El verano no se termina en Lima, hoy ha hecho una temperatura que para los limeños es alta: 27 grados. Esta tarde la pasé con mi amdre y Patricio mirando fotos: reconstrucción del pasado, una cierta sensación de continuidad. Esto últimos días me gana la dispersión, ánimos desiguales, paso de un encantamiento a una especie de perplejidad, pero me digo que yo amo mi vida y la vida de los otros, que siempre deseo mirar, observar, soñar. Y camino, avanzo, si me tropiezo, me levanto.
Adoro salir por las calles de Barranco, esconderme detrás de las sombras de los árboles, detenerme sobre un puente y ver a la gente pasar. Todos los días hay una actividad, esta noche se inagura una librería nueva pese a la crisis. Hoy Carola me dijo que era el día de San Jordi en Barcelona, día en que se acostumbra regalar un libro. Pensé en mis días allá, en mis intentos por construir una historia, en un pasado que cada vez es más lejano, sin pena, con ternura. Un sentimiento mucho más creativo que la indiferencia.
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