Ayer ha sido un día extraño, extraño porque nunca he visto tanta gente ansiosa por hacer valer su voto en un país como es Venezuela, como gesto democrático, pero también como voluntad política y como derecho a la palabra. Creo que hay algo que es parte de este devenir político (porque es movimiento, es dialéctico, aunque la propaganda diga lo contrario) que es conmovedor, y es esa parte idealista que posee una parte de la población Venezolana, es decir, creer que un cambio estructural en las sociedad es posible. Podemos se cínicaoas y pensar que no se pueden cambiar las reglas del juego, que el mercado domina el planeta entero, que todo es mercancía, incluso las personas, pero también podemos creer en el poder de las ideas, en las convicciones que animan a una población a ejercer el voto. Esas convicciones son igualdad, derechos ciudadanos, diálogo y concertación.
Sobre los temas de actualidad, mercado, consumo, vida digna, lo que he venido oyendo no es descabellado ni insólito (aunque muchas veces parezca que el partido que gobierna Venezuela hace una asistencia social personalizada y eso, es imposible que dure tanto tiempo), sino idelista, es decir, es una apuesta apasionada, a veces, ciega por las personas y su capacidad de actuar y construir un futuro para todoas (incluso a nivel contienental, "el Sur existe, dicen siempre"). No es solo una clase social que quiere el relevo del poder, al menos, no es lo que he sentido, sino una clase social popular que desea una mejor redistribución de riquezas, de derechos ciudadanos para ejercerlos, y eso me parece plenamente justo y comprensible.
Creo que Venezuela será un antecedente en la historia de los países en Latinoamérica, una forma de democracia inédita, presente, que acepta que nada está terminado sino que cada experiencia es un laboratorio, una exploración para conocer a los demás, acercarse de sus necesidades, de sus miedos, y de sus mitos culturales...
Hay serenidad en el ambiente, y yo leo, confianza, ganas de hacer, obrar. Al final, ese es el sentido vital de nuestras cortas vidas...
Ruma de correcciones, todavía no manejo mi ritmo interior... ya vendrá....
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