El sentimiento que más he sentido durante todo este tiempo de viaje, es la indiferencia, indiferencia ante lo que piensan y sienten los demás, indiferencia ante nosotroas, que escribimos día a día tratando de comprender algo... o con esa pretención...
En una época saturada de mensajes, el silencio es casi imposible, y comprometerse con una lectura, una frase, es casi un acto de sacrificio (tiempo que creemos que se lo debemos a alguien, etc)... leía en un reportage de Le monde, una crítica a la velocidad y el consumo de nuestra época, a esa multiplicación de espacios en los que estamos presentes sin estarlo, a esa demanda virtual (el facebook, el twitter.. etc) que nos crea un desarraigo constante y un sentimiento de culpa por no haber asistido a esos "llamados", que no son muy reales sino multiplicados por circuitos ajenos a nuestra vida, a lo que somos... Justamente, el libro impreso, sería el único objeto todavía capaz de exigir que una persona se detenga en su agotado trajín y decida entregarle tiempo a una autora o un autor... ese milagro todavía sucede, aunque temo que cada vez más en la prisa, en la desatención...
pensaba: qué difícil es escribir en un medio tan indiferente...
cero diálogo, cero alternancia... nos estamos encerrando...
o ese encierro ya se produjo y estamos en plena Torre de Babel: todos hablamos y nadie entiende nada...
después de leer fragmentos del diario de Bachelard (Cool Mémoires, Galilée), me doy cuenta que no soy la única que lee una realidad desencantada (desabusée), descreída y absolutamente egoísta. Cada unoa de nosotroas se ha convertido en su propia "isla presidencial" a la que exige, como si fuese un destino turístico, poseer todos los atributos de un viaje de tarjeta postal, con la creatividad (esa se la copio a Houellebecq) de un fotomatón (cámara automática) para fijarnos, para siempre (a jamais) en una especie de mausoleo, pétreo y sin alma...
brrrr... me levanto y miro el cielo de Toulouse... ayer lo miraba desde la ventanilla del avión que salió de París, y me exaltaba, sentía una especie de necesidad de sublime, de sentimiento sublime o poético para no sentir tanto desarraigo, me sentía sola, muy sola, en esa necesidad...
Imagen[ Place Vendome, vueltas en la bicicleta buscando donde dejarla, pasamos delante del Ritz (yo pensaba en la liberación de París y en Hemingway tomando martinis), Place de la Concorde, el obelisco alto, el afiche sobre la exposición del Oro del Perú, los transeúntes apurados, la gente al sol, el Louvre, el patio del Louvre, y yo me veo (antes,) con las manos humedecidas de los nervios sosteniendo un celular, diciendo: aló, aló, la comunicación se corta... y seguíamos avanzando en bicicleta en el corazón de París..
Conversación con Millet: cambiar de título a la novela en francés, que ya alguien ha publicado una con ese... pero, me pregunto, aquí, esta mañana, ¿me sigue interesando publicar esa novela? El tiempo pasa, marca...
Don de Lillo, Point Omega...
Es la última novela de Don DeLillo y me llama la atención porque dice las mismas cosas que yo dije un día, que el fragmento puede ser una forma democrática de escritura, la que espera ese instante de copulación de la "y", y el yo-tú (la historia y la narración es inscribirse en una duración en el tiempo, es desear permanecer y creer que podemos, además, siempre la he sentido más esmaltada de alienación) de la autora y su lector, que cuando trabajamos un libro con una necesidad más poética, es texto puede parecerse a una instalación, un "ready made" que viene desde afuera, con frases que he os oído o leído y luego acomodamos según nuestras necesidades.
Una frase soberbia en la entrevsita de Nelly Karpriélan de los Inrroks: Escribir ficciones es una manera de contradecir las ficciones del Estado...
mnnnn,creo que leeré este libro de De Lillo...
3 commentaires:
¿Crees que porque se siente soledad uno se abre un facebook o un twitter, o que tanto facebook y tanto twitter lleva a la soledad?
El punto de inicio creo que es huir de la soledad, pero la consecuencia es el encierro... Lo virtual no reemplaza a la presencia humana, a una mirada, un gesto, la calidez de una voz...
o sí?
Totalmente de acuerdo, lo digital distorsiona, engaña... Y lo digo sin el más mínimo "antitecnologismo". Me encantan los blogs, internet y todo eso, de verdad. Pero después de haber tenido "amistades" estrictamente digitales he llegado a la conclusión de que lo que dices, Patricia, es verdad. No sólo eso, no sólo no reemplaza sino que distorsiona. No sabría decir por qué. Por ejemplo esto mismo que estamos haciendo aquí: somos anónimos, hablando de cosas personales, y en público... ?Quién es el primer Anonyme? Ni idea.
Es como estar en un bar lleno de encapuchados enguantados hablando de intimidades... usando el lenguaje de signos. Y con gafas negras. Y con la nariz tapada :-)
St
Enregistrer un commentaire