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mardi, octobre 31, 2006

Escritoras

Anoche, navegando por Internet, he leído un artículo publicado por Marcel Velázquez en el diario El Comercio del 26 de octubre: El miedo a las novelas y el miedo a las novelistas. El texto habla de la novela en el siglo XIX y de algunas autoras como Clorinda Matto de Turner, Mercedes Cabello, y Teresa Gonzalez de Fanning. Estas tres escritoras han escrito una serie de novelas ignoradas por una buena parte de los peruanos. Velázquez recuerda algunos hechos concretos, por ejemplo, que José Carlos Mariátegui ignoró la obra de Cabello, o que La revista de Lima sostenía en 1873 que “la literatura que llegaba a nuestra sociedad no provenía de las “elevadas producciones de la alta literatura” si no de la sangre corriente de las novelas en nuestra juventud bebe envenenándose”. Clorinda Matto de Turner terminó en el exilio, olvidada y sin poder regresar al Perú, Mercedes Cabello y Teresa Gonzalez de Fannig, también fueron olvidadas, salvo por dos calles o un colegio que lleva el nombre de la segunda. Pero aquí, el intertexto dice otra cosa: por qué no se han leído ni se leen a estas autoras? Porque son mujeres o porque tuvieron una visión crítica de la situación social de su época, o simplemente porque carecen de calidad literaria. En todo caso, obras similares, convencionales como las de Ricardo Palma, son machacadas en los colegios a los estudiantes. Flora Tristán tampoco es excepción, se la lee bajo el prejuicio de la mujer aventurera y ambiciosa. Esto me hacía pensar en que cada historia nacional, tiene a sus escritores nacionales, los que se dejan nacionalizar, porque no puede haber ningún pacto limpio en estos casos; la segunda idea es que esa misoginia endogámica, transmitida de generación en generación, condena al exilio a cientos de mujeres, y la última, que esa es mi sensación, a veces, hablar desde un exilio, un silencio que hay que romper a martillazos.

Sobre la escritura y la vida, me pregunto hasta qué punto mezclamos las dos cosas. Tengo la impresión, sin ser supersticiosa, que cuando se escribe algo, hacemos que suceda. Pensaba en la simetría entre una novela que acabo de terminar y mi experiencia actual, en las resonancias que pueda tener para algunos lectores, y en los distintos niveles de experiencia que toca un texto. De todas formas, un texto, al ser escrito, incluye un tú inmediato. Estoy casi segura, ese tú de la enunciación. Si no incluimos al otro en un texto es que hablamos solas y eso creo que es imposible, para que exista un diálogo, tiene que haber un tú. Es el problema de algunos textos cerrados sobre sí mismos y que no respiran: asfixian al lector. Sin el tú, el otro que se incluye, el lenguaje se volvería loco, dejaría de comunicar.

samedi, octobre 28, 2006

Ser


Me hago la pregunta hasta qué punto puedo ser coherente con mis ideas. Por ejemplo, si soy capaz de mostrarme en toda mi verdad, es decir, contradictoria, neurótica, impaciente, explosiva, ante todo el mundo. Me sucede que a veces, cuando no encuentro respuesta de la persona con quien deseo comunicar, me doy de golpes con mi propia fuerza, como esos animales que corren a toda velocidad y se desbarrancan. Me doy de golpes! Y sé que cuando hay un hombre al frente puedo dejar ese caballo desbocado, lo sé. Es una relación de fuerza, de oposición, casi física. Aún más si hay una relación afectiva. Yo sigo mi movimiento, que no es lineal, no soy la contemplación si no en los instantes en que logro armonizar mi interior con el exterior, cuando una voz me reconoce y me deja moverme y no me aprisiona en una jaula poniéndome una luz potente en los ojos, porque entonces, me siento un conejo (a), una especie de animalito atrapado. Lo que más duele es la deformación de la propia imagen, que lleguemos a deformarnos tanto en la mirada de la otra persona que casi no nos reconocemos y terminemos perdiendo sustancia, energía. También quisiera saber si soy capaz de recapitular, si puedo, en suma, yo, este pedazo de existencia mínima, ser más inmóvil, y menos esa cuerda en tensión. Si puedo besar la mano que me aprisiona, y seguir caminando sin mirar atrás. Podré, podré? Decir en francés: Je suis desolée. Je t'en prie, ne sois pas si dûr avec moi. Frase que le debo a alguien, sin duda se la debo.
O es que simplemente en esos instantes soy la persona que también soy, sin maquillage y aceptar que soy así, es también parte del proceso, no lo sé y no deseo ser abstracta, al no poder ser más concreta.

jeudi, octobre 26, 2006

King Kong Girl

Esta es la cara de la otra moneda, sin sublimación, con golpes para tratar de sacar algo en claro, para pensar a punta de martillazos. Acabo de pasar por la Inquisición masculina hablando del ensayo de Virgine Despentes, que termino. Yo escribo una tesis sobre la escritura como huella, como resistencia, con y contra todos (Lautréamont y Flora Tristán) y termino haciendo un trabajo semiótico del lenguaje, sobre su poder alienante y su poder para someter. Para contestar hay que apropiarse de los signos y así construir otros símbolos, es necesaria, entonces, la insolencia. Y aunque se me reproche, sé que es importante, que si escribo como escribo es por qué empecé diciendo: no deseo esto, no soy yo ésa que me muestran, es porque primero que nada siempre se ha impuesto mis ganas de auto-derminación. Me hace gracia cuando Luc me llama Madame la Présidente de Tourvel (sic), como el personaje de Relaciones Peligrosas. Pero sé que en el fondo es una cuestión de frote de roles, imposible que no sea así con alguien que se pronuncia y opina constantemente. Me gusta el lenguaje de Despentes, seco, directo, nada literario. Lautréamont adoraría y sé que va a gustar. Et. merde, alors, con la corrección, con estar fabricándose un Frankenstein a medida, con tener que andar armada hasta los dientes y lanzando bombas para seguir adelante y hacer lo que siempre hemos hecho en menos cantidad: pensar, escribir, dejar constancia. Y firmar actas.

Lo de VD puede chocar algunas suceptibilidades. Esto se escribe después del Segundo Sexo, de Simone de Beauvoir. No es un debate inútil, puesto que está en juego el bienestar de montones de mujeres, sobre todo y ante todo, su libertad.

Epígrafe de Simone de Beavoir: En efecto, el hombre representa hoy en día el positivo y lo neutro, es decir, el macho es el ser humano, mientras que la mujer es tan solo el negativo. Cada vez que se conduce como un ser humano, declaran que se identifica con el macho; sus actividades políticas, deportivas, su deseo por otras mujeres, son interpretadas como "protestación viril", nos negamos a aceptar los valores hacia los cuales ellas trascienden, lo que conduce evidentemente a pesnar que hacen una inauténtica elección subjetiva. El gran malentendido sobre el cual reposa el sistema de interpretación, es que admitimos que es lo natural para els er humano hembra para hacer de sí misma un ser femenino: noes suficiente ser heterosexual, ni incluso madre, para realizar este ideal; la verdadera mujer es un producto artificial que la civilización fabrica como antes se fabricaban castrados; esos pretendidos instintos de coquetería, de docilidad, le son impuestos como al hombre el orgullo fálico, sin que no acepte siempre su vocación viril; la mujer tiene todavía más razones para no aceptar la que se le ha asignado.
Simone de Beauvoir, El segundo sexo, 1949

