Pages

dimanche, avril 18, 2010

El odio contra Freud y de Darwin

Acabo de entregar mi texto ensayo sobre Catherine Millet a la revista La tempestad, y me puse a pensar en todas las cosas que he leído sobre ella, sobre todo, las que han sido escritas por mujeres: ¿por qué esa tibieza, esa distancia prudente de su parte cuando la leen? Yo intuyo que las mujeres tienen mucho miedo de asumir algunas cosas, que la maternidad no es un instinto sino una herencia cultural, que nuestro cuerpo sigue siendo prisionero del mundo social, de su imagen restrictiva, y que para considerarse Mujer, hay que considerarse primero una persona completa. Leo en una entrevista a Elisabeth Rudinesco cuando le preguntan sobre el por qué tanta intolerencia a Freud. ER: El odio hacia Freud se manifestó desde sus primeros escritos. Y es de la misma naturaleza que el odio hacia Darwin. Freud aportó algo que le es intolerable a la humanidad: la revolución de lo íntimo. Es la explicación del inconsciente y la sexualidad, ese es el primer escándalo que sigue chocando. De la misma manera que todas las iglesias reprochan a Darwin el haber hecho del hombre un simio, detestan a Freud por haber hecho de la sexualidad algo normal y no patológico. Cuando empieza, todos los psicólogos se interesaban en la sexualidad, pero para reprimir las sexualidades que parecían perversas: los verdaderos perversos, cierto, pero sobre todo a las mujeres histéricas, juzgadas perniciosas, porque desviaban su cuerpo de la maternidad, los "invertidos", porque rechazaban  la procreación y considerados "degenerados" porque se masturbaban. (...) Fue el primero en comprender que el ser humano no es solo neuronal, si no que está compuesto de mitos, de fantasmas, de cultura...
de ficción!! (añado)
(Nouvel observateur, entrevista de Sylvain Courage).

De la misma, manera, e inconscientemente, muchas mujeres le reprochan a CM el haber roto los mitos clásicos sobre el amor (el mito de la mujer monógama en Erótika) heterosexual, la monogamia, idem, pero sobre todo y ante todo, el hecho de haber separado el sexo del amor, y para colmo, hacer evidente  la cantidad de hombres que puede conocer una mujer; lo que se echa abajo un tabú enorme: la maternidad!! Madre de cuántos niños o niñas podría ser esta mujer que se acuesta con tantos hombres? Mnnnnn.... Poco importa que sea cierto o no, lo que más aterra es ese atentado contra esa función más básica, más obvia, pero la más protegida por la especie...

y de paso, leo ataques constantes contra el pensamiento de la generación de mayo del 68 (tipo Sarkozy) me dejan perpleja. No sé qué les reprochan, pero adivino que va por el camino de Freud y Darwin: pensar con libertad produce vértigo, es mejor las cadenas de la razón organizada, nada de contradicciones...

Y hoy es domingo, y aunque no me gusta Magritte, me gustaría ir a ver la exposición de Bellas Artes. Ayer noche, concierto de Joaquín Sabina, simpático, pero frío, incluso el espectacular escenario que, en este auditorio enorme (además de que la acústica no es muy buena), hace que se vea algo virtual y poco vital. Todoas sentadoas... o casi, el sonido se pierde en la monumentalidad del escenario que petrifica a los espectadores...

voilá. Pienso: ¿cuántas personas me acompañan en estas reflexiones?, siento, siempre, que no se puede crear mucha dinámica, y eso es un padecer, padecer un cierto aislamiento, una soledad impuesta. Admiro y envidio el tejido social que acompañaba a Simone de Beauvoir y que acompaña a otras mujeres en otras latitudes.... yo siento que pedaleo en la oscuridad...

2 commentaires:

Fernando a dit…

Excelente Patricia. No puedo dejar de sonreírme ante tus acertadas ocurrencias. Poco a poco y paso a paso haremos que tu voz se oiga.

Ya verás!!!!

Patricia De Souza a dit…

Bueno, si hacen sonreír, eso está muy bien...