Acabo de terminar el libro de Kristeva sobre Teresa de Ávila, debo tomar notas. Paseo por la montaña con Monique, el paisaje es exuberante pero amenaza la lluvia. Conversaciones prolongadas, tomas de connciencia. Una de las cosas que se me aparecen como una evidencia es que desaparecidos los grandes relatos universalistas, las certezas, y carentes de religión, los miedos han aumentado (algunas fobias, el exranjero como chivo expiatorio, las mujeres como histéricas): miedo de la soledad, miedo a asumir el riesgo de pensar, miedo de aventurarse en una experiencia nueva, miedo del otro... etc... Lo menos común: el coraje, la entereza. Y todos los días es esa lucha por mantenerse íntegra y no traicionarse, tratar de verse en el espejo sin orejeras... Soy consciente de la enorme presión social que se ejerce sobre las personas que buscan pensar y actuar con independencia, a menudo se las responsabiliza sin quererlo, culpándolas por desobedecer a las reglas de la tribu. La tribu quiere mantenerse a buen resguardo y sin mucho ruido. Si deseas tocar tu propia música, alguien se tapa los oídos. Lo que más me impresiona, en cada conversación, en algunos libros que leo es que sean las mismas mujeres las que ejerzan esa presión sobre aquellas que son consideradas como "revoltosas". Nunca he oído una sola palabra de elogio de parte de una mujer hacia Simone de Beauvoir, al menos, no hasta ahora. Y me doy cuenta que yo también era víctima de ese prejuicio, estaba alienada y pensaba que había actuado, o pensado, a la sombra de Sartre. Nada más falso!
Sus diarios, sus cuadernos, son brillantes, de una observación acerada, casi clínica sobre la sociedad de su época, pero también generosa, valiente. Hay edades crucials, esta (la de este cuaderno), entre los 18 y 20 años, es de , formación, la de los cuarenta, de asentamiento. Edad difícil porque se llega a la madurez estando con un pie en al juventud. Por eso, es importante saber hacer elecciones, filtrar lo que no nos va a ayudar a crecer, lo que nos limita o nos empequeñece, aumentar la medida de los lentes, yo que soy miope! Un proyecto de vida puede tambalear si es que no tenemos cuidado. Una tarea que no es fácil, pero se trata justo de eso, de una lucha constante contra las convenciones y los relatos pre-frabricados. Le contaba a Monique que cuando estudiaba filosofía, incluso en el colegio, se me miraba con desconfianza, la mirada femenina era también feroz, porque me salía de lo colectivo, y no me comportaba como una mujer tradicional: no sabía cruzar las piernas!! Y había un estudiante, aspirante a cura, que me tenía pavor. Era su antítesis y su tortura al erosionar sus esquemas sobre la mujer y la femineidad. Y bueno, esos atentados contra las buenas costumbres... Insisto hay que perder el miedo para pensar, actuar, vivir. Síiiiiiiii....
terminado el artículo sobre Lévi-Strauss, especie en extinción... Y la novela. Ya veremos...
4 commentaires:
El no ser un miembro de la tribu, el ser independiente es quizás una de las principales razones por las que nos sentimos atraídos a venir aquí. Quién rompe las convenciones y lucha contra el conformismo tiene tambien seguidores. El camino obviamente está lleno de más obstáculos y dificultades para quién así se abre paso, pero despierta un interés más genuíno y menos contaminado.
Los que se arriesgan, exigen tambien interlocutores que les gusta aventurarse, que corren riesgos, que tienen un cierto gusto por lo novedoso y lo creativo;en definitiva, se requiere de interloculores que no dependen de los demás para decidir lo que es bueno o malo, lo que les gusta o disgusta, son personas que les gusta la honestidad y defienden la independencia de ideas por sobre todas las cosas. Por eso y no por menos nos sentimos en la necesidad de siempre retornar a recorrer estos territorios.
Gracias, Fernando, tu compañía es importante, aunque solo sea virtual. Lo que no quisiera es parece una gurú, una guía (estoy lejos de serlo). Me basta con saber que no estoy sola. Y que recorriéndome a mí misma llego a otras personas.
Tranquila. No creo que los gurús sientan la necesidad de corregirse o ser honestos. Nos interesan más esas personas (comme vous) quienes reconocen sus límites y expresan con valentía, sin temor, esa lucha por mejorar sus imperfecciones.
Sólo saliéndonos de los moldes podemos ser capaces de formar nuestros propios criterios, son muchas las cosas que dejamos de aprender, de percibir, de acariciar por no haber sido capaces de tomar ese paso adelante, de empezar la marcha hacia una independencia.
Las tribus nos protegen, nos hacen sentir más cómodos, nos hacen pensar como todos, pero ahí está el problema, se reducen los riesgos, se coarta la individualidad.
Al final nos damos cuenta que hay un mundo allá fuera, un mundo que necesita ser descubierto por nosostros y no por nadie más.
Saludos.
Enregistrer un commentaire