Virginie Despentes, octubre 2006: Kin kong Theorie

Luego de muchos años de estudio, he deducido que, de todas formas, la femeneidad es una cojudez. Es el arte del servilismo. Se puede llamar a eso femenenidad y hacer algo con glamour. Masivamente es solo el arte de comportarse como inferior. Entrar a una pieza, ver si hay hombres, tratar de gustarles. No hablar alto, no hablar en tono categórico, no sentarse con las piernas separadas, no expresarse en un tono autoritario, no hablar de dinero, no desear el poder, no buscar el prestigio ni reírse muy alto. Gustar a los hombres es un problema complicado que significa borrar toda voluntaf de poder. Durante ese tiempo, los hombres, aquellos de mi edad, por ejemplo, no tienen edad, ni corpulencia. Cualquier imbécil, enrojecido por el alcohol, calvo, panzón y look podrido, puede permitirse reflexiones desagradables sobre las mujeres si no las encuentra sufientemente buenas, o decir cosas innobles si es que no se las pueden tirar. Son las ventajas de su sexo. Pero es raro que sean Bukowski, la mayoría de las veces es algún tarado de mal gusto. Estar acomplejada, he ahí lo femenino. Borrarse. Saber escuchar. Y no brillar intelectualmente. Lo mínimo como para oír a algún bello y comprenderlo. Hablar es femenino, todo lo que no deja huella. Nada de grandes discursos, ni libros, ni grandes proezas. Las cosas pequeñas. Lindas, femeninas. Los hombres, no rush, pasamos nuestro tiempo en comprenderlos, cuidarlos, mimarlos como madres consentidoras (...) Escondan sus heridas, señoras, eso podría herir a su torturador. La palabras siempre confiscadas. Una mujer peligrosa dijeron?
(...) Las que ocupan los mejores sitios son las que hacen alianza con los más poderosos. Las más capacitadas para callarse cuando las engañan, permanecer cuando las humillan, y adular el ego de los hombres. Las otras, las furiosas, las que reniegan de su cuerpo y su belleza, las cabezas fuertes, son asfixiadas, anuladas. Non grata en el pastel.

El padre


Pienso esta mañana en mi padre, luego de haber hablado de esos matriarcados invisibles, enraizados en distintos lugares. Quiera que sea visible, quisiera verlo. Nunca lo he visto totalemente si no ha sido través de otros hombres, entre la fuerza de la autoridad masculina, el miedo de mi deseo, y no saber cómo contenerlo, y el invierno que dejó su partida. Tratar de hacer visible esa ausencia que se abrió un día como una veta enorme y que nunca se llega a llenar. Mi padre fue el primero en hacerme leer, él venía cada domingo con un libro y me lo dejaba con la consigna de que hubiese terminado la semana siguiente, en su próxima visita. Pero también fue ese padre nervioso que perdía el control y que me hizo desconfiar de su autoridad, casi detestándolo. Todas esas fallas afectivas que yo he tratado de reparar acercándome a una persona, luego a otra para tratar de construir una imagen en la ual reconocerme. Lo más difícil es esa imagen que nos distorsiona y en la que no nos vemos si no es con una máscara, y yo querpia ver un rostro limpio, feliz. Yo he tratado de calmar ese fuego de la insolencia y por eso, nada me fascina más que la ternura en un hombre. Cuando veo algunos de los libros que he escrito, veo que esa mujer insatisfecha, desesperada por organizar un mundo donde el placer y el sueño fuesen posibles, se fabricó un hombre a la medida. Uno que supiera desactivar esa parte de desconfianza, de miedo y de despersonalización que siempre he sentido frente a una mirada masculina. Racheter en francés, compensar, redimir, exultar esa falta, con amor. A través del cuerpo, entendemos cuán vulnerables somos, pero también que hay una frontera con el otro, el hombre, abismo que solo el afecto puede hacer desaparecer para entonces dar el salto y bailar como en una playa soleada, con los pies descalzos. Mi padre era un hiper-activo, siempre ha viajado mucho y a eso le debo el haberme hecho descubrir el Perú, paisajes impresionantes de una soledad casi cósmica, pero en los que he soñado con crear mi propio mundo. A él le debo en parte mi capacidad de imaginar y soñar, obsesionarme con una imagen, un olor, una forma, un gesto. Pienso en nuestras tardes en la Playa de San Bartolo, en la casa de mis primos hermanos, frente al mar. Una niña recogía conchitas para meterlas a una caja y hacerlas sonar. De pronto se volteaba a buscar el cuerpo del padre, que ya no estaba, se debía haber metido al mar, con ese hedonismo que lo caracterizaba, con esas ganas de vivir que nunca aceptaron una casa, una mujer, hijas y un hijo. Ese padre insatisfecho y fuera de la realidad que me empujó a escirbir para llenar una ausencia. Ese padre... del que hablo sin hacerlo, del que veo una parte y a quien quisiera decir que quiero, para que deje de ser un extraño. Me digo que un día, un día, seré capaz.

Foto familiar en Chaclacayo: mi Arcadia.

mercredi, octobre 25, 2006

Camino

For Asper

Cada día un nuevo camino a pie, sentarse a mirar, pensar, escribir. Sé que hoy, mientras caminaba evocaba la presencia de alguien ausente; una parte de mi interior me llevaba hacia él, quedándose muy cerca, contemplándonos. Incluso en esa ausencia, su proximidad parecía evidente. Pensé en un gesto que lo mostraba como alguien de una sensibilidad especial: un niño vino un día a devolverle un encendedor que ya estaba extinguido. El lo guardó en su bolsillo. En el instante en que le pregunté por qué si no servía, respondió que era para no desilusionar al niño. Ese ser antes nítido como un canto de guerrero, se ha vuelto silencioso, casto y temeroso como un niño. Tengo algo que ver en todo esto, en cada respuesta que recibo, en cada sombra que trata de ocultar mi sol de fuego? Porque le temo a la soberbia y al sofisma, le temo a la inercia de la indiferencia. Decir: aunque sea demasiado tarde pequeño. Extender los brazos, querer abarca todo, todo, sin tener realmente nada. Ese mundo exterior inexpugnable, estas montañas de Niza, tan bonitas que hieren. Ese mundo, ese ruido que me arrastra como una rueda, y esa roca que se puede llegar a ser, desprendida de la montaña, rodando impelida por su propio peso, sin rumbo.

Texto de Marguerite Duras hablando de su libro El Vice-cónsul. Es así el proceso de escribir en ella, y de ahí, su fuerza, ese ímpetu del lenguaje que parece que nos pone ahí, al frente de una acontecimiento.

MD:

Estoy aquí para escribir una novela. La vida de un hombre que he inventado. Un héroe silencioso e ingenuo y sin audacia, y que deja pasar sus oportunidades para ser feliz. Lo he hecho Vice-cónsul de Francia y Calcuta, Vice-cónsul, profesión mediocre, pero segura y engañosa, Calcuta, ciudad infinita de la lasitud del ser.
En el punto en que me encuentro en mi historia de mi héroe, debo hablar del lugar donde se encuentra, Calcuta. Contar su derrota, su sueño aplastado y cómo Calcuta, lentamente, pondrá a plena luz su soledad, su banalidad, su angustia tan corta y por nada. Debo inventar Calcuta completamente, su calor, sus ventiladores por todas partes, sus ruidos de pájaros asustados, el amor de una mujer. Estoy aquí para jugarme la suerte, la más grande. Si no lo logro, no me mataré. Regresaré a París y continuaré haciendo lo que siempre he hecho. Nadie lo sabrá. ¡Qué dificultad! Cómo atacar esa fortaleza... Las palabras existen en algún lugar, escondidas por ahora, pero los conozco todas, todas y me regresarán a la cabeza. Reducir esta ciudad, que regrese a mí, completamente. La mujer que encuentra es Calcuta, la mendiga, es también Calcuta. El Vice-cónsul de Francia, también. ¿Qué es entonces lo que quiero describir, cuál es su naturaleza? Madame Bovary ha pasado entre sus ruedas. Albertine también. Las playas, muerta Albertine, y este estado en que estoy yo misma, todo irá en ese libro. No sé qué es lo que será ese libro, lo que sé es que está en mi lugar. Yo no soy nada.
Describir.
Interminablemente la noche de Calcuta. Un huevo enorme, negro, pestilente. Nubes que se amasan en lo alto de la desembocadura del Ganges en un Himalaya. Una mendiga piojosa arrodillada en el agua de las riberas, cerca de los establos donde duermen las carpas. Ella las acecha y las come crudas. Calcuta, ciudad mala, mala. Miseria por todas partes, el olor de orines que remueve el ventilador. Ella pasa por la mañana con sus hijas para ir a jugar tenis. Ella atraviesa el parque que rodea la oficina de la Embajada. A veces se cruza con el Vice-cónsul de Francia. Nunca le habla. Perder su tiempo, su juventud, expresión ingenua de la cual ella se servirá. Quisiera decir su desesperanza, larga marea, movimiento lento que los atraviesa. Es ayer que el amante se be haber ido. Su nombre es Jean, lo he oído. La mujer de Calcuta es rubia, la inventaré mañana. Ella debe estar muy bella sobre una cama cerca de su amante. No será el Vice-cónsul de Francia. ¿Quién se está muriendo en esta habitación? El Vice-cónsul de Francia en Calcuta. Perdió su oportunidad, su oportunidad fui yo. Yo no sé escribir este libro, ya no lo sé. Calcuta muere también. El Ganges no arrastra nada. A lo mejor me equivoco, hay que empezar lentamente, mañana, escribir todos los días. Encontraré el vínculo entre todas las cosas que digo. Empezar por el comienzo, ser razonable. Contaré todo, puedo, puedo todo. ¡Qué fuerza, que felicidad!.

