Estaba con ganas de traducir uno cuantos fragmentos del último libro de Catherine Millet, Jour de Souffrance, (pronto traduciré un pequeño texto, que Catherie escribió cuando vino a México y que es inédito) Flammarion, 2008. Este libro habla del descubrimiento de CM de una relación entre su pareja, el escritor, Jacques Henric, con otra mujer. Hay un salto interesante aquí: de la descripción intelectual de una vida sexual, La vida sexual de CM, a la relación de este personaje con aquellos que la obervan: Henric o Claude. A lo largo de este libro CM emplea la perspctiva del arte para observar-se y observar el cuerpo y la cabeza de los demás. Brillante.
Cierto, nunca había sido tan feliz con nadie como lo era con Jacques, pero desde que balcón personal podría contemplar esa imagen de la felicidad? Para poder tener esa imagen de mí misma por mis propios medios, dialécticamente, porque tratamos de precisarla y, en ciertos casos, de perfeccionarla, que además termina por convertirse el modelo al cual nos adptamos, tendría que haber poseído un poco de distancia para poder juzgar. Y no lo tenía.
Aquel que rechaza de entrada las distinciones entre interesante y no interesante, noble o innoble, lo bello y lo feo, hace que el mundo conserve ante sus ojos algo de unidad antes de la caída. Finalmente es un ser amoral.
(Curioso, inevitable cambiar la sintaxis) Nota de la traductora.
Ps: Hoy escuchaba una crítica a Lévi-Srauss y su paradójica lectura de la música popular, pese a haber sido el origen de una revolución en la perspectiva de los conceptos de "Cultura primitiva"... De paso, cometí un error, el centenario se cumple este 28 de noviembre, espero que puedan disculpar el error en el tiempo y el espacio!! Siguiendo con lo de la música popular, el crítico decía que era un pose rechazarla con las categorías de culta o inculta, cosa que hizo muy bien Theodor Adorno, pero dijo algo más interesante: que esa música hablaba de lo banal, de las cosas más trilladas que, justamente por serlo, necesitan ser decidas y oídas, para ser dichas de otra manera (nadie repite el mismo mensaje aunque parezca). Yo no menosprecio ninguna música, es una cuestión de circunstancia, si una canción, por más boba que sea, me evoca una persona, un sitio, o una textura más plástica, la volveré a oír sin complejos. Cosa que muy poca gente entiende... Por eso Gloria Estefan, me trae una imagen con Eric en el norte de Lima, Ica, o Nazca. Discutíamos (inevitable cuando hay sentimientos) y terminamos sentados en un pequeño bar medio agurdientoso, donde tocaban ese disco de la cantante, y de pronto, me puse a cantar mirando los ojos de E, que son muy azules, y muy sombreados de pestañas muy negras, y me pareció que la canción decía algo que yo nunca me atrevería a decir. Ahora somos buenos amigos y E. vive siempre en París. Bueno, no encuentro la canción, no escribiría la letra.... pero, sí la puedo oír...
et voila tralalá. allons y alonso a almorzar....
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