Bernal, un pueblo digno de película, al pie de un enorme peñasco, a 45 km de Querétaro, con un centro colonial declarado patrimonio mundial por la Unesco. Una plaza, callejuelas adoquinadas, muros gruesos y pintados de colores cálidos, gente caminando, mujeres, niños, algunos ancianos... Conexión Internet gratuita en la plaza del pueblo, al lado de la iglesia, ganas de hablar con Lima, y funciona!! Y el mundo se hace pequeño, pequeñísimo, la sensación de que podríamos estar más unidos de lo que sentimos se me hace tangible...
El libro de Chantal Thomas sobre Casanova en el bolso, música y el cantar de los pájaros, me espera una cena en una casa de lugareños, fuego, carne.... vida...
Y un hotel en piedra, lleno de olores... texturas..por ahora me tengo que ir...
he aquí una mujer feliz, une femme... in fine...
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