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mercredi, novembre 05, 2008

Los cambios de ideas

Ahora que han terminado las elecciones en los Estads Unidos, las expectativas son vastas, pero las frustraciones lo serán también. Ningún cambio es inmediato. La elección de Obama es simbólica, significa una apertura, un respiro para muchos, pero yo creo que será lento (incluso la laicidad, es un tema que no prende mucho en los EEUU, Obama, Presidente electo de una país habla en nombre de todos, pero da la bendición de Dios! sic...). Es curioso, conversaba con Noemí, la persona que viene a limpiar, y me dijo que no le gustaba Obama! también dijo que era negro y que por eso no le gustaba. Es decir, Noemí, es tan racista como cualquier blanco, incluso me hizo pensar en los peruanos que tienen como último eslabón de la cadena humana, a los negros, es decir, los desprecian y no los quieren. Reproducen de alguna forma los discursos de sus patrones, y ni siquiera se sienten racistas: no se dan cuenta. Leyendo el libro de Le Clézio sobre la conquista de México, El sueño Mexicano (FCE 2008), pensaba en que los pueblos que se han fundado sobre el vasallismo ejercido por otros (más fuertes económicamente o mentalmente), han roto cierta armonía, la del intercambio, y esto genera relaciones violentas. El vasallo siempre tiene el corazón resentido, no porque sea genético, sino porque lo han herido, y siempre exigirá rescate, y a su turno, también humillará. El abuso nunca crea personas generosas y empáticas, sino desorientadas y desconfiadas, solo una educación espiritual sólida puede proteger del resentimiento, que es falta de reconocimiento, falta de rostro propio: la máscara que esconde el propio y asfixia.
Para Le Clézio el sometimiento de los mexicas, la derrota de Montezuma y la posterior de Cuathémoc, se debe a que los españoles emplearon un arma muy eficaz, redoutable (temible), la palabra. Ellos vinieron con un pensamiento ilustrado, fruto del Renacimiento y opusieron esa lectura del mundo a un pensamiento mágico, ritual, con dioses y diferentes conceptos del pasar del tiempo. Por ejemplo, la profecía prescribía una catástrofe que fue una de las razones por las cuales los mexicanos se sometieron, estaba escrito. La superstición y el miedo los gana. Cortés comprende de inmediato que tiene ese poder sobre ellos, y lo utiliza. Gran jugador de dados, para LC, sabe cuándo lanzarlos, es un Maquiavelo, ineligente, astutod y ambicioso. La Malinche, mujer indígena que toma como esposa, lo ayuda, ella lo traduce, le entrega su pueblo.

Y hay una cosa que a mi me interesa porque hay similitudes con la llegada de los españoles al Perú. Es decir hasta que punto la violencia de ese encuentro no ha dejado secuelas en la memoria colectiva? inscrita en la violencia de ciertas comunidades andinas. Le Clézio escribe: La destrucción no se hizo en una generación: es una catástrofe cuyas consecuencias aún son sensibles, pasados cuatrocientos años. Si consideramos que este choque de la Conquista es el que pudo engendrar cuatro siglos de pobreza y de desiquilibrio social en el territorio floreciente del antaño Imperio Azteca, igual que este especie de "complejo de derrota", creado por la fuerza colonial del Occidente, que hoy llamamos subdesarrollo, mediremos mejor la importancia histórica y filosófica de esta suma indígena. El sueño mexicano, p. 62.

Yo siempre me hacía la pregunta: cómo nos enseñan que 1000 españoles dominaron a un Imperio de 11 millones de habitantes reduciéndolo a solo un millón? Encima, eran mercenarios, poco educados, Pizarro y su corte, no eran el refinamieto personificado, sino todo lo contrario! Cierto llegó la gripe y la viruela, pero cómo se explica esa violencia? Eso, "del complejo de inferioridad o neurosis de derrota", en el Perú, me parece tangible. El vocativo Cholo, es clave, es identificar al que se designa con el derrotado, el vasallo, el esclavo. En cada sociedad existe una palabra que evoca un perderdor, un excluido (un chivo expiatorio, listo a ser sacrificado para satisfacer también esa necesidad de rescate de la que hablaba). Pues bien, esos valores tienen que ser invertidos, es decir, el que siempre fue considerado como excluido, que sea el líder, el que posee el derecho a la palabra y entrega su propia visión de las cosas. Es en eso que la elección de Obama es clave. En que cumple una fúnción simbólica. La de hacer que muchas personas se vean reflejadas, rescatadas y reconocidas en él.
Y yo me voy a almorzar al Polanco donde ayer (en la "mera" ciudad), y en plena elección, cayó una avioneta con el 8 ocupantes. Entre ellos, autoridades que tenían la tarea de controlar la corrupción. Y parece que es atentado...

