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lundi, mai 23, 2011

ir dejando huella, Kafka

Escribir para ir marcando la experiencia, hacerla tangible, acercarla, traducirla. Termino de releer "Carta a mi padre", de Franz Kafka. Pienso en aquella que he prometido a una editorial peruana, pienso en que podría escribir una carta al mío, o a mi madre...
Confirmo  recuerdos vagos de mi primera lectura, uno de ellos,  la incapacidad de Kafka para vivir y hacer una vida "socialmente aceptable", en esta carta que dirige a su padre y donde confiesa sus límites, la culpa asumida por esa incapacidad del padre que los responsabiliza y lo señala siempre como culpable. Hay fragmentos de una limpieza rotunda, intensos,  sobre la paternidad que él no puede asumir. Si Kafka fue él mismo, fue porque escribió libros donde tuvo que recorrerse con todos los peligros de perderse y ser un escarabajo. La escritura impone un rigor, una limpieza en lo que se dice, transformarse o no en un(a) traductor(a) de nuestros propios sentimientos. Tal vez lo que la convierte en escritura sea ese riesgo, esa apuesta por decir las cosas de frente, sin máscara, sin pose.

3 commentaires:

KNB a dit…

Tu post me ha hecho pensar en un pequeño libro de George Perece, Ellis Island. No sé por qué. Si no lo has leído, hazlo. Buen blog

KNB a dit…

Perec*

Patricia De Souza a dit…

Lo buscaré KNB, gracias por la sugerencia...