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samedi, septembre 12, 2009

El exilio

A veces siento que la tierra entera es una tierra de exilio, Debo ser extraordinaria, a decir de Montaigne, pero, la verdad que no me hace mucha gracia. Yo sí quiero confiar en que las cosas pueden y deben cambiar. Escuchaba a Alain Finkielkrault (que acaba de publicar un ensayo que parece muy interesante, de título contundente: Un corazón inteligente, vaya!), un hyper reac, como se dice en Francia, hablar sobre la educación y el desinterés de los alumnos de "origen extranjero" por la lectura. Lo siento, pero no son solo los de "origen extranjero" los que no leen, es la población mundial en general. Por qué en vez de culpabilizar a la sociedad, no se responsabiliza a los autoreas, o al menos, interrogarlos?? Si las personas no leen es porque la vida actual no entrega el tiempo necesario, pero también por una razón muy importante que una de las invitadas mencionó de manera muy sabia: porque no sabe, no puede, no le han enseñado a estar sola, y la lectura, es aislamiento, es soledad, es creación. Y tampoco les han enseñado.

ELITISMO

Pero, además, creo que una de las razones es que en Francia, desde la famosa República de las letras (ver el libro de Pascal Casanova), se ha considerado al arte y la creación en general como un fenómeno de una elite, ilustrada, burguesa y siempre blanca. Aunque, Dumas era mestizo y Aimée Cesaire?? Pero son excpeciones, sobre todo que en el lenguaje, salvo Rabelais y Céline, el idioma francés sigue dominado por una imagen de elite, de escribir según la reglas y sin mucho color. La Academia recicló a Alain Robbe-Grillet, pero era un contrasentido, sus novelas, si leen el artículo de pop art, se enterarán, que están impregnadas de cultura popular. Nada más prosaico y mundano que la novela, siempre se ha nutrido de la calle, de los detalles más vulgares, desde los tiempos de Homero y Cervantes. No se supone que El quijote la gente lo decía de memoria por las calles? Entonces, por qué las elites capturan a la literatura y la encierran ? Porque siempre se ha controlado la culura y sus manifestaciones más populares, y una de ellas son las novelas. Si los jóvenes, hijos de emigrantes no leen es porque no se reconocen en los libros, porque cada libro que pretende utilizar un lenguaje más sencillo ( o ser vernacular), romper en algo la sintaxis (Duras se impuso a la larga) recibe una paliza, caso Angot, Despentes... miren, sobre todo mujeres, vaya, vaya... Porque existen los celadores de la cultura. Cuando los jóvees franceses, hijos de emigrantes dicen que no desean leer, es como una neurosis de destino, si no formo parte de esta fiesta, para qué participo (a quoi bon??), si no existo, no soy. La identidad es el lenguaje y si una sociedad no les da un espacio digno como individuos lo que queda es la identidad y el lenguaje del clan, sobre todo, los valores del clan (ver Maras). Sin alarmismos, no he visto casi nunca, y menos sin esterotipos, a un héroe de novela que se llame Khlaled, o Abudnalah!! Si no los incluyen en una historia colectiva, cuya identidad es el idioma, si no los incluyen en sus relatos, ficciones y sueños, no se les puede pedir que desen ser como Emilie, Francois, o Bertrand, eso significaría renunciar a existir. Son pocos los autores que hablan de este problema, y si los hay, Chamoiseau, Edouard Glissant, son identificados inmediatamente con el poder, porque una vez absorbidos, pierden independencia y credibilidad. Y por eso escuchan más a los judadores de fútbol o los cantantes de rapp. No es extraño y no se trata de allez, vamos a civilizar a estos simios, sino en situarse en la frase de Lévinas: yo soy el otro.

Pero esto no sucede solo en Francia, sucede también en el Perú o en el Congo, el hecho de blanquear las elites como si viviésemos en el siglo XIX, con modelos geopolíticos idénticos. En el Perú, unos de los países má andinos de América del sur, sucede exactamente lo mismo con la literatura: las querellas sempiternales entre andinos y criollos, los insultos, las agresiones, los cupos que se sortean por castas. Es decir, quién es más blanco que el otro, más presentable, quién es más peruano por poseer más rasgos indígenas, auqnue todavía esto sté lejos de ser un valor agregado. No es un fenómeno solamente lenguaje y de identidad sino de ejercicio de poder y un poder, casi semi feudal. La exclusión no es fácil, es siempre algo doloroso y no debería existir si el lenguaje fuese siempre vital, siempre creativo y no ex-clusivo in-clusivo. Pero no suele suceder y escribir, cosa que todo el mundo puede hacer, se ha convertido en un ejercicio de poder y de enagenación. Se ha covertido en un espectáculo que nada tiene que ver con el esfuerzo de creación, trazar líneas vitales entre la vida y la escritura...

En fin, yo no sé que es escribir sino como una subsistencia, una necesidad, el resto me deja impasible. Tampoco quiero ser el modelo de nadie, cada vez me siento más incapaz de no poder en duda lo que pienso, y de eso se trata de reconstuir entre las ruinas. Pero sí sé que me abruma ver tanta exclusión y tanto desamparo, porque somos pocoas la(o)s que defedemos una idea la literatura menos tirana en su canon decimonónico, soberbia y pedante. Pocoas...Pero somos... Y la canción de Youssou N Dour es perfecta para hablar de esto....

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