Hay que conocerse a sí mismo, aunque no sirva a encontrar la verdad, puede servir para organizar su vida y no hay nada más justo.
Pascal, Pensamientos.
¿Por qué nos empecinamos en cambiar las cosas? Porque creo que eso nos hace humanos, el querer “cosntruir” pese a los desafíos y los riesgos. Sigo pensando en qué sucede con nosotras, las mujeres. ¿Cuáles son las fracturas en el diálogo con los hombres, por qué hay violencia, por qué la comunicaicón no fluye, por qué tan poca complicidad y tanta desconfianza? Tal vez sea cierto que asumimos ese rol de ubicuidad, de guardianas y sin saberlo. Recuerdo que cuando mis padres se separaron, yo asumí de alguna forma su ausencia y velaba por el orden y la seguridad. No podía dormirme si no llegaba uno de mis hermanos, y solo me dormía cuando etaba segura de que todos estaban en casa. Es tal vez un isntinto animal que, con el tiempo, se va decantando y convirtiendo en una reflexión sobre nuestra condición. Cuando los lugares comunes dicen que las mujeres son más maduras que los hombres, es simplemente por que las mujeres estamos más impelidas a hacernos preguntas fundamentales sobre nuestro sitio en la sociedad. Y no podemos ser pasiva si aspiramos a la creación y a una vida activa. Me hacía preguntas sobre le lenguaje que revela mucho sobre nuestra forma de ver el mundo. Muy a menudo percibo que el lenguaje de algunos hombres, sobre todo los que han tenido una relación amorosa conmigo, es más sentencioso, que no transpira, como una suerte de armadura que preserva una unidad y una cierta fobia a la contradicción. En ese silencio, el del que no contesta, no habla y no se arriesga, subyace un deseo soterrado de aniquilación, como una especie de infanticidio (como eres débil y exiges, te destruyo). Si te silencio, entonces, no existes y nada ofende más al que se siente oprimido que el hecho de apartarle el derecho a la palabra, es casi una atentado contra la dignidad. Pasa igual con los libros. La mujeres publican, sí, pero ¿quiénes reciben la atención de la crítica? Aquellas que se pliegan a las reglas del juego, las subversivas son recuperadas por cuotas y, muy pronto, terminan pareciéndose a una caricatura de sí mismas. Mujeres amargadas o resentidas que desarrollan una androfobia. La única manera de salir de ese entrampe es no seguir las reglas del juego y no caer en la provocación. Toda reacción visceral es dudosa, pero la insolencia, el derecho a la insurrección intelectual, es parte vital de la creación. Entonces hay que caminar por un abismo, con el público que espera que esa funambulista se caiga para aplaudir, y sentir que por fin, todo ha vuelto a estar como antes. Si tal vez nadie nos oye, es tal vez porque el mundo va bien, como decía Godard. Quiere decir que el mundo no se pliega a la buena consciencia y es menos hipócrita, ¿pero hay fatalidad en esto de estar siempre replegadas? Noto que hay menos mujeres que se preguntan por su condición en los países en que las clases sociales no están claaramente diseñadas, como si esa conciencia se evaporase en la nebulosa de la incertidumbre económica, o porque es tanto el esfuerzo que se hace por sobrevivir, que no se tiene tiempo para pensar. Ayer conversaba con un amigo sobre España, por ejemplo. El vive en Barcelona y me comentaba que la comunicación con las mujeres (y yo decía con los hombres) no fluía, como si el intercambio se quedase en la enunciación pero no lograse penetrar en el interior, como si hablando, se sobrevolase sobre las cosas mencionadas, pero nunca desde dentro, a eso corresponde, creo, expresiones como Tal y tal o La hostia... Si me permito hablar, es desde una experiencia personal que no he logrado armonizar en mi relato íntimo. Toda relación, sea cual sea, que se hace vegetativa, empobrece y nos descoloca en el mundo. Recuerdo que un día Elisabeth recibió una agresión verbal de un residente que visiblemente