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mardi, mars 17, 2009

El sueño de Acapulco


Yo conocía Acapulco por algunas imágenes en revistas o en películas como esa película con Elvis Presley sobre los clavadistas que Olivier me hizo recordar. Y Acapulco ha sido, como Capri, un mito desde mi infancia. Es cierto que su bahía, en forma cónica es hermosa, que la vegetación es exuberante, que el nombre en Nahualt, significa lugar donde fueron arrasados los carrizos reemplazados por altas palmeras, mangos, sauces, cedros, etc.... Estábamos en una casa de un amigo que tiene un departamento con vista a la bahía, piscina y acceso al mar. Un paraíso, pero cuando bajé al mar, estaba prohibido bañarse por la contaminación (???). La verdad que el agua no se veía sucia pero nadie se bañaba y desistí. Luego la incursión al mercado para comprar pescado y hacer un ceviche fue reveladora de la realidad social de Acapulco y de su deterioro acelarado. Era un caos total. El centro es precioso pero refleja esa desartaciculación social que vive ahora. Durante la década de los setentas, hasta los noventas, Acapulco fue servida en bandeja al turismo internacional, sobre todo al norteamericano que llegaba en hordas humanas, consumía a bajo precio y s e ba sin entrar en contacto con las culturas locales. Esta tierra de olmecas descubierta por los españoles en el siglo XVI y que sirvió de enlace con algunos puntos en el Asia, como las islas Filipinas, es ahora un lugar donde se siente claramente los estragos del turismo industrial que ignora las necesidades de sus poblaciones. Lo que les han dejado, a los pobres, y también desde hace poco a los ricos, es una ciudad en ruinas, con algunos ejemplos de su época de apogeo, el edificio del Hotel Presidente, o el Condiminio donde nos alojábamos, el de Loc cocos, con 13 pisos, también uno de los más altos de la bahía, o la costa diamante que quiere hacer florecer de nuevo este lugar pero con las mismas ideas de exclusión y privilegio que los gobernantes anteriores. Es decir, la bahía de Acapulco central está completamente contaminada, con solo atravesar la ruta, se puede ver el mal estado en que vive el resto de la poblacións, sus casas insalubres, las veredas destruidas, los desagues atascados. Pienso en lo que se espera hacer en Perú para atraer el turismo o en lo que sucedió en España con la Costa del sol... Es triste ver como un país tan hermoso, lugares como Acapulco pueden pagar el precio de la ambición de unos cuentos gobernantes sin previsión y sin idea de lo que es un ordenamiento urbano, respetar a las poblaciones y no desesperarse por hacer entrar dinero que no sabemos adónde fue, porque no puede se posible que habiendo pagado impuestos, esos hoteles de antes tan gloriosos estén ahora completamente abandonados. La ambición corrompe y destruye. Es otro "sueño mexicano" que ojalá no se repita.


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Tengo un montón de correcciones, relectura del "África fantasma",de Leiris, etc... Leo un artículo de Le Clézio sobre México a propósito del Salón del lbro de París, donde es invitado de honor y donde comentan las traducciones de los autores mexicanos financiados en parte por el gobierno mexicano, es una suerte, la verdad. Increíble, el slogan del salón, a raíz de las provocaciones de Sarkozy como que no habría que leer la Princesa de Cleves, de Madame de Lafayette, un clásico imprescindible d ela literatura farncesa, sea: Lean a la Princesa de Cleves! Gracias al iletrismo de Sarkozy, este libro se ha convertido en best-seller!, qué divertido....


de paso me entero que ha muerto Alain Bashung, uno de mis cantantes preferidos, así que pongo una canción suya a manera de homenaje... Me muero de pena, me gusta tanto ese tipo de persona, esa elegancia, ese charme masculino tan fránces... Es hermosa esta canción:
Dice La nuit je mens (por la noche miento): Ya cumplí mi periodo en esta caja craneana... en fin, qué triste... también se ha muerto Blanca Varela... esas ausencias que duelen... Escuchen la canción por favor... Y lean él libro alucinante de Blanca Varela: Concierto animal editado en Pre-textos.


1 commentaire:

Baakanit a dit…

Desconocía todo esto que dices sobre Acapulco, en mi mente seguía siendo un paraiso.