Muchas veces tenemos la impresión de no salir de la caverna y de andar entre sombras, a tientas. Leyendo mi texto que hay un personaje que se repite, el que yo llamo "primer hombre", la primerá relación. Es una idea todavía abstracta y eso se siente en el texto.
Al levantarme pienso: lo más difícil ahora, el desafío más importante, es saber estar a la altura de nuestros sentimientos, asumir compromisos, arriesgarse y seguir confiando en que podemos establecer vínculos (a veces dudo), y si nos equivocamos, saber mantener esos compromisos, sin importar la respuesta. Lo que importa es proteger a eros, nuestro ímpetu vital en movimiento.
La elocuencia aisla, allí se respira el aire helado de las alturas.
Amar como un libro que estaría escrito por Dios, escribe Yan Andréa sobre Marguerite Duras, por qué no amar, simplemente, por que no vivir, simplemente?... sin esperar....
Imagen: afiche del espectáculo de mi amiga Karin Elmore, ahora en Lima. Suerte!
2 commentaires:
Se corre ese riesgo de quedarse solo-a. Pero es un riesgo que vale la pena tomar pues otras alternativas no nos hacen la vida mas dulce ni mas llevadera.
Llevar la antorcha siempre es un privilegio no una desventaja!
Es interesante lo de estar a la altura de los sentimientos. Es como ver a los sentimientos como si fueran personas, o seres. Criaturas con las que hay que lidiar todos los días. ¿Qué forma tendría la alegría, la tristeza? Quizás la nostalgia sea azul
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