Comentario interior, Noche negra, Calcuta, 1964.

Leyendo este texto de MD, entiendo cómo se mezcla la ficción y la propia vida. Ganas de dar vida a visiones de México, la esquina donde paseaban estudiantes salidos del colegio, con un fondo de muro pintado de colores muy vivos. La sensualidad de sus comidas, su lentitud, y sus códigos estéticos. La ciudad ruidosa, enorme y envolvente. Me gustaría ir a la India y ver el Ganges, me gustaría hablar de muchas cosas y por eso admiro la capacidad para elegir de MD y para creer en ella. Al despertar, la sensación de un cuerpo sólido, largo, tomo desayuno atravesada por esa sensación y sé que de ahí surge el fragmento, en ese no querer contar la historia si no en percepciones más o menos separadasy en bloque, es renunciar a la continuidad, es acpetar la desaparición de una persona y la mía. Es lo que me decía Eric: ¿Por qué voy a elegir una sola cosa si hay una multiplicidad? y de ahí su dispersión y el lado arrollador de sus libros. Estando presente su habitación, con la puerta siempre abierta, parecía una especie de torbellino. Mirando una noche el paisaje de Saorge, dijimos que se parecía al de “Cumbres borrascosas” y sí, hubo una tensión constante, tempestuosa durante esos días. Fuerzas contrarias, personalidades encontradas y miedo en algunos residente por una especie de caos general. ¿Esa fuerza, cómo describirla? Yo tengo una novela comenzada, en francés. Allí hay un hombre, recién aparece, no lo veo del todo, o no sé, necesito tiempo para verlo. Lo veo, a veces, a través de la música, a través de un támiz todavía impregnado de sensaciones... Con indulgencia y como si fuera yo. Hay que pasar esa osmósis, hacer que el otro sea realmente otro... bueno, ya estuvo bueno por ahora.

mardi, octobre 24, 2006

El cuerpo

El tema del cuerpo, no es un tema muy claro. Un cuerpo es algo vivo y está limitado en el tiempo (muere) y en el espacio (no puede estar en todas partes). Un cuerpo es también un rostro que emerge, es una presencia a través de una voz, unos gestos, es lo que trasciende su cuerpo y lo hace distinto del resto. Que las mujeres hayamos resuelto la relación con nuestro cuerpo, no estoy segura. Lo que quise decir es que en sociedades menos organizadas estas cosas, la sumisión, la alienación y el sometimiento, no se hacen visibles. Están disimuladas en un relativo caos. Quiénes pueden reflexionar sobre esto? Aquellas que no temen levantar la voz. Y sin embargo no es tan sencillo: si somos trascendencia, podríamos superar nuestra condición biológica y obtener lo que se dice auto-determinación, cierto? Mnnnn... No creo que sea así. Eso no está garantizado para todo el mundo, menos para aquellos que se quedan fuera del relato social que se va tejiendo con una participación mínima, o sea, las mujeres, los extranjeros, los homosexuales, etc...
Eso, por el tema del cuerpo. El otro tema, el más álgido y delicado, es hasta que punto un cuerpo es solo un cuerpo material, hasta qué punto, el cuerpo, sacralizado por la religión cristiana, el cuerpo único, puede ser una mercancía. Cuando Virginie Despentes dice que una sociedad que rinde un culto incondicional a la madre es una sociedad medio facista es porque en este rol (de guardiana de la sociedad, de preservadora de la cadena social, la familia), aparentemente valorizante, se esconde una dominación masculina evidente. Más abajo, transcribo una entrevista con Philippe Sollers sobre el tema. En lo que no estoy de acuerdo con Despentes es en su defensa radical por la legalización de la prostitución. Es obvio que este hecho concierne mucho más a las mujeres. Yo entiendo sus ganas de desenmascarar a una sociedad que, por buena consciencia, defiende los derechos de las prostitutas considerando como un daño moral el convertir su cuerpo en una mercancía. Pero, no me imagino una propuesta para legalizar la prostitución si fuesen los hombres los que se prostituyeran, tampoco entiendo cómo, alguien tiene que pagar para recibir una cuota de placer, si fuese desinteresado, eso haría menos miserable la situación, humanamente, menos patética. Luego, no creo que un control consiga mejores condidiones de vida para las mujeres que la practican, a lo sumo controlarlas y expulsarlas más fácilmente. Es en el caso de Francia, donde Sarkozy estaría dispuesto a ponerlas en un avión sin dudarlo. Enseguida, de ninguna manera creo que sea una elección, nadie elige prostituirse por placer, y la imagen de la mujer guapa, refinada y feliz, escondiendo el dinero en el bolsillo, no me la creo. Por supuesto hay otras formas de prostituirse, igualmente graves y más hipócritas, pero eso no me lleva a pensar que habría que defender una legislación sobre este tema. Es la legalización del dominio masculino por esencia. Volveré sobre este tema.

Concluyo con una corta entrevista, hecha por Elisabeth, ex-residente, al escritor Philippe Sollers. Veamos qué dice el autor de "Femmes".

Elisabeth Reynaud: En Narciso y Golmund, Hermann Hesse dice: Sin madre, no se puede amar. Sin madre no podemos morir. Qué le inspira esa palabra?

P.S: Hace reír ese tipo de formulación. Es un disco rayado. La madre es la posición fundamentalista. A mi modo de ver es muy fuerte y muy imbécil. Habría algo de muy apresurado: quisieran instaurar una especie de matriarcado maternal. Incluso con el útero artificial. Exactamente. Hay que preparar el culto.
Es una transposción hacia el culto técnico de la madre. Podríamos pensar en el poema de Baudelaire de Las flores del mal, Bendición.
Cuando por un decreto de poderes supremos/ el poeta aparece en este mundo aburrido/ su madre espantada y llena de blasfemas/levanta sus puños hacia Dios que la compadece/.
Es el límite del matricidio. Hay que releer el admirable Ulyses de Joyce para entender lo que es el desafío llevado al poder materno. Se imagina cien mil moribundos gritando, mamá en el capo de batalla!!!
E.R: La mujer que se prostituye puede co-existir con el concepto de mujer liberada?
P.S: Lo principal, es la liberación económica, que la mujer tenga acceso a su autonomía. Algunas mujeres piensan que la prostitución es una vía posible para la liberación. Yo, no lo sé, no lo creo así, no creo que las mujeres sean "entregables", salvo, una pequeña porción, a la actividad sexual.
ER: 50.000 mujeres fueron de Europa del este a Berlín para servir al placer de los hinchas de la copa del mundo de fútbol. Qué le inspira esto?
P.S: Escandalosa industrialización de sexo en todas partes y a cada instante. Basta con pasearse por Europa del este donde todo se vende. Por tanto, ganado humano, en este caso, femenino, y a la disposición del mercado y a la rentabilidad que se pueda sacar que son del orden una mecánica higiénica. Es absolutamente escandaloso y peor todavía cuando las principales víctimas de ese "terror",esa bestialización, más exactamente, son las mujeres que vienen de antiguos países estalinistas, lo que es particularmente obsceno.
E.R: Por qué no es posible que los hombres ejerzan "esa profesión tan vieja"?
P.S: Existe una prostitución sagrada. Una prostitución homosexual. En cuanto al hecho que las mujeres en un sistema como ese con respecto de los hombres, tal vez sea falso sobre sus verdaderos apetitos. Dejemos de confundir a las mujeres y los hombres, que son, contrariamente a lo que desea la publicidad, como el oso blanco y la ballena. Y si sucede algo entre ellos, podemos decir que es un milagro. (Sic, sic, sic, solo tics, tics y tics).

