Muchas veces me pregunto, ¿tiene sentido escribir, tratar de ser oída, tratar de tender puentes, tiene sentido escribir, desmontar para volver a reconstruir, tiene sentido todo esto? Yo creo que sí, si no, no seguiría escribiendo y esa es la razón por la que a veces hago esfuerzos enormes, enormes, para lograr un mínimo de diálogo, un espacio, Oxígeno. Y muchas personas, por vanidad, o ingenuidad, o porque se ven a sí mismoas como una mercancía, piensas que son una presa, un objeto que se quiere poseer a través del lenguaje, sin pensar que toda relación, toda existencia en suma, se nutre del lneguaje y existe solo porque hay palabra dicha u oída, porque hay, en resumidas cuentas, diálogo. Pero no sé, creo que esta época (ayer pensaba sin cesar, qué les puede pasar por la cabeza a la gente que está de acuerdo con la expulsión y penalización de gente extranjera en Francia) no es una que permita pensar, y menos abrirse a losdemás y fomentar la generosidad. Es una época de miedos y de egoísmos, la inseguridad laboral, la pobreza interior, la falta de imaginación, está sacando lo peor de notroas. Me abrumaba caminar por calles donde la gente está alienada con el peligro que representa un(a) extranjero, me parecía que incluso la atmósfera era violenta. Es decir, un 15 de agosto en Toulouse, en una tarde suave y delicada, de colores ocres...
La verdad que sentía mucha, mucha indignación, no solo por mí (porque ya no puedo soñar con la misma facilidad en que las cosas van a cambiar y que un día y viviré en un mundo menos terrible) sino por ellos, por aquellos (los gitanos) a quienes separaban (hombre de mujeres), humillaban frente a la impasibilidad de los demás. Es decir, el "chivo expiatorio" perfecto para justificar todos nuestros miedos, miedo a la inseguridad, horror de la pobreza, y miedo a la muerte. En el fondo la crueldad, la sordera, inscribe en su partícula más pequeña, el miedo a morir. El reaccionario, el facista no soporta la idea de morir un día y alguien debe pagar por eso. Esa es una idea que se me ha venido espontáneamente, o a lo mejor salió en la lectura de esta entrevista a Alain Badiou...
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