6 commentaires:

Fernando a dit…

Síííí, es genial que haya ganado Obama. Aunque en las primarias me identificaba más con el candidato femenino (la Clinton) por un asunto de parcialización personal con las mujeres, no me he sentido para nada a disgusto con que haya sido Obama el ganador pues de la manera que se desarrollaron las elecciones el resultó ser el mejor candidato.
Sumamente interesante ese ánalisis que haces y es algo que he observado: he trabajado para los ricos y tambien para los pobres. Los ricos a veces me han parecido un poco más generosos y humildes y tienen menos prejuicios que los mismos pobres...
Y volviendo a Obama, en uno de los espacios de TV que el compró para finalizar la campaña el decía que se había formado más por la ausencia de su padre que por su presencia. Su madre y su abuela (la que murió en la víspera de las elecciones) fueron quiénes en realidad influyeron en la formación de su carácter. Se destaca para corroborar tu análisis que aunque el no reniega de ser negro, él no es el típico negro americano. El no se siente a menos por serlo, no guarda resentimientos ni revanchismo y su discurso es inclusivo, no excluye a nadie y en ello puede haber influído el hecho de que creció en un ambiente de aceptación dónde las personas más importantes de su vida (madre y abuela), aunque eran de otro color, ese no era un motivo para rechazarlo.

Patricia De Souza a dit…

Hummm, Fernando, yo no creo en las categorías de "buenos o malos". Todos podemos ser magnánimes y la bondad es una cualidad intrínseca a toda persona, salvo por interrupciones, digamos... patológicas. Me gusta la frase que cité de Klossowski, y la de Rilke: "Nosotros que somos tan arriesgados". Vivir, es un riesgo constante, una afirmación de la vida por más insignificante que parezca.

Daniel Salas a dit…

No es verdad que un puñado de conquistadores haya derrotado a un imperio de 11 millones. No he leido el libro de Le Clezio, que parece estar inspirado en el excelente libro de Todorov, pero tampoco es verdad que el pensamiento mágico de los indígenas se haya enfrentado al pensamiento racional y letrado de los conquistadores. Tal explicación deja de lado el pensamiento mágico de los españoles y desdeña la excelente capacidad militar y estratégica demostrada por los cabecillas indígenas. La Malinche no le entrega a Cortés a "su pueblo" sino a un opresor (Moctezuma). Si no entendemos las contradicciones y pugnas internas entre las comunidades nativas, no entendemos tampoco de qué manera se logró la conquista, un proceso largo, muy costoso en vidas para los europeos, asediado por constantes rebeliones.

Patricia De Souza a dit…

Yo no creo que la historia sea infalible, Daniel. No se me olvida que ha sido escrita por personas que no pueden prescindir de su subjetividad. El libro de Le Clezio no está inspirado en el de Todorov, que no he leído, sino en el del soldado Bernal Díaz, y Bernardino de Sahagún sobre la Conquista.

Daniel Salas a dit…

Todo estudio histórico parte de fuentes, así que, en todo caso, Le Clezio toma como fuentes las crónicas pero no creo que se pueda decir que se inspira en ellas, ya que sus ideas son totalmente diferentes.

Ahora bien, Todorov habla de dos formas de leer, pero no opone la cultura letrada a la cultura mágica. Ambos actores (europeos e indígenas) tenían sus propias predicciones y sus propias ideas sobre las fuerzas espirituales. No es que unos hayan sido mágicos y otros no, como tampoco es verdad que unos hayan sido más racionales que otros.

Mi punto no iba a señalar ninguna subjetividad sino, al contrario, a tratar de ver objetivamente los hechos. Y las evidencias demuestran que la conquista de América no fue la victoria de un puñado contra una millonada de indios supersticiosos. Tampoco es exacto decir que los españoles eran mercenarios. Estaban allí por un interés concreto (enriquecerse) y eso, en lugar de debilitar, fortalece al soldado. Es asimismo inexacto sostener que eran un grupo de ignorantes o iletrados, como se sugiere en tu post. Tenían mucha experiencia militar y, sobre todo, una gran resolución. Estamos hablando de una época en la que saber leer y escribir no era tan común como hoy. Claro que hay una gran diferencia entre un letrado como Cortés y un iletrado como Pizarro: uno escribía cartas el otro no, pero ambos lideraron con mano de hierro y fueron extremadamente crueles y codiciosos. Lo relevante para el logro militar fue la audacia, la experiencia, la resolución y la crueldad para llevarla a cabo. Las armas de los españoles que definieron su victoria no fueron el alfabeto y los libros, sino el caballo, la sorpresa y el fomento de la división étnica (la pólvora fue mucho menos importante). Incas y mexicas eran gobernantes crueles y las lealtades con las otras etnias eran muy precarias. Sin embargo, no podemos olvidar su capacidad para armar rebeliones que fueron sumamente costosas para los españoles. Rápidamente aprendieron a luchar en un terreno desfavorable a la caballería y a cercar por sorpresa a sus enemigos. Quien crea que la conquista de América fue una victoria fácil simplemente está reproduciendo un mito. Saludos.

Patricia De Souza a dit…

Yo sí creo en la subjetividad de la historia. Por otro lado, no pienso haber dicho que el sometimiento responda a que el pueblo mexicano haya sido un puñado de supersticiosos e iletrados (sic). Y no establezzco ninguna categoría de valores en ese sentido. Hablé, compartiendo con Le Clézio, de la idea de que fue un choque violento que dejó seguramente secuelas (imposible de racionalizar incluso ahora. No soy historiadora y si leen lo de Lévi-Strauss comprenderán las razones), y en el que una armonía se rompió. Yo no creo un paradigma, solo lo analizo con mis limitaciones. Es el pensamiento racional el que se cree capaz de conocer el mundo de forma infalible. Y esa no es mi idea... hasta dónde yo sé! Gracias por el comentario...