Sí, escribir, como dice Anaís Nin es crear un mundo donde sea posible existir... Y ahora leía las Cartas de un viajante, de George Sand, la primera carta está dirigida a Alfred de Musset. La escribe desde Venecia, durante uno de sus paseos a pie. Acabo de regresar de caminar por la montaña. No he escalado, no, simplemente caminé por un camino de tierra asentada que va bordeando la montaña y desde donde se puede ver el valle estrecho de la Roya. Los árboles están rojos, vaporosos, tupidos, extraordinarios. Me daba pena no mostrar ese paisaje a todas las personas que quiero porque soy consciente de mi situación de privilegiada. Sé que tengo que apreciar el poder escribir y pensar en un lugar como este, y sé que tengo que hacer esfuerzos para ser humilde (dejar por un instante la insolencia) y no ignorar este instante como viene, aceptar que todas esas experiencias pasadas me atraviesan y no me crucifican si no que me liberan. Aceptar la distancia, la precariedad, la aparición de un rostro y luego, su partida. Una mano que se aferra a la mía en la noche de algún lugar que no recuerdo, la sonrisa luminosa y su acta de partida, la puerta cerrada, los extensos espacios del Perú con una música arcana, pura y limpia, la inmensidad clara de ese paisaje, la del que me rodea ahora. Cada fragmento, cada historia, cada rostro, solo como un rostro y con eso, su efímera verdad, su duración, pero también su final. Aceptar el final, el cambio y el movimiento, saber que todo es escritura todavía fresca, la huella, la marca que luego se inscribirá en el texto a esperar que alguien venga y, con manos inseguras, como yo cuando me aferro a una frase, a una música, tratará de tocar.

lundi, octobre 23, 2006

Lunes

No escribo en el blog porque tengo muchas ideas y poco tiempo. Hoy ha llovido todo el día, tupido, como cuerdas de guitarra... El pasiaje parece de Indonesia o de la Amazonía. Hace unos instantes contemplábamos con Yuni y Tom las nubes evaporarse y perderse en la montaña. Luc hizo fuego en la chimenea y se prepara una cena bastante apetecedora, pero el ánimo es melancólico, como la Sudade portuguesa, sin llegar a ser denso.
escribiré más largo, ahora, me apetece trasncribir una carta que Anais Nin dirigió a un joven escritor. Y luego, esta fémina... !se va a trabajar!!

Carta a un escritor que preguntaba, Por qué se escribe.

"Porque se escribe es una pregunta a la cual puedo contestar fácilmente, habiéndomela hecho yo misma. Creo que se escribe porque se debe crear un mundo en el cual podamos vivir. Yo no podía vivir en ninguno de los mundos que se me proponía: el mundo de mis padres, el de Henry Miller, el de Rango (su pareja peruana), o el de la guerra. He debido crear un mundo para mí, como un clima, un país, una atmósfera donde pueda respirar, reinar y recrearme cuando la vida me destruía. He ahí, creo yo, la razón de toda obra de arte. El artista es el único en saber que el mundo es una creación subjetiva, y que hay hacer una elección y una selección de elementos. Es una concretización, una encarnación del mundo interior. Y luego, espera atraer a otras personas, espera imponer esa visión particular y compartirla con los otros. Incluso si la segunda etapa no se realiza, el artista, cueste lo que cueste, continúa valientemente. Los raros instantes de comunión con el mundo valen la pena, porque es un mundo para los otros, un don para los otros, en definitiva. Mientras creemos un mundo tolerable para nosotros mismos, creamos un mundo tolerable para los demás.
También escribirmos para reanimar nuestra percepción de la vida, para encantar y consolar a otros, para dar una serenata a aquellos a quienes queremos.
Escribimos para disfrutar de la vida dos veces, en el instante y después de él. Escribimos como Proust para hacerla eterna y para persuadirnos que ella es esterna. Escribimos con la finalidad de trascender nuestras vidas, ir más allá. Escribimos para aprender a hablar con los otros, para consignar el viaje a través del laberinto, para ensanchar nuestro universo, cuando nos sentimos asfixiados, contrariados y solos. Escribimos como los pájaros para cantar. Como los pueblos primitivos que danzaban sus rituales. Si no respiras a través de la escritura, si no lloras escribiendo o no cantas, entonces, no escribas. Porque nuestra cultura no sabe qué hacer con ello. Cuando no escribo siento que mi universo se reduce, me siento en prisión. Siento que pierdo mi fuego, mi color. Debería ser una necesidad como el mal necesita levantarse. Yo llamo a eso respirar".

Bonito, no?

vendredi, octobre 20, 2006

Si no soy ella, entonces soy otra

Hay que conocerse a sí mismo, aunque no sirva a encontrar la verdad, puede servir para organizar su vida y no hay nada más justo.

Pascal, Pensamientos.

