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mercredi, octobre 25, 2006

Camino

For Asper

Cada día un nuevo camino a pie, sentarse a mirar, pensar, escribir. Sé que hoy, mientras caminaba evocaba la presencia de alguien ausente; una parte de mi interior me llevaba hacia él, quedándose muy cerca, contemplándonos. Incluso en esa ausencia, su proximidad parecía evidente. Pensé en un gesto que lo mostraba como alguien de una sensibilidad especial: un niño vino un día a devolverle un encendedor que ya estaba extinguido. El lo guardó en su bolsillo. En el instante en que le pregunté por qué si no servía, respondió que era para no desilusionar al niño. Ese ser antes nítido como un canto de guerrero, se ha vuelto silencioso, casto y temeroso como un niño. Tengo algo que ver en todo esto, en cada respuesta que recibo, en cada sombra que trata de ocultar mi sol de fuego? Porque le temo a la soberbia y al sofisma, le temo a la inercia de la indiferencia. Decir: aunque sea demasiado tarde pequeño. Extender los brazos, querer abarca todo, todo, sin tener realmente nada. Ese mundo exterior inexpugnable, estas montañas de Niza, tan bonitas que hieren. Ese mundo, ese ruido que me arrastra como una rueda, y esa roca que se puede llegar a ser, desprendida de la montaña, rodando impelida por su propio peso, sin rumbo.

1 commentaire:

Adriano a dit…

Interesante tu blog y desde luego tu obra. La poesia parece haber perdido la batalla contra lo prosaico, que es tremendamente idiota.

Lo grande se ha dejado por lo menudo. Felizmente hay poetas y poetisas que libran batalla final en su reducto. Me auno.