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samedi, septembre 23, 2006

Los adolescentes


La noche pasada le hice descubrir a Barry la película de Buñuel, Los olvidados, rodada en México, con niños y adolescentes. Es terrible ver cómo se corrompe todo en la miseria, la ingenuidad infantil desaparece y da lugar a una lucidez descarnada, expresiones en los rostros que tienen esa sombra de los cuadros de Goya. Antes, Barry, me había hecho oír un disco que ha grabado con unos músicos de jazz, es decir, poemas suyos. Y había sido de una ligereza, una especie de allegro vivace, tan distinto del film de Buñuel, que no pude evitar pedirle que me copie el disco antes de irme a dormir. Pondré su señas porque suele dar conciertos en Nueva York. Barry tiene un candor, una espontaneidad a flor de piel, vivas, auténticas. Es realmente agradable como persona. Volviendo a los adolescentes, me he preguntado sobre los hombres Peters Pans, sobre ese tipo de hombre que nunca crece y sigue siendo adolescente, felizmente desapegado, sin abandonar la casa, la mamá, los amigos. Las mujeres, las relaciones afectivas con ellas, en segundo plano, sujetas a esta imagen de ser ellos el centro y que deben mantener a todo precio. Esos eternos adolescentes, despreocupados e indolentes (he ahí la palabra que quería usar, indolente)... seductores. En muchas relaciones con ellos, los hombres, se trata de poner piedra sobre piedra, construir un lugar donde se dialogue, se crezca, se comparta la aventura, la pasión por la creación etc..., siempre he pensado que es posible. El peligror es que se termine por relacionarse con sus propios contenidos(como encerradas: pitié!!!), pocas veces en diálogo, y aceptando que no exista aunque se necesite decir-se, escribir-se día a día en el sentido más íntimo del término. ¿Las mujeres más que los hombres? No lo sé, pero me sorprende la cantidad de libros que han parecido este mes en primera persona sobre encuestas afectivas hechas por mujeres: Camille Laurens, Christine Angot (El incesto, está publicada en Seix Barral, 2000), Lorette Nobecourt. Escritoras talentosas que emplean sus energías en tratar de entender su relación con los otros, los hombres. Y el resultado es apasionante del ¿cómo se puede pasar tanto tiempo tratando de comprender? Simone Weil siempre decía que la compresión era como la absolución. Al comprender quién es la persona que hemos amado, también nos comprendemos a nosotras mismas y viceversa. Esta mañana conversaba con Luc sobre la misoginia, mientras el gato de la casa que se llama Beckett, pero que es una cachorrita que tendrá problemas de indentidad (sic) hacía piruetas en la barra de madera desde donde se ve la montaña frondosa y alta. Yo decía que la misoginia era una especie de desconfianza innata de lo que es el otro, el que nos e parece. Para trascenderla hay que confiar en que esa persona que es tan distinta no nos va a dañar, y bueno, no hubo quorum, como siempre. Yo le decía ¿por qué entonces esperas a que sea Michael, otro escritor, quien te diga que Christine Angot es una buena escritora para que te intereses por ella? Pero Luc, no, no cree que desconfíe, simplemente es un prejuicio hacia las mujeres que escriben en primera persona, aun cierto exhibicionismo. Pero Madame de Stael, Duras... en fin, Luc, los hombres siempre lo han hecho... voyons!!!

Leí sobre el caso de la escritora Elif Shafak, su caso debe pasar por el tribunal turco que la ha acusado de insulto a la identidad nacional. Ella nació en Strasburgo, Francia y creció en turquía y acaba de ser madre. ¿A qué aspira Elif? A un país cosmopolita, reconciliado con su historia, que reconozca la masacre armeniana de quien nadia habla ni desea acordarse. ¿Es demasiado pedir y merece que la condenen?

Termino este post por ahora, salida a Ventimiglia (pasar por la casa del poeta Salvatore Quasimodo, unacasa hermosa, con vista al mar) con Barry para ir al mercado, uno de los más importantes en Italia, que se hace hoy, en una plaza... encargos: cigarrillos, whisky, cigarrillos y más whisky...

Ps: anécodota que me cuenta Barry sobre Norman Mailer. Yo sabía que en una borrachera él había intentado apuñalar a su esposa, por otro lado peruana. Barry me dice que él creció en el mismo edificio de Mailer, que lo veía todas las mañanas y le gustaba conversar con él, etc... parece que Mailer no apuñaló a su esposa, sino que fue una especie de punzón con un cuchillito de plástico durante una escena de celos (sic) porque ella intentó seducir a la mujer con quien estaba conversando (doble-sic)....Vaya, del mito a la verdad, hay un espacio enorme...

Tarde...

A veces pienso que hay una cierta euforia en escribir, el querer llenarse del exterior para huir un poco de nosotras mismas... Pero como dice el I Ching, el pozo siempre es el mismo. Y se desea que suenen las campanas, que suenen largamente, fuertemente... Y siempre, siempre ese deseo de trascenderse , de lograr un mínimo, mínimo de ascensión espiritual, con equivocaciones, con pasiones que se mueren y que reviven, mas siempre un poco de oxígeno. Es extraña esta experiencia del Blog porque se roza el exhibicionismo, entonces, cuando se busca el recogimiento, una especie de método para conocernos más (por que el poner algo por escrito es hacer de ello un objeto en el cual no sabemos si nos reconoceremos), se reniega de todo lo que parece artificial. Es una apuesta por saber más, una búsqueda que no termina...

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