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jeudi, mai 24, 2007

Neo-romanticismo

Creo que la época plantea ciertos límites. El hecho de estar más obligados a crear nuestros propios contenidos. En esta tarea el lenguaje que poseemos, no siempre, basta. Hay que llenarlo con nuevos contenidos. El lado quizás interesante es que hay más libertad en la circulación e personas y de ideas y esto da como resultado una renovación del lenguaje, de esa relación entre las cosas y los nombres, el lenguaje y las personas. Pero hay otro aspecto, todos le tememos a la incertidumbre y, muchas veces al cambio, lo vivimos muchas cosas como pérdida y no como transformación. Por eso, pensaba leyendo un libro sobre le romantismo francés, que esta es una respuesta que no ha perdido vigencia. Como especie, nunca hemos renunnciado a las pasiones en búsqueda de otra forma de conocer que no sea estrictamente racional. Entre nuestra sed de orden y nustras ganas de sentirnos vivos, debe haber un acuerdo, una forma de no perderse en un anonimato afectivo. No tengo la fórmula, pero sé que es una búsqueda constante, un proceso abierto. En cada etapa de la historia que se ha querido regresar a una especie de "clasicismo" en las ideas, han habido brotes románticos. Todas los levantamientos del individuo contra la sociedad, de la primacía del individuo contra la idea de nación, son acciones románticas. Entonces esta frase de Las Confesiones de Jean-Jacques Rousseau, podría sugerirnos una apuesta por el movimiento interno aunque no siempre caigamos sobre nuestros pies: Si no soy mejor, al menos soy otro.

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