samedi, octobre 28, 2006
Ser
Me hago la pregunta hasta qué punto puedo ser coherente con mis ideas. Por ejemplo, si soy capaz de mostrarme en toda mi verdad, es decir, contradictoria, neurótica, impaciente, explosiva, ante todo el mundo. Me sucede que a veces, cuando no encuentro respuesta de la persona con quien deseo comunicar, me doy de golpes con mi propia fuerza, como esos animales que corren a toda velocidad y se desbarrancan. Me doy de golpes! Y sé que cuando hay un hombre al frente puedo dejar ese caballo desbocado, lo sé. Es una relación de fuerza, de oposición, casi física. Aún más si hay una relación afectiva. Yo sigo mi movimiento, que no es lineal, no soy la contemplación si no en los instantes en que logro armonizar mi interior con el exterior, cuando una voz me reconoce y me deja moverme y no me aprisiona en una jaula poniéndome una luz potente en los ojos, porque entonces, me siento un conejo (a), una especie de animalito atrapado. Lo que más duele es la deformación de la propia imagen, que lleguemos a deformarnos tanto en la mirada de la otra persona que casi no nos reconocemos y terminemos perdiendo sustancia, energía. También quisiera saber si soy capaz de recapitular, si puedo, en suma, yo, este pedazo de existencia mínima, ser más inmóvil, y menos esa cuerda en tensión. Si puedo besar la mano que me aprisiona, y seguir caminando sin mirar atrás. Podré, podré? Decir en francés: Je suis desolée. Je t'en prie, ne sois pas si dûr avec moi. Frase que le debo a alguien, sin duda se la debo.
O es que simplemente en esos instantes soy la persona que también soy, sin maquillage y aceptar que soy así, es también parte del proceso, no lo sé y no deseo ser abstracta, al no poder ser más concreta.
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