¿Por qué nos empecinamos en cambiar las cosas? Porque creo que eso nos hace humanos, el querer “cosntruir” pese a los desafíos y los riesgos. Sigo pensando en qué sucede con nosotras, las mujeres. ¿Cuáles son las fracturas en el diálogo con los hombres, por qué hay violencia, por qué la comunicaicón no fluye, por qué tan poca complicidad y tanta desconfianza? Tal vez sea cierto que asumimos ese rol de ubicuidad, de guardianas y sin saberlo. Recuerdo que cuando mis padres se separaron, yo asumí de alguna forma su ausencia y velaba por el orden y la seguridad. No podía dormirme si no llegaba uno de mis hermanos, y solo me dormía cuando etaba segura de que todos estaban en casa. Es tal vez un isntinto animal que, con el tiempo, se va decantando y convirtiendo en una reflexión sobre nuestra condición. Cuando los lugares comunes dicen que las mujeres son más maduras que los hombres, es simplemente por que las mujeres estamos más impelidas a hacernos preguntas fundamentales sobre nuestro sitio en la sociedad. Y no podemos ser pasiva si aspiramos a la creación y a una vida activa. Me hacía preguntas sobre le lenguaje que revela mucho sobre nuestra forma de ver el mundo. Muy a menudo percibo que el lenguaje de algunos hombres, sobre todo los que han tenido una relación amorosa conmigo, es más sentencioso, que no transpira, como una suerte de armadura que preserva una unidad y una cierta fobia a la contradicción. En ese silencio, el del que no contesta, no habla y no se arriesga, subyace un deseo soterrado de aniquilación, como una especie de infanticidio (como eres débil y exiges, te destruyo). Si te silencio, entonces, no existes y nada ofende más al que se siente oprimido que el hecho de apartarle el derecho a la palabra, es casi una atentado contra la dignidad. Pasa igual con los libros. La mujeres publican, sí, pero ¿quiénes reciben la atención de la crítica? Aquellas que se pliegan a las reglas del juego, las subversivas son recuperadas por cuotas y, muy pronto, terminan pareciéndose a una caricatura de sí mismas. Mujeres amargadas o resentidas que desarrollan una androfobia. La única manera de salir de ese entrampe es no seguir las reglas del juego y no caer en la provocación. Toda reacción visceral es dudosa, pero la insolencia, el derecho a la insurrección intelectual, es parte vital de la creación. Entonces hay que caminar por un abismo, con el público que espera que esa funambulista se caiga para aplaudir, y sentir que por fin, todo ha vuelto a estar como antes. Si tal vez nadie nos oye, es tal vez porque el mundo va bien, como decía Godard. Quiere decir que el mundo no se pliega a la buena consciencia y es menos hipócrita, ¿pero hay fatalidad en esto de estar siempre replegadas? Noto que hay menos mujeres que se preguntan por su condición en los países en que las clases sociales no están claaramente diseñadas, como si esa conciencia se evaporase en la nebulosa de la incertidumbre económica, o porque es tanto el esfuerzo que se hace por sobrevivir, que no se tiene tiempo para pensar. Ayer conversaba con un amigo sobre España, por ejemplo. El vive en Barcelona y me comentaba que la comunicación con las mujeres (y yo decía con los hombres) no fluía, como si el intercambio se quedase en la enunciación pero no lograse penetrar en el interior, como si hablando, se sobrevolase sobre las cosas mencionadas, pero nunca desde dentro, a eso corresponde, creo, expresiones como Tal y tal o La hostia... Si me permito hablar, es desde una experiencia personal que no he logrado armonizar en mi relato íntimo. Toda relación, sea cual sea, que se hace vegetativa, empobrece y nos descoloca en el mundo. Recuerdo que un día Elisabeth recibió una agresión verbal de un residente que visiblemente no la apreaciaba. No bien , salió a la calle, se torció el pie, y esto porque esa agresión la había hecho tambalear físicamente(el psicoanálisis emplea el método de la cura con el lenguaje). Cuando un lenguaje se vuelve rígido, no transpira y no duda, se produde una deshumanización, es ahí cuando hablamos de miseria y su consecuencia son los síntomas. A ver... yo creo que la situación económica de España está dando sus frutos, es decir, que una sociedad organizada, piensa también con más claridad, la reflexión es un lujo de sociedades post-industriales. Encontré una análisis sobre la novela gótica del XIX, que tuvo su origen en Inglaterra y solo el pastiche en Francia, con Pétrus Borel, ¿por qué? Porque en Inglaterra se había producido una fractura histórica y había surgido una respuesta a la influencia de la Iglesia Católica (la Contrareforma), y oxigenado la manera de pensar. El Márquez de Sade quizás haya sido una excepción, sus sistema, cerrado en su forma, lo convierte, a mi modo de ver, también en un heredero de la Ilustración. La historia de España la conozco mal, menos que la francesa, es cierto, eso por haber vivido más en este país. Pero sé que el Concilio de Trento fue un retroceso, y luego, en la época moderna (que conozco mejor) la dictadura franquista no hizo sino rezagarla por muchos años. Entonces ¿ese desfase tiene que ver con su historia? Mnnnn, no lo sé, presiento que sí, tiene que ver con una especie de situación endogámica que duró mucho tiempo y que ahora se activa con los nacionalismos vascos y catalanes (es decir, no admite lo heterogpeneo). Un aspecto que sorprende es que es imposible tener una conversación seria en un bar con la cantidad de ruido que producen. En general nobody care about that, nadie se queja. Si los canales de comunicación se bloquean, como sucedió en países como el Perú en la época de Fujimori y durante la dictadura del General Velasco Alvarado (recuerdo como me indignaba la educación militar, cantar el himno nacional, como para alienarnos desde la mañana) por ruido, por falta de interés o alienación general, ninguna libertad individual está garantizada, ni en el pensar ni en el hacer. Cambiar una tiranía por otra (por la del ruido), es también un problema. Luego, mientras en países como el nuestro, las fracturas sociales sigan siendo abismales, y mientras como el caso de España no se configuren espacios donde la reflexión sea exigente (plataformas intelectuales, programas de televisión-recomiendo ver el contenido de TVE, es revelador-, foros, etc) nada cambiará y el floreciento económico no producirá ningún bienestar moral. El éxito económico de ciertas ciudades como Barcelona debería hacernos pensar, decir que se ha convertido en la Sillicon Valley de España, ¿es positivo? ¿Y qué precio, quiénes van a España a trabajar por un puñado de euros y en condiciones precarias? Un día una mujer decía en una entrevista en el canal francés Arte, los nor-africanos, sin precisar el origen, trabajan bien, y las ecuatorianas son buenas empleadas domésticas (sic). Me da la impresión que se habla sobre ese boom como se habló del boom turístico que industrializó las costas españolas destruyéndolas. Y pienso en el Boom turístico que siempre se promete en el Perú. Yo creo que la salud de una sociedad está en la capacidad de reflexionar y en la condición de sus emigrantes, de las mujeres y todos los considerados como minorías, aunque no lo sean. Me refiero, por supuesto, en la organización social. No hay poesía en esto, es un constatación. Pronto, decía Luc, comentando esta incomunicación entre hombres y mujeres, haremos países de mujeres y de hombres, la desconfianza de por medio, como una guerra civil.

jeudi, octobre 19, 2006

Baise-moi


He seguido leyendo algunas cosas de Octavio Paz por Internet, la influencia surrealista, sus tomas de posición, sus carencias: falta de dinero, pobreza extrema, y sin embargo, una riqueza interna, una vida rica en amistades y en afecto. Una vida vivida con intensidad, sin lamentos y sin amargura. Una especie de sabiduría adquirida, deseada. Me gusta cuando analiza la idea de “azar objetivo” que había desarrollado André Breton. El pensaba que en el amor tenía que haber una elección, para no ser una acción enagenada que sometía la libertad de una persona. Pero, la elección también es en cierto modo alienación con el propio deseo, habría que empezar por saber donde está su deseo, o profesarle una cierta devoción mística para no confundirlo con otras cosas. El deseo no es único, los Libertinos (entiéndase en el sentido de libertad en el pensar) lo comprendieron muy bien y lucharon por darle un sentido nuevo. En todo caso el deseo, cuando se concentra en una sola persona se convierte en lo que decimos “amor”, pero cuando este se transfiere a otras esferas, al trabajo, a la amistad, se le conoce como afecto. Un tema complejo sobre el cual podría colgar una entrevista a Philippe Sollers hecha por Elisabeth, ex-residente.
Volveré sobre este tema, tal vez con más ideas. Del otro lado, el deseo también está implicado en el ensayo de Virginie Despentes: King Kon Thérorie, Grasset, 2006. Me sorprende su claridad y su capacidad para un pensamiento elíptico, es clarísima, y brillante. Si el deseo nos hace libres, también nos somete cuando está alienado con el exterior, con lo que nos es impuesto y todos, todos los modelos sociales que nos llegan desde la infancia y contra los que hay que luchar para llegar a ser verdaderamente autónomos y tener esa dignidad que se puede considerar humana al construirse.
En esto de ser autónomos, Despentes dirige una crítica feroz al Estado francés. Señala con el dedo las heridas más sensibles. Una sociedad que estigmatiza la maternidad (la derecha sobre todo) es una sociedad que infantiliza a sus ciudadanos sometiéndolos a una super-protección que los limita y los aliena. Despentes dice: Cuando Nicolas Sarkozy reclama la intervención de la policía en las escuelas, o Ségolene Royal (candidata del partido socialista a las elecciones presidenciales del 2007), los militares en los barrios peligrosos, no es una figura viril de la ley que introducen en los niños, si no el poder absoluto de la madre. Solo ella sabe castigar, guiar, manejar a los hijos en calidad de una maternidad prolongada. Un estado que se proyecta en madre-todo poderosa es un Estado fachista. El ciudadano de una dictadura se convierte en un bebé, cubierto, nutrido y dentro de una cuna por una fuerza omnipresente, que sabe todo, que puede todo, tiene todos los derechos sobre él y por su propio bien.
Entiéndase bien que Despentes critica ese culto hipócrita a la maternidad que esconde una consolidación de un falso poder que sirve para que el Estado pueda neutralizar mejor a sus ciudadanos. Está claro que el amor es ayudar a caminar y no a quedarse sin manos y pies, un amor de verdad, ayuda a ser libre y a pensar con libertad, empuja hacia afuera, no encierra, da lo que puede para que ese hijo y esa hija sea libre, se autodetermine y esté en capacidad de pensar con total autonomía. Mas allá, VD escribe: El cuerpo colectivo funciona como un cuerpo individual: si el sistema esta neurotizado, engendra espontáneamente estructuras auto-destructivas. Cuando el inconsciente colectivo, a través de sus instrumentos de poder que son los medios de comunicación y la industria del entretenimiento, sobrevalora la maternidad (ah, las telenovelas!!!), no es por amor a lo femenino, ni por benevolencia global. La madre dotada de todas las virtudes, es preparar al cuerpo colectivo a la regresión fascista. El poder que un Estado enfermo otorga es forzozamente sospechoso.
Pero hay una guerra civil con los hombres, una guerra que empieza por el sometimiento de todas las mujeres a reglas de juego injustas bajo una mascarada de seudo-liberación que no ha hecho si no masculinizarlas, es decir, las ha hecho tan esclavas (como a los hombres, de paso) de una imagen de virilidad desfasada, fuerza, insensibilidad, templanza convertida en temeridad, terminando en la estupidez (no digo idiotez porque el Idiota de Dostoiesvki es más bien un sabio). Los hombres denuncian con virulencia las injusticias sociales o raciales, pero se muestran indulgentes y comprensivos cuando se trata de domincación machista (acabo de leer en el Boomerang un texto interesante sobre la violencia en España). VD: Son numerosos en comentar que la lucha feminista es anexa, un deporte de ricos, sin pertinencia ni urgencia. Hay que ser cretino, o horriblemente deshonesto, para encontrar una opresión insoportable y al otra poética.
Hasta ahora, la parte más dura, la que más compromete a la autora y al lector o lectora, es cuando habla de la violación. Despentes fue violada mientras tiraba dedo en una ruta de Francia. Habla conociendo esa experiencia que muy pocas mujeres se atreven a contar y asumir en público. Escribe: La violación es la guerra civil, la organización política a través de la cual un sexo declara al otro: me tomo todos los derechos sobre ti, te obligo a sentirte inferior, culpable y degradada.
Esa es solo una parte de este ensayo, duro, esclarecedor y de una lucidez sorprendente. No puedo entender que sigamos separando lo social y lo político, lo estético, de lo moral. Toda acción se inscribe en el plano de lo político, sobre todo escribir a partir de un yo encarnado. Es una militancia activa, es decir: yo estoy aquí, y existo. No es un juego lógico de palabras, es una toma de consciencia y una forma de asumir una posición para evitar lo que sí, queda, queda como una herida incurable para Despentes:

Imaginaba que hablando de ello (la violación)terminaría con eso. Liquidar ese hecho, vaciarlo, agotarlo. Imposible. Es fundador. De lo que soy como escritora, en tanto que mujer que no es totalmente una (creo que hace alusión a la forma como Despentes se ha visto empujada a asumir actitudes masculinas y convertirse en una especie de híbrido sexual). Es al mismo tiempo lo que me desfigura y lo que me constituye.

A los militantes contra, les recomiendo ver la película inspirada en la novela de Despentes. Debe estar en dVD... la misoginia es otra forma de racismo, mas sinuoso, más camuflado por el poder, pero lo es. Una frase de Goethe me hace pensar que un rasgo de lucidez es casi posible: El eterno femenino ensalza la existencia.
Yo no definiría lo femenino como eterno si no como algo que cambia en función de las épocas y las personas, a cada una de construirse su “femineidad” o como diablos se le llame.

Foto: V.D

mercredi, octobre 18, 2006

Camino de los castaños

Acabo de regresar de un paseo por el Camino de los castaños (chemin des chataignes), un sendero rodeado de castaños en flor que dejan caer sus frutos al suelo. Y así como a Cortázar le gustaba ir a ver los árboles del Jardin de plantes, en París, y a Julio Ramón Ribeyro los del parque Manceau, yo adoro este paseo. Las castañas se comen cocidas, o doradas, pero también en crema o en mousse. Las hojas caían de los árboles que han enrojecido por el otoño. Es un camino mágico que me pone en un estado de gracia. De pronto, la voz de x en el teléfono, con el río (la Roya) sonando al fondo, me parece tan viva, cada movimiento de mi cuerpo, cada murmuro, es una música que me eleva y hace que me sienta feliz. Con pocos recursos, porque aquí nadie tiene dinero, han habido algunas comidas extraordinarias y generosas, algunas apariciones dionisiacas, en las que es posible sentirse menos sola. Cuando alguien te muestra un cielo estrellado, para que veas La estrella, cuando alguien habla y quiere decir: No estás sola, la compañía y la atención del otro, todo tiene sentido. Yo me siento feliz en este espacio, y me quedaría para siempre en la compañía de Jean-Jacques y Stéphanie. Me seduce su capacidad para disfrutar de la vida, su refinamiento, sus ganas de estar instalados en la vida. Todo eso, una experiencia voluptuosa en su austeridad, es la vida feliz. Caí, por azar, sobre un texto de Octavio Paz sobre sí mismo. Un texto autobiográfico magnífico que me ha hecho lamentar algunas lagunas. Paz tiene toda la razón cuando analiza la frase Lautréamont: La poesía será hecha por todos. Esa idea de una poesía total y masiva no es otra cosa que el hecho de que la palabra, el signo, se vuelva a acercar de las personas al aproximarse de las cosas. Y estoy totalmente de acuerdo. Cuando siento que un texto es demasiado literario, es cuando lo escrito se ha alejado de la experiencia del que escribe y no transmite, cuando se ha alejado de su cuerpo y de su latido humano. Me gusta escribir con uñas, bocas, piernas, dientes, sexos, olores y sonidos, con todo lo sensible.
Leo un ensayo de Virginie Despentes (y releo la correspondencia de George Sand y Alfred de Musset), la autora de la novela Fóllame (Compactos de Anagrama), y más allá de una curiosidad, es lo que creen los demás residentes del monasterio, es un texto interesante por insolente, por vital y porque dice las cosas de frente y sin concesiones. Despentes no milita, reflexiona desde su experiencia concreta, como mujer y en el seno de la sociedad francesa. Espero que pronto sea traducido al castellano porque estoy segura (y traduciré un fragmento) que muchas personas, hombres y mujeres, se reconocerán en él.

Me he reído muchísimo con algo que es una tragedia para Yuny, escritora norteamericana de origen nor-coreano. Ayer, para ayudar a Tom, el joven jardinero del monasterio, se puso a regar el jardín, pero Yuny es distraída y se le olvió cerrar la manguera. Resultado, el agua corrió toda la noche y causó un derrumbe en uno de los arcos del andén del jardín. El monasterio es del siglo XVI y es un monumento nacional. Para clavar un clavo hay que pedir permiso al Gobierno Regional, y por su valor histórico y estético, hay frescos estupendos, es una joyita del Valle de la Roya. Pobre Yuny, no ha dormido toda la noche y ha llamado a sus padres para pedirles que le ayude. Yo traté de consolarla diciéndole que la lluvia y la nieve debían causar los mismos estragos. Pero creo que eso no la ha aliviado. Jean- Jacques le ha dicho, en broma, que la pondrá en penitencia.

Muero de ganas de ir a ver una película titulada Bamako, de un director africano... a Niza... Sueño con ir a Bamako y visitar sus plazas donde parece que hay una música gloriosa.

mardi, octobre 17, 2006

fragmento


El fragmento de Tohu que no había puesto. El viento ha dejado de soplar y ahora, hay un sol un poco pálido, envuelto en un fondo de aire un poco frío. Los días son cortos. Dormido poco, demasiados sueños, nunca los anoto. En uno de ellos, veo a una mujer en una sala de espera, la cabeza gacha, el tinte del rostro pálido. Pienso que tengo que regresar por ella, que tengo que hacer algo por ella.

Tohu, Eric Vuillard, Léo Scheer 2005

Es una mujer que danza decía él, una mujer que danza y que pronuncia al mismo tiempo todas las palabras de un idioma.
en un instante ella dice todas las palabras del idioma y su cuerpo parece muy ligero y gira sobre sí mismo.
Ella danza con un vestido pegado al cuerpo como en una extraña comedia americana, danza durante noches enteras.
sin cansarse.
como si nunca hubiese estado cansada y no deseara dormirse jamás,
ella danza con mucha delicadeza, muy cerca del suelo,
cada movimiento de su cuerpo es una fuga lenta y
por momentos gira sobre sí misma, gira hasta que yo pierdo sus brazos, sus piernas, todo su cuerpo,
hasta gotear sobre mi rostro, hasta no tener más sombra ni más movimientos,
hasta fundir a su alrededor las piedras y los metales,
hasta que el aire de la atmósfera sea una propiedad de su propio cuerpo.
Y luego, ella se detiene y asume otra vida, incalculable, bajo una apariencia fantasma que es la señal abstracta de su existencia anterior. Ella me aparta por unos instantes del sentimiento de pertenecer a un orden asfixiante hacia un desorden vasto.
Ahora, ella pasa sus brazos en torno a su cuerpo, sus movimientos se hacen más lentos, y se inclina sobre mí.
y siento pasar el aire por sus pulmones, siento los sonidos en su garganta, y sus palabras salir de su boca hasta venir a mí como una sustancia menos densa que el agua pero infinitamente más pesada que el aire.

Foto: E.V.

dimanche, octobre 15, 2006

Lectura

Anoche hubo la lectura en el refectorio de Leer en fiesta, una celebración francesa de la lectura. Aquí acabó en caos general. Igual que como suele suceder en el Perú cuando los egos se juntan y se frotan, poniendo en duda la importancia de cada escritor. Ninguna fraternidad. Cierto, Alexis Forestier, EricVuillard y Marie Dépouselé entraron en una conversación de cafetín que ignoró a su auditorio, pero, no sé si reprochárselos a ellos. Al final, escribir es una actividad solitaria, secreta y, expuesta, parece siempre un espectáculo. Lo curioso es que no hay alteridad entre los escritores capitalinos y la provincia, hay un choque. Tal vez París hace creer a sus escritores que son el centro del mundo y esa soberbia tautológica cae mal, no lo sé. Al final hubo un concierto de acordeón en la capilla, valses franceses, y Piazzola. Comentario de Marie, la escritora psiquiatra que vive en un hospital psiquiátrico de París: qué horror, una hora y medio de concierto de acordeón!
Mientra el público se mantenía fijo en sus asientos yo pensaba que lo que me gustaba de Piazzola era ese tempo lento, luego acelerado que desdramatiza, como las horas de almuerzo en Lima en movimiento y luminosas. Yo quería mantenerme en ese estado de evocación, sin mezclarme en la querella narcisa de los escritores, pero no sé si he sido consecuente porque luego terminé discutiendo con Eric Vuillard,a puerta cerrada, seguida de una tempestad de vientoy de frases reactivas. Las pasiones literarias e humanas son siempre tempestuosas, pero quizás ese sea su lado interesante.

vendredi, octobre 13, 2006

memoria y Apollinaire


El premio Nóbel a Orahn Pamuk el mismo día en que en Francia se vota por un proyecto de ley para penalizar a las personas que se nieguen a reconocer la masacre armeniana. No creo que sea una coincidencia, es una especie de tribunal intermacional que busca establecer un deber de memoria. De lo que no estoy segura es de sí esta medida sea disuasiva. Posiblemente cuente más el Nóbel al hacer conocer la obra de Pamuk en la cual denuncia este olvido de parte de Turquía. Sin embargo, la prensa turca en general ha hecho saber su sorpresa por esa actitud francesa a quien consideraba “un amigo”... Ante el exceso de cinismo, una especie de sospechosa banalización del sufrimiento, del Holocausto, etc (una vez alguien me dijo, no fueron 6 millones, si no menos ¡!), un exceso de celo por la memoria. Lo malo es que esto parece una medida paternalista (nosotros tenemos que hacerlo puesto que ustedes no lo hacen) Francia en abanderada de los derechos humanos, aleccionadora y castigadora. El problema es que debería venir del propio pueblo Turco. Tal vez Pamuk, al llamar la atención con su Nóbel logre algo.

Ayer cité un poema de Apollinaire que no encuentro todavía ( lo leí en uan antología de poesía francesa publicada en el Perú y la traduicción era de Javier Sologuren). Hoy veo el suplemento de Le Monde que se han publicado sus Cartas de Amor a Madeleinne que son de una sensualidad evidente. Las escribe durante la Primera Guerra Mundial, tal vez herido: siempre se ha llamado vicios a todos los refinamientos. Y esta forma de hablar ha alcanzado también las posturas más comunes del amor que los Antiguos practicaban abiertamente y los Modernos con hipocresía. Y también: he pensado por un largo instante en tu cuerpo, he imaginado la separación de tus piernas y el rubor exquisito de la construcción abisal del deseo. La punta de dardo de tus senos le daba a mi boca un ardor insospechado. Como dice Le Monde, la escritura para Apollinaire es el lugar de la belleza: La vida solo es dolorosa para aquellos que se mantienen alejados de la poesía, a través de la cual es verdad que nos hacemos a la imagen de Dios. Y termina una de sus cartas así: Pienso en tu cuerpo exquisito y aterciopelado. Escríbeme sobre el amor, sé mi pantera para entrar en la vida de nuestro amor. Tomo mil veces tu boca y tu lengua. Y para unir escritura y vida: Hay que decir la verdad (...) Escribe con esas plabras que hacen que nos sintamos vivos.

jeudi, octobre 12, 2006

Cave

Anoche descubrí en lo que era una “cave”, lugar donde los monjes debían almacenar el vino, a una gata con sus crías. Estaban metidos en un agujero y parece que están ahí desde hace un mes.... Por eso la gata viene hambrienta a quitarle la comida a su hijo mayor, Beckett, de quien nada sabe con certeza el género. En el cielo negro brillante de ayer, alguien me enseñó las constelaciones de Tauro y Aries que son las de mi signo. Y esta mañana hace un calor casi de verano. Terminada la lectura de Anais Nin, La casa del incesto, que me llamaba la atención. Aparte de este fragmento, no sé si la totalidad me ha gustado mucho. Mnnnn Lo traduzco porque en lo que dice de sí misma, yo me reconozco un poco. También pienso en el poema de Apollinaire, Je t’ai serré contre moi/ comme un enfant étouffe un oiseaux sans le vouloir (savoir ?)…
O algo así... buscaré el poema y lo pondré tal cual para mis lectores exigentes...
La casa del Incesto, Anaís Nin.

Me han arrancado los brazos, cantaba ella. Me han castigado por haberme aferrado. He clavado mis garras sobre todo lo que amaba; los he encerrado bajos los momentos más hermosos de mi vida; he cogido entre mis manos la plenitud de cada instante. Y tenía los brazos crispados en un perpetuo deseo de abrazo, quería besar, retener la luz y el viento, el sol y la noche, el mundo entero. Quería acariciar, quería aliviar y arrullar, calmar, rodear, envolver. Ponía tanta fuerza en apretarlos contra mí a los que quería que se quebraban. Lejos de mí. Y bien que mal alrededor mío, evitando mi contacto. Estaba condenada a tener las manos vacías.
Temblante y agitada estaba ella ahí mirando sus brazos estirados siempre delante de ella.
Ella miraba sus manos cerradas sobre sí mismas y lentamente ella las abrió; las abrió completamente como el Cristo, las abrió con un gesto de abandono y de ofrenda. Era la renuncia. Era el perdón. Ella abría sus brazos, sus manos, dejando que las cosas siguieran su curso más allá de ella misma.
Yo no podía seguir el derrumbamiento de las cosas. Todo lo que fluía, lo que escapaba, todo lo que se mueve me asfixiaba llenándome de angustia.

mardi, octobre 10, 2006

Novela

Walter Benjamin escribe sobre el narrador en sus Escritos franceses que la narración tiene que ver con la tradición oral, es decir, preservar una cadena viva de relatos. La novela la inscribe en el plano de lo inidividualy en la época moderna. Supongo que nos habla más de la novela escénica cuando dice que “empobrecimiento de la vida del individuo” hace que tenga pocas cosas qué decir sobre sí mismo. Una cosa contradictoria, es que ahora sucede lo contrario, quiero decir que abundan los textos en primera persona (la autoficción)como un impertivo por confiarse en el texto. Estas son algunas reflexiones sueltas, y a la volada, sobre la novela y lo que hace que siga existiendo, de su importancia y de sus múltiples tranformaciones.
La otra noche, mientras paseábamos con luna llena, pensé que la fuerza de la novela radica en sus imágenes y situaciones que ayudan a visualizar lo que sucede. Por ejemplo, recuerdo muy bien escenas de Cuarteto de Alejandría, de A la búsqueda del tiempo perdido, o de Madame Bovary y El idiota, por ese lujo del detalle en la escena. Por el diálogo, también, aunque yo no los utilice mucho.

Siempre he pensado que los libros tenían que ejercer su influencia en mí, los que construyo y los que leo. Cuando esto no sucede, cuando no hay transformación ni enriquecimiento, me acosa la melancolía: ah, melancolía, clava tu dulce pico, ya! , escribió César Vallejo y lo entiendo perfectamente.
Me gustaría adherir a esta frase de Borges en su texto sobre la ceguera:

Un escritor, todo hombre, deber ver en lo que le sucede un instrumento, pensar que todas las cosas le han sido dadas con una cierta finalidad: Sobre todo si se trata de un artista. Todo lo que le sucede, incluyendo las humillaciones, los fracasos, las desdichas, todo ha sido dado como arcilla, un material para su arte; y debe aprovecharlo.

Nota bene
(ojo, he tenido que traducirlo del francés por no encontrar una versión en castellano, osea que la cita, no será exacta)

Voy a Niza, a la libreria Massena, por unos libros. Recuerdo muy bien los comentarios de Stendhal de esta ciudad que le gustaba mucho por su apariencia italiana.

samedi, octobre 07, 2006

Tohu


Estaba leyendo, mientras contemplaba la montaña, los Escritos Franceses de Walter Benjamin. Hay un restrato suyo, durante una visita a Ibiza en 1939, antes de que ese lugar se convierta en una discoteca general, que es bastante revelador. Anima los textos que leo, por ejemplo, que Benjamin se interrumpía para decir constantemente: Tiens, tiens, en francés, que sería el equivalente de: mira, para nosotros. Y luego, Alexis me trajo un libro de Eric Vouillard, Tohu (éditions Léo Scheer, tarduciré un fragmento). Curioso, la prosa es brillante, las imágenes son corpóreas, casi palpables, son como viajes internos, cargados de imágenes oníricas. Por instantes es demasiadovirtuoso, pero su prosa no decae. Es una nueva tendencia entre los autores franceses (Vuillard tiene 37 años), una novela tipo río, es decir que fluye sin trama y sin personajes. Me preguntaba por qué me detengo en algún momento en su lectura, y creo que es la falta de escenificación lo que no permite adherir al texto, aunque lo sintamos fluir por instantes en el interior. Creo que el texto sin verbo activo, escena, situación, termina dejándonos en le mundo de lo abstracto puesto que el autor ha decidido no dotarlo de personajes si no simplemente de voces. Pero esas voces son altas y hablan a la vez, lo que no permite reconocerlas. Tal vez, y es una idea, el lector busca que la marca vital del autor se sienta, ahora más que nunca. Es como si fuese un bonito desfile de máscaras, algo así, volveré sobre esta idea. Me hace pensar en El viaje al Ecuador, de Henri Michaux, un paraíso artificial. También en esas sensaciones que alguna vez he sentido cuando he viajado por el Perú y que Eric ha puesto en este libro, un viaje a Puno con mi padre. Sé que cuando estuve allí estaba tan impresionada por la magnitud del paisaje, por su extrañeza y su austeridad, que sentía que solo podía ponerlo por escrito a través de sensaciones, casi como colores brutos aunque tenues. Vuillard ha estado en el Perú y ha vivido en Guatemala lo que hace que su texto transmita y no sea tan abstracto (el cuerpo está presente), creo que es como si avanzara a través del bosque tratando de hallar algo, algo así como un chamán que se pone en contacto con una experiencia trascendental. Eric debe leer el 14 al mismo tiempo que Alexis termina una instalación de materias no nobles en varios espaciosd el monasterio, inspirada en el Arte Pobre Italiano. Promesas para ir a bañarnos a Niza o a Ventimiglia con Alexis y Eric. El sol no nos ha abandonado. Y como siempre hablo de este monasterio, siempre olvido decir que cualquier persona que escribe y ha publicado es bienvenida. Basta con escribirle a Jean-Jacques Boin y proponer un proyecto (jean-jacques.boin@monun.fr. Es recomendable hablar francés para hacer compras y moverse con libertad, pero JJ habla español y con el inglés se puede comunicar. Así que...

foto: W.B.

vendredi, octobre 06, 2006

espacios


Anoche, los ánimos se calmaron. La luna estuvo casi llena, el cielo limpio y puro. Brillaban las estrellas. Siempre creo que el lenguaje ennoblece la experiencia, por más pobre que sea la situación o la persona que la inspira. Es cuando hacemos de una experiencia un aprendizaje, una huella que tratamos que lata a nuestro ritmo. Se trata, pensaba yo de lograr siempre armonizar el interior con el exterior para poder crear, avanzar, vivir. Se trata, pensaba, de crear espacios energéticos, razón por la cual, toda experiencia humana que nos rompe esa armonía nos empobrece y nos hace sufrir porque violenta nuestro espacio interno que desea mantenerse en movimiento, deseando y sintiendo. Entonces hay que alejarse de esos espacios en donde nuestras energías se consumen vanamente porque la combustión necesaria para poder crear, se consume. Hay que dejar arder nuestra llama interna. Y aquí me veo en la Serpentine Galarie, en el Hyde Park de Londres, frente a una isntalación de un artista de origen japonés, no recuerdo si era Noguchi. La instalación consistía de una sala a oscuras con imágenes del mar proyectadas sobre una pared desnuda. En el centro una vela ardía lentamente y me podía sentar frente a ese fuego. Fue algo que me reveló que toda experiencia estética es también mística y silenciosa. Y aunque escriba oyendo a Philip Glass (por los consejos de un lector, su Cronos Quartet), creo que esa música impulsa el ritmo y me permite pensar. Deja que la llama arda.

jeudi, octobre 05, 2006

Libertad

Esta mañana oí una frase por la radio que pertenece a Albert Camus: La persona que no ha sentido la sed de absoluto, no sabe lo que es la libertad. Es que la libertad significa una elección con respecto a esa idea de absoluto que yo sí creo que todos rozamos alguna vez...

Ayer, paseo por Ventimiglia, mercado de la calle donde relucían frutas estupendas, quesos sofisticados, mozzarela ahumado, etc... todo un conglomerado de sensualidad. En el Monasterio los nervios están exacerbados, no sé si tiene que ver con la luna, pero todo el mundo anda nervioso con su trabajo, yo no, por ahora, trato de seguir mi ritmo lento y contenido, y a excepciónd e Alexis que acaba de venir para hacer una instalación artística en el monasterio, durante la celebración “Leer en fiesta”, Eric Vruillard, alguien que ha filmado una película que sucede en Francia y parte en el Perú, de la cual el actor principal es un peruano, debe venir a leer unos texto. Actividades que relajarán los nervios de los residentes... espero....

lundi, octobre 02, 2006

Lectura

Finalmente se hizo la lectura de poemas de Barry Wallenstein, acompañado del guitarrista de jazz Serge Pesce. Se hizo en la pequeña iglesia del monasterio, que es una pequeña iglesia barroca. Barry leyó un poema que realmente me conmovió. Creo que no de las misma manera que a Elisabeth, por una experiencia propia dolorosa. Ayer por la mañana, Elisabeth me alcanzó un poema que había escrito ella misma. Un hermoso poema de amor de una madre a su hijo.

El poema de Barry está grabado en un disco, acompañado de John Hicks, Vincent Chancey, Daniel Carter y Serge Pesce, quien le dio las señas de Saorge. Lo pongo en el idioma original, creo que es mejor.

What are you doing my darling son?
I'm sitting in this boat dear mother.

And where is your boat my son, pray tell?
At sea in the distance my mother.

You're breaking my heart dear child, fair boy
for you re lost fear on the deep dark sea.

Lost I am but not from you
my handsome, extravagant mother,

I am away at sea but my voice reaches out,
It calls out for you my mother.

I see what are you doing my son, she says.
I'm doing very litle mother dear.

Then why has love left from the lines of your face
and why is your voice now retreating?

Beacuse I'm lost at sea, cold and frightened I am
and I m gone for sure my mother.



Poema de Elisabeth:

Voir

Où tu es, je veux être
Où tu es, je suis
Mais ça ne se voit pas
Où je suis, tu es
Car où je suis tu vis
Mais ça ne se voit pas
Ce qui se voit
bien
ce que je suis sans toi
C'est que sans toi, je vis
C'est que se voit
bien
C'est sont tes yeux qui contienent la mort
Ce qui ne se voit pas
C'est que ton air est mien
Tu grandis dans ma vie
Je grandis dans tes pas
Mais ça ne se voit pas
C'est qui se voit bien
C'est que je vis ta vie
Mais que ta vie me tient
cela ne se voit pas
Ce qui se voit
bien
c'est ton nom sur ma bouche
Mais ma bouche a ta vie
Cela ne se voit pas
Ce qui se voit
Ce qu'on verra
quand je serrai chez toi
Voir est toute ma vie
mais ça ne se voit pas