilidades... Pénsé...

2 commentaires:

Fernando a dit…

"Lo que más nos enternece en una persona, son sus debilidades" ...

Y es precisamente eso lo que los hombres tratamos más de ocultar(hablo por mí pero creo que puedo extrapolarlo a la mayoría de los congéneres); no dejar salir nuestras debilidades, pues al hacerlo, nos sentimos muy vulnerables y la vulnerabilidad es un sentimiento que nosotros manejamos muy mal o no lo sabemos manejar de ninguna manera.

Patricia De Souza a dit…

Cierto, Fernando, los hombres, por presión social, no se atreven. Pero no es hermoso a atreverse a mostrarse así, como decía Nietszche, ser el poeta de su vida?

A risquer... no???