Acabo de regresar de caminar (me encontré con Juan Gelmann en el supermercado, en ropa de deporte, acompañado de su esposa). Sigo con jet lag pero lo aprovecho para trabajar e ir más lento. Moderato... tengo que hablar de Steiner, de un texto que acabo de leer y que me ha dejado impresionada. A ver, creo que siempre oscilamos entre el excepticismo, la duda, y la confianza, la creencia. Cierto, Steiner, al hablar mal de Simone Weil, me pareció misógino, y ciertamente lo es, pero leyendo su texto, Los libros que no he escrito, me quedo impresionada al leer, Los idioma de Eros. Una exquisitez. No solo porque dice que lo erótico está ligado al lenguaje, que es una pericia del lenguaje y de su trabajo creativo, sino porque hay en este texto una vitalidad, una fuerza, un eros, que me subyuga: está tan vivo!
Ayer cité a Pavese, un escritor que me interesa más por su Oficio de escribir que por sus ficciones, solo puedo ver una cierta autocomplacencia con su pesimismo. Puede ser fácil ser pesimista, adelantarse a los hechos, esperando siempre lo peor. El vitalismo, es desprejuciado, no tiene una moral y no lee fracasos, solo experiencias. Creo que es una especie de sabiduría muy spinozista. Decían que Pavese tenía problemas de impotencia, es decir, Eros, estaba ausente. Steiner nos dice, en la vejez eros es el lenguaje porque el cuerpo ya no está activo. No podemos saber por Pavese, lo cierto es que estaba muy solo y necesitado de amor. Esa palabrita... me conmueve el esfuerzo que hacemos, con palabras, para alcanzar al otro, para seguirlo, abarcarlo, comprenderlo y acercarnos... Y dejar de sentirnos soloas. No somos tan cobardes, somos más valientes. Vivir es también un acto de valentía. La nota del autor de este libro de George Steiner que está en FCE dice: Cada uno de estos siete capítulos habla de un libro que yo tenía la esperanza de escribir y que nunca he escrito. Trata de explicar por qué. Un libro no escrito es algo más que un vacío. Acompaña a la obra que uno ha hecho como una sombra irónica y triste. Es una de las vidas que podíamos haber vivido, uno de los viajes que nunca emprendimos. La filosofía enseña que la negación puede ser determinante. Es más que una negación de posibilidad. La privación tiene consecuencias que no podemos prever ni calibrar adecuadamente. Es el libro que nunca hemos escrito el que podría haber establecido la diferencia. El que podría habernos permitido fracasar mejor. O tal vez no.
me gusta esta frase final... y decía, que la actitud espinozista, porque yo no la inventado, ya el la pensó antes es: No tomar con ironía las acciones humanas, ni con pena, ni con odio, sino tratar de comprenderlas.
No podemos vivir sin cierta neurosis, existir nos confronta al tiempo, al ser, a la nada. Y nuestra conciencia nos hace un poco prisioneras, por eso, para ser feliz, es necesaria cierta inconsciencia, o cierto paréntess en los juicios, cierto "dejarse ir", navegar sin amarras. Los prejuicios son nuestra piedra de Sísifo, eso, y nuestra arrogancia para creer que hemos comprendido todo, que lo sabemos todo. La vida nos enseña a ser humildes y a asumir nuestra porción de humanidad. Otra frase que me gusta del libro de GS es aquella que le dijo un hombre mayor a un joven: Es tan joven y ya ha hecho tan poco. Cuelgo el link de una reseña aparecida en un diario digital en España, Me gusta el punto de vista, desinhibido, directo Y honesto. http://www.ellibrepensador.com/2009/02/20/erotika-escenas-de-la-vida-sexual-patricia-de-sousa-ediciones-barataria-2009/ Y ahora, a prepararme, proque nos vamos al Valle bravo, un lugar en la montaña que parece muy hermoso. Ganas de ver árboles, pinos, bosques... hace un clima delicioso... Pequeña imagen del Museo Rodin, en París... nevaba!!
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