no la apreaciaba. No bien , salió a la calle, se torció el pie, y esto porque esa agresión la había hecho tambalear físicamente(el psicoanálisis emplea el método de la cura con el lenguaje). Cuando un lenguaje se vuelve rígido, no transpira y no duda, se produde una deshumanización, es ahí cuando hablamos de miseria y su consecuencia son los síntomas. A ver... yo creo que la situación económica de España está dando sus frutos, es decir, que una sociedad organizada, piensa también con más claridad, la reflexión es un lujo de sociedades post-industriales. Encontré una análisis sobre la novela gótica del XIX, que tuvo su origen en Inglaterra y solo el pastiche en Francia, con Pétrus Borel, ¿por qué? Porque en Inglaterra se había producido una fractura histórica y había surgido una respuesta a la influencia de la Iglesia Católica (la Contrareforma), y oxigenado la manera de pensar. El Márquez de Sade quizás haya sido una excepción, sus sistema, cerrado en su forma, lo convierte, a mi modo de ver, también en un heredero de la Ilustración. La historia de España la conozco mal, menos que la francesa, es cierto, eso por haber vivido más en este país. Pero sé que el Concilio de Trento fue un retroceso, y luego, en la época moderna (que conozco mejor) la dictadura franquista no hizo sino rezagarla por muchos años. Entonces ¿ese desfase tiene que ver con su historia? Mnnnn, no lo sé, presiento que sí, tiene que ver con una especie de situación endogámica que duró mucho tiempo y que ahora se activa con los nacionalismos vascos y catalanes (es decir, no admite lo heterogpeneo). Un aspecto que sorprende es que es imposible tener una conversación seria en un bar con la cantidad de ruido que producen. En general nobody care about that, nadie se queja. Si los canales de comunicación se bloquean, como sucedió en países como el Perú en la época de Fujimori y durante la dictadura del General Velasco Alvarado (recuerdo como me indignaba la educación militar, cantar el himno nacional, como para alienarnos desde la mañana) por ruido, por falta de interés o alienación general, ninguna libertad individual está garantizada, ni en el pensar ni en el hacer. Cambiar una tiranía por otra (por la del ruido), es también un problema. Luego, mientras en países como el nuestro, las fracturas sociales sigan siendo abismales, y mientras como el caso de España no se configuren espacios donde la reflexión sea exigente (plataformas intelectuales, programas de televisión-recomiendo ver el contenido de TVE, es revelador-, foros, etc) nada cambiará y el floreciento económico no producirá ningún bienestar moral. El éxito económico de ciertas ciudades como Barcelona debería hacernos pensar, decir que se ha convertido en la Sillicon Valley de España, ¿es positivo? ¿Y qué precio, quiénes van a España a trabajar por un puñado de euros y en condiciones precarias? Un día una mujer decía en una entrevista en el canal francés Arte, los nor-africanos, sin precisar el origen, trabajan bien, y las ecuatorianas son buenas empleadas domésticas (sic). Me da la impresión que se habla sobre ese boom como se habló del boom turístico que industrializó las costas españolas destruyéndolas. Y pienso en el Boom turístico que siempre se promete en el Perú. Yo creo que la salud de una sociedad está en la capacidad de reflexionar y en la condición de sus emigrantes, de las mujeres y todos los considerados como minorías, aunque no lo sean. Me refiero, por supuesto, en la organización social. No hay poesía en esto, es un constatación. Pronto, decía Luc, comentando esta incomunicación entre hombres y mujeres, haremos países de mujeres y de hombres, la desconfianza de por medio, como una guerra civil.
5 commentaires:
El hombre construye, pareciese que le es dada la reflexión y teorización. En cambio la mujer pareciese que su lenguaje fuera mediante el cuerpo, desde el cuerpo y hacia el cuerpo.
