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lundi, janvier 26, 2009

Sobre el lenguaje, Nathalie Sarraute

Una vez le hice una entrevista Nathalie Sarraute, la de Planetarium, Tropismos, etc..., en su casa de París y me dijo esto que publiqué en la revista Caretas, en Lima.. Tiene mucho que ver con lo que acabo de escribir...



Un Siglo De LetrasA los 97 años, Nathalie Sarraute publica apasionante y vital novela.
Por Patricia de Souza.NATHALIE Sarraute es una de las escritoras más importantes del nouveau roman junto con Samuel Beckett, Claude Simon y Robbe Grillet. A sus 97 años acaba de publicar Ouvrez, una novela audaz llena de invención y fantasía. Quien conoce lo que fue el nouveau roman en los años sesentas ha oído hablar de Nathalie Sarraute. Sin embargo, esta escritora ha sabido sortear cualquier epíteto que encasille su producción literaria. Obsecada, indiferente a las críticas misóginas que trataron de deslegitimizarla por demasiado fría, demasiado poética y abstracta para ser considerada como novelista.
Nathalie Serraute, en fotografía de archivo. Hoy tiene 97 años y sigue produciendo con envidiable vitalidad.
La genialidad de Sarraute y la de su contemporáneo Beckett, lograron trascender las etiquetas. Ella siguió su camino casi completamente sola, con el apoyo de un solo editor, Denoel, quien publicó su primer libro. Ahora vive medio aislada en su departamento del Barrio XVI, en París. El edificio de estilo neoclásico queda en una gran avenida llena de árboles muy altos. Fue ahí que me recibió con amabilidad sorprendente, observándome con curiosidad detrás de unos gruesos anteojos. Pequeñísima, sin duda por la vejez, el tiempo ha marcado sin concesiones su pequeño rostro. Sarraute me condujo hasta un recinto espacioso con una ventana desde donde se veía la parte alta de la Torre Eiffel. Se acercó a un diván medio encorvada, quejándose por el dolor de la espalda, un lumbago. Hice algunas preguntas de rigor, lentamente, pensando que podía cansarla. Me sorprendí al constatar que escuchaba con claridad y no perdía ningún detalle del interrogatorio. Era tajante para las respuestas, pero eso se lo atribuí a la edad y al carácter irrevocable de sus opiniones. Su última novela es la comprobación de ese valor evocativo que le da al lenguaje. Ir a buscar qué hay detrás de las palabras, la musicalidad, sus múltiples sentidos. Somos esencialmente lenguaje, lenguaje que crea y destruye constantemente. Detenerlas, dosificarlas en ese discurrir como si atrapase jirones eternos al tiempo. He ahí la idea esencial de Madame Sarraute. Sus libros son como partituras musicales. Ella me dice que cuando escribe escucha mucho el texto, es necesario un ritmo para dar la sensación que quiero dar. La sensación es lo único que tiene importancia. Para mí no hay diferencia entre prosa y poesía. Esta vez fue más lejos. El lenguaje se convierte en sujeto, en personaje. Es la carne de esta novela. A partir del instante en que las palabras vienen de fuera, una pared se levanta. Únicamente las palabras capaces de recibir convenientemente a sus invitados permanecen de este lado. El resto parte y, para mayor seguridad, son encerradas detrás de la pared. Pero la pared es transparente y las excluidas observan a través de ella.
A partir del momento en que se deja de lado un texto didáctico, se llega a formas de composición que se parecen a la pintura, la música o la arquitectura; la escritura se eleva con la repetición de un mismo elemento, por asociaciones, oposiciones de sentido, contrastes y combinaciones distintas. Este juego permite captar en alto grado de intensidad, la sensación. He ahí una forma de comprender la escritura de Sarraute, la sensación ante todo. ¿Por qué siempre hay que crear grupos? Y todavía peor, ¿por qué comparar a las mujeres con las mujeres? Esta pregunta posiblemente la molestaba. Ella permanece recostada sobre su diván, me ofrece una caja de chocolates: coma, no se mida, tengo varias cajas. Un cuadro de Matisse cuelga de la pared y su escritorio está lleno de papeles pero ella no escribe ahí. Primero escribía en los cafés. ¿Y el ruido no la molestaba? No, en absoluto, era una compañía, un telón de fondo. Con el tiempo la gente la reconocía y se le acercaba a pedirle autógrafos, tuvo que dejar de ir. Escribo echada, sobre mi cama, en mi habitación., jamás he tocado una computadora, escribo a mano con un plumón, la computadora es un objeto ajeno, frío. Nathalie Sarraute es una artesana, quien pasa las cosas en limpio es su sobrina. Viene a veces, es una compañía. ¿Cómo hace para vivir en un departamento tan grande? Me gusta el espacio ¿y por qué tendría que vivir enterrada en vida?¿Le suele suceder que las palabras vengan de golpe?Ese cuerpo literario es algo que sentimos en el interior de nosotros, algo que no ha sido sentido antes y tiene que ser expresado en palabras. ¿No está todo dicho de antemano? No, quedan cosas, muchas cosas que no se han dicho y tienen que ser dichas con el lenguaje.

3 commentaires:

Conrado Arranz a dit…

Hola Patricia,

¿Hay alguna forma de conseguir esa entrevista íntegra? Me interesa la figura de Nathalie, sobre todo en su relación con el no-lenguaje.
Un saludo.

anabel a dit…

patricia:soy argentina, y para mayor desgracia no manejo l idioma frances.Necesito leer el libro infance de nathalie...pero es practicament imposible por las razones geograficas e idiomaticas(solo se consigue ese libro en una libreia europea...y solo en frances)-te agrdeceria si es posible conseguir alguna parte del texto o algo si.
millon de gracias

Patricia De Souza a dit…

escribiré algo sobre Nathalie Sarraute, pero no sabía que no estuviese traducida al español... veré qué puedo hacer...