Leyendo un dossier sobre el Deseo, en el Magazine Littéraire, encuentro una idea que me parece interesante: el gran reto ahora con el deseo no es transgredir ninguna regla (quedan muy pocas, y la transgresión, como la comprendía Bataille, o antes, Sade, es ahora un mito) sino mantenerse a la altura de su deseo. La mayoría de personas manifiestan un sentimiento de culpabilidad por no haber respetado su deseo. Y creo que es cierto que ahora, nos cuesta, saber cómo llegar a estar en acuerdo con él. Hay relaciones que sabemos desaprovechadas porque el miedo, la impaciencia, han sido las peores consejeras. Así la mujer que conoce a una persona interesante, siente miedo y se aleja para no somertese a esa pruebay viceversa, el hombre. Es todo un reto seguir su deseo, y es agotador desalienarlo, cierto. Pero no valdría la pena? es decir, como cuando vamos a una fiesta y queremos ser espontáneoas y decidimos jugárnosla de alguna forma para estar más cerca de nosotroas... No creo que haya falla en esto, seguirse, es econtrarse con quien debemos encontrarnos. Son algunas ideas que me vienen espontáneamente leyendo este informe interesentísimo.
Y ahora toca, vivir, tout simplement... respirar, caminar, mirar.,...
4 commentaires:
Curioso por qué hace algún tiempo conversaba con una amiga sobre que, en verdad, en estos tiempos lo único que podría llamarnos al escándalo, si es aun nos habíamos salvado de la anómia, son esas muertes fruto de nuestro esquema económico mundial, como por ejemplo, aquellas que se