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mercredi, avril 02, 2008

Bocal


Escuchando una entrevista con Michel Foucault, a raíz de que se cumplen cuarenta años de mayo 68, me llama la atenció una de las cosas que dice el entrevistado: Foucault nunca formó parte de ningún grupo, él podía ver que muchas veces parecíamos esos peces encerrados en un bocal (frasco) dando vueltas en grupo y del cual solo alguno de ellos desea huir. Foucault es el pez rojo que salta por encima al darse cuenta de su encierro. Lo que se conoce como idea post-moderna de la verdad, no es una pose de Foucault, es una ascésis, ua forma de disciplina de vida.


Llegué a Mexico D.F ayer por la noche (he decidido relativzar mis movimientos concretos -porque debo viajar a Francia en un mes- y privilegiar los interiores) y vi dos cosas, un documental sobre una isla perdida en el Pacífico frente a las costas de México que es un paraíso de eco-sistema y una película de Patrick Chereau. Dos cosas me parecieron evidentes esta mañana mientras caminaba pisando las hojas caídas de los jacarandas en el parque México: la primera, que algunas personas se transportan con su carga interna como si estuviesen dentro de una armadura de hierro (el bocal) a la que nada penetra y los que se dejan invadir, despersonlizar por el exterior. En general mi "capacidad mimética" siempre me permite ese movimiento, pero me preguntaba si con el tiempo no perdemos esa capacidad. Lo digo porque mientras miraba este documental sobre la exposición, sentía que la expedición se transpormaba sin ser afectada por el entorno, con todos sus utensilios modernos, imponiéndose. No se adaptaban a las condiciones de vida de ese eco-sistema ni trataban de comprenderla, se imponían con su presente. Atomizados.

Luego, mientra shablaba con París, con la cabeza y el corazón caminando por París, en el departamento de la calle Gravilliers que nós acogió, encendí la tele para ver el video de Chereau. La película es Son frere (su hermano). Una parte de la vida de dos hermanos, uno de ellos moribundo, y el otro, homosexual. Descubro que Patrick Chereau, además de ser un hombre de teatro (él descubre a Jean-Marie Koltés, que es genial), es un hombre que ha visto mucha pintura, sus imágenes son trabajadas con el el ojo del artista plástico, per sobre todo, hay una mirada sobre el cuerpo humano totalmente personal. Impresionante ver a este cuerpo de un hombre joven (35 años) enfermo, un cuerpo hermoso que solo es eso, al final, entre las manos de los enfermeros, cuando lo afeitan para dejarlo como un recien nacido para una operación, cuando él mismo se ve y no se reconoce devorado por la enfermedad, es simplemente un cuerpo humano. Y es tan,tan conmovedor, incluso las escenas de amor entre hombres son como un cuadro de Rembrandt, con esos colores crudos, carnales. No hay drama, psico-drama, en sentido literal, Cherreau, retrata con elegancia lo que es una sociedad como la Francesa, menos preocupada de la piedad o la compasión que de la eficacidad de sus servicios de salud (cuando entra una enfermera y trata de ser amable pero simplemente cumple con su trabajo, nunca se sale del guión ni la conmueve la belleza destruida de ese hombre joven). También me interesa cómo Chereau hace de este hombre tan sexual, un ser humano común y corriente, transformado en casi un cadáver (estaría realmente enfermo el actor Bruno Tedeschini?), amargado por la enfermedad, incapaz de aceptarla porque su vida nunca ha sido enriquecida con otros contenidos que no sean los ordinarios. En eso, el hermano menor, es el contrapunto. Se habla también de la relación entre los dos, incluso de una iniciación sexual. No sé si recuerdan Festen, otra película interesante donde se destapan todas las transgresiones en una familia burguesa que siempre disimula. Suceden estas cosas a veces sin violencia y otras, de forma traumática, convertidas en tabú. En resumen, hay que ver esta película PC. Hay que volver a ver La Reina Margot, otra película muy influnciada por la pintura. A mi paso por Amsterdam, me dio pena no poder salir de aeropuerto para ir a ver el cuadro de Rembrandt, La ronda de noche, que está en un museo de esta ciudad que acogió a todos los judíos expulsados de España durante el reinado de Isabel la Católica, y que se ha convertido ahora, según se dice, en una ciudad reaccionaria, como muchos lugares que se convierten en destierros para todos los que quieren un poco de libertad. La libertad es ahora una artificio turístico y eso me desanimó de salir.

Pero volviendo al cine, un día paseaba con Weyergans por París, y W saludó a un hombre que se me hizo interesante, luego me dijo que era PC... tengo una pieza en francés, La digue, W me sugirió entregársela a Chereau y yo dije: hummm, qué pensaría PC? Creo que hay una cosa que descubro que me une a él, ver al cuerpo humano como un lugar de aprendizaje de la vida, de Marca, de lugar de experiencia espiritual. Vean la película que debe estar en los video rents o por Internet... Y también vean la última película de Greenaway sobre Rembrandt, la última de Pedro Costa, el director portugués, y una que todavía no veoa, El capitán Ajab, de Ramos... A anotar...


Y leer a Foucault ayuda a pensar el mundo con más libertad y a confiar más en nosotroas... Voili voiló!
foto: Bruno Todeschini, mnnn, transformado...

1 commentaire:

Rain (Virginia M.T.) a dit…

En estos días, casi no toco mi compu.
Así que ahora al vuelo he leído este post, que vi entre otros que luego leeré.

La indiferencia es algo que uno ve cómo se expande, y a veces uno se siente extraño, como si eso nos amenazara.
Hay varios puntos en este post tuyo, que me delegan hacia una larga reflexión. Justamente ayer me enfrasqué en G. Krishnamurthi. No sé qué piensas sobre sus rupturas con todo...