Una de las cosas que más me impactó al leer esta biografía de JLG, fue su coherencia y su capacidad para decir No a las normas sociales, a las convenciones, con todo lo que eso implica de riesgo y de equivocación. "saber jugársela", hasta las últimas consecuencias, como se suele decir... esa es una apuesta...
Correcciones y más correcciones, la incorrecta... Va Godard...
Godard: un antropólogo del cine
En diciembre de este año Jean-Luc Godard (París, 1930) cumple 80 años, el mito permanecerá en el tiempo. Ninguna persona concreta ha estado más alejada de su propia imagen, todos lo conocen, pero muy pocos han visto sus películas. ¿Quién es este personaje que ha cautivado a millones de personas con sus provocaciones, sus contradicciones, su propia idea del cine? Godard ha sido, y sigue siendo, un radar de su época quien vio en el cine no solo la expresión de una parte de la realidad, sino que podía (y debía) transformarla, enriquecerla y servirle de memoria viva. El cine no es un arte menor, es el arte de las artes que se nutre de la literatura, de la pintura, de la historia, una antropología que nos muestra las marcas del tiempo, nuestra propia historia individual y colectiva. En esta biografía monumental de Antonie de Baecque (Grasset 2010), convivimos con él y su familia protestante en Suiza (Nyon), junto con sus cuatro hermanos y sus padres, Paul y Odile; infancia feliz y llena de encuentros, a los 25 años Godard hará su primera incursión en el cine, inspirado en una novela del escritor suizo Charles Ferdinand Ramuz, Aline. Luego vendrá su primer cortometraje serio, Operación cemento, cuando ya forma parte de la revista crítica Cahiers du cinema, junto con Claude Chabrol, Francois Truffaut, Jacques Rivette y Eric Rohmer. Para entonces Godard es ese joven delgado, con lentes, nervioso e huidizo, que maneja una ironía y un humor corrosivos, de una inteligencia veloz y analítica, un devorador de libros, un apasionado de Velázquez y de Mozart. Un genio del arte de la rima que lee inmediatamente la poesía inscrita en el habla de los demás, en las frases más banales y más absurdas. También es un hombre que empieza a mostrarse como un escéptico, que aspira con el cine lo imposible (el montaje sigue la idea) y que no encuentra otra manera de existir que no sea la polémica y el espíritu de contradicción: Tengo el sentido de la paradoja y el espíritu de contradicción. Digo siempre lo contrario de todo. Durante toda mi vida he enterrado mis años pasados. Por estas razones Godard será el fenómeno más solitario (una soledad sumamente poblada como dijo Deleuze) y sorprendente del cine contemporáneo, el más rebelde, el más auténtico, y el más controvertido. Una especie de Picasso del cine. Cuando presenta su primera película importante Sin respiración (A bout de souffle, 1960) la crítica no puede evitar apasionarse, cuestionándose y entra en contradicciones, lee en él un nuevo Delacroix del cine. El poeta Aragon escribió en un artículo célebre: Yo no sé lo que es el arte, pero sé que Godard es arte.
Godard el exótico
En 1950, Godard hace un viaje largo a América Latina, tiene familia en Lima y en Santiago de Chile. Se queda varios meses en Lima y recorre el Perú. Este viaje, según AdB, es fundamental para la cinematografía Godardiana, tal vez allí empieza la idea de su segunda película más celebrada (con Ana Karina como protagonista y nuevamente Jean Paul Belmondo), Pierrot le fou, especie de fábula ilustrada sobre el amor, el desencanto y el desarraigo. Godard es un experto en mezclar referentes cultos con los más vulgares, el documental con el cine clásico, la narración con la dramaturgia del monólogo: La panorámica es reaccionaria, lo que es revolucionario, es el travelling. Ningún director ha sido tan obsesivo con el cine y tan rebelde para ceñirse a un formato clásico: Yo no cuento historias porque siempre me dijeron que no había que contar historias sino decir la verdad. Y es justamente esa relación entre cine y verdad lo que hace que Godard sea un personaje mítico y haya generado una controversia general sobre lo que puede hacer el cine frente a hechos tan dolorosos como el Holocausto. Tratar de recrearla le parece imposible y nunca llega a tener una opinión clara sobre el tema, tal vez solo si comprendemos que para él el cine no es la esencia de lo real, un ensayo filosófico en imágenes que podemos reconocer en su famosa “Historia del cine”: Yo quisiera contar la historia del cine, no solo de forma cronológica, sino arqueológica y biológica. Su historia del cine, es una forma de testamento, junto con todas sus películas que serán la huella del cine moderno, antes y después de Godard, aunque haya sido como lo dice él con ironía “el más olvidado de todos los genios”.
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