Al terminar de releer Del lado de Swan, pensé que todas las novelas de Marcel Proust buscaban una escena primitiva, aquella de la pérdida y de la imposibilidad de poseer completamente, que es, imposibilidad de identidad completa con el Otroa; aquel que siempre nos señala nuestra falta de unidad. Toda escritura se aferra a esa idea, que es un no poder renunciar a un cierto absoluto. La forma de tratar de mantenerse en contacto con ese deseo, es escribiendo, y la escritura proustiana, por más organizada y armoniosa que parezca, bordea siempre el abismo. Es decir, sublima para no desesperar..
DE ahí que a veces nos parezca una escritura moralista (su profundidad moral es ese compromiso (esa búsqueda) que, para no perderse en ese laberinto de la memoria, se ve obligada a desarrollar un método, casi una doctrina. Y por eso, lo seguimos leyendo. Recomiendo el último número de Magazine littéraire sobre Proust...
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