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vendredi, mai 04, 2007

la fuerza de miedo


Luego del único debate televisivo entre los candidatos a la presidencia en Francia, un hombre y una mujer: Segolene Royal y Nicolas Sarkozy, hay varias cosas que me parecen intersantes. La primera, es que es la única vez en Francia en que una mujer afronta una contienda electoral de igual a igual con un hmbre, y la segunda, son los resultados del debate. Si Segolene Royal trató de manentenerse en los márgenes de un discursso dialéctico, que siempre incluye la participación de los otros, Sarkozy se mantuvo en una línea vertical: yo pienso solo, actúo solo, ejecuto solo. La autoridad y voluntarismo político frente a la reflexión y la búsqueda de consenso (básico para la democracia), de la intervención mucho más elaborada de Royal. Pero nadie, nadie, se atreverá a decirlo. Porque aunque sea cierto que la izquierda es rígida y todavía conservadora, una cosa es importante, nunca se olvida que la política, el zoon político, es reflexión antes de la acción. No sorprende que los ejemplos de Sarkozy provengan del deporte (todos los regimenes totalitarios han estigmatizado el deporte como un valor importante) porque impide pensar sobre lo que somos y para qué estamos en este mundo. Es posible que alguien crea que un país puede dar en esta época las espaldas al mundo y actuar solo, que alguien sienta, aún en la izquierda, un mínimo de nostalgia por el pasado glorioso de Francia, que nos hable de nación antes que de individuos? Toda sociedad con carencias de identidad sueña con una pasado glorioso, pero su gloria, si esta existe, son los ciudadanos, y son casi siempre, historia de individuos: revisen la historia. Es historia de personas y de sus capacidades, y posibilidades (digo esto porque no es adquirido), de resistir, de transformar y crear nuevas ideas.

Sarkozy con su discursoo simple, básico en muchos aspectos, hace soñar con la idea del ganador que tiene que ver con una sociedad de masas en la que se valoriza es la fuerza, el éxito (interpretado por quienes manejan estos valores), el consumo, etc... en suma les venden a la población la idea de un florecimiento enconómico que permitirá una especie de renacimiento, inspirado en el poder de compra para olvidar lo más importante: que un día esta sociedad envejecerá y que en esos momentos no contarán más que consigo mismos y que si esta sociedad no les ha dado instrumentos para intepretar, valorizar, y enriquecer la calidad de sus relaciones humanas, toda gestión, puede considerarse como un fracaso. Pocos entienden qué quiere decir Sarkozy con su crítica violenta a la revolución de mayo del 68, de ella resultaron una serie de reformas, formas de pensar más libres, menos dogmáticas y que son ahora algo adquirido para los jóvenes. Eso les costó a la generación que tiene ahora 6o años y más... Cuando habla de pérdida de valores, de la confusión de géneros (bueno, malo), etc... nadie sabe de qué está hablando ( o sí??). Pueden pensar los jóvenes bombardeados de propaganada que les crea necesidades, frustraciones constantes, con padres preocupados en mantenerse a salvo en el sistema, cuestión de no ser un marginal, un perdedor... y toda esa filosofía positivista de pacotilla que domina en general???!! Quiénes puedan resistir, increpar, cirticar y decidir con autonomía? Depende de muchas cosas, de la gualdad de condiciones, pero sobre todo de una educación, de una capacidad para entender. Por qué si no las cosas se repiten, la ignorancia, la estupidez, el cretinismo? Porque estas cosas se transmiten de generación en generación, porque todos tenemos miedo de convertirnos en los parias de la sociedad, porque para ser valientes se necesita, confianza, capacidad de visión, aplomo. Pienso en Nietszche... Y también pensaba en algo, si bien, estar en el extranjero destruye todos los paradigmas habituales confrontándonos con lo esencial, también es posible que en nuesra búsqueda de reconocimiento afectivo, terminemos perdiendo esa autonomía que hemos ganado alejándonos de todos nuestros valores adquiridos. Me decía ahora, que hay que luchar para no dejarse sobornar, abandonar la propia casa, deshabitarse, que hay que tener la fuerza, perder el miedo. Con una estructura sólida nuestra capacidad de decisión se refuerza, se limpia de ataduras, con una frágil, somos una especie de prótesis, de muleta. Por eso me parecía importante la frase de Royal: no soy una víctima, el hecho que, de facto, tenga una situación de minoría (en la política) no me hace víctima. Yo me doy el valor que merezco. Punto.

Ayer conversaba con mi amiga Cecile, con quien puedo crear espacios de convergencia y de diálogo, y pensaba en cuantas mujeres, cuántas somos capaces de no dejarnos sobornar por un relativo confort, o por una imagen gratificante en tanto que género femenino, "dintintivo" que es algo así como la banderilla en un toro, y sí, son pocas las mujeres que se manienten de pie, sin estar dispuestas a renunciar a ser sujetos, circulando plenamente en su existencia. Hablaba con Cecile de Jacques Ranciere, autor que ella me ha hecho descubrir, además de otras lecturas, y pensábamos en lo importante que es abrir un corredor donde circule la información proveniente de todas partes, fuera de stablishment, un pensamiento mestizo, contemporáneo, que no tiene nada que ver con lo que vemos en vitrina, una dictadura de lo más pobre, de lo de poco esfuerzo, porque muchos, y muchas, estamos dispuestoas a aceptar lo que ya poseemos, porque nos morimos de miedo de afrontar lo nuevo, lo que cambia. Por eso, todos votarán Sarkozy, como en un tour de Francia en el que conocemos todos los paisajes y parece seguro, pero que solo parece, porque al final de cuentas, no hay madre ni padre que nos proteja. Como escribió Jean Paul: El cielo está vacío, lloren pequeños!!

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