En ese sentido, si apelamos a eso, la mirada cosificadora masculina sobre la femenina, la interpretación con palabras sobre la mujer no funcionaria para crear un dialogo. Tendría que ser un dialogo entonces, igual de carnal.
Pero entonces, ¿qué ocurre con la reflexión de la feminidad sobre sí misma, como construye un concepto de la feminidad que no sea creación por contraposición a la mirada masculina? ¿Debe volver a repensarse mediante el cuerpo, debe volver al dialogo corporal y así eludir la lucha entre la mirada masculina y femenina, la lucha entre palabras? Quizá sea esa la forma de verdadera comunicación con el otro, entre un hombre y una mujer.
La construcción de la mirada femenina desde la perspectiva de la mujer, al menos individualmente, pretende mostrar mediante la literatura la voz de su cuerpo, de su experiencia vital en varios ámbitos, pero al no buscar demostrar, eso quiere decir que se elude la reflexión mediante la palabra, la teorización y se apela a la descripción del cuerpo, de la experiencia como forma de conocimiento, sin entrar en el terreno digamos masculino de la razón, del juego aristotélico de la lógica. Eso quiere decir que ¿las respuestas se dan ese ámbito del mostrar? ¿Al mostrar estoy construyendo una teorización sobre la feminidad, una construcción que no entra en el juego de la reflexión por la razón masculina, no da respuestas de ese tipo para no caer en una perspectiva masculina? ¿Es tan negativa desde esa perspectiva la mirada masculina?
Y para terminar, ¿será valido hablar sobre el cuerpo perfilando la verdad de la búsqueda femenina en literatura, en creación literaria, quizá sea mejor el medio de la sociología?
Guaaau. Me encantó tu columna hoy. Sentí que era una piñata de la que saltan muchos temas. Todos coherentes y con una ligación en el alma. Lo dicho amiga, en esta vida cada uno anda en su cuento. Hay cuentos o pedazos de cuentos que se parecen o son compatibles. En esos momentos se convive como pareja de cualquier tipo. De amigos, incluso. Esas parejas sin sexo que son tan libres y anheladas. De esas también deambulan por el mundo y has leído tu.
Te escribí esto escuchando dos canciones, Down side up y The nest that sail the sky. Enseguida buscaré la letra de la única que tiene. Ambas son de Peter Gabriel. A lo mejor diga algo en relación contigo.
¿Por qué la polarización?
aquel "pareciere" inicial que Guilermo Raffo señala, es el quid de la confusión, el extrañamiento.
En realidad, no le veo complejidad a este tema, a menos que estuviérsamos en el siglo antepasado.
El punto es forjar la autonomía propia sin privilegiar en un diálogo las sensaciones, aunque seamos esencialmente subjetivos. Si, comprendo que para asumir con naturalidad esa actitud, es porque ya desde la infancia (o desde el vientre materno, o digamos luego de la inseminación, proceso gnético, u otros, si se quiere especificar :), siendo puntillosos)
se oriente hacia esa futura autonomía, sin simplismo, contrarrestando el bombardeo de los mass media. Si los colegios y la comunidad extendieran esa mirada...
Eludiendo lo reduccionista, es posible que en este siglo, hablemos ya de una nueva mirada sobre la femineidad. Allí tenenos a pensadoras diversas, considerando que no todas las mujeres eligen ser lo que se llama hetrerosexuales, homosexuales, bisexuales, etc.
Grandes salutes .
Hola Rain, más que el kid de la confusión, lo que yo busco es encontrar la respuesta a ¿cómo construye la mujer su identidad desde la perspectiva de la feminidad, sin ser la contraposición o la negación de la cosificación de la mirada masculina? Ese es el kid de mi intervención en mi comentario anterior. Y obviamente esa no es una pregunta fácil de responder, pero si tú la tienes clara y puedes responder algunas preguntas que he planteado, me alegraría mucho que la compartieras explayándote si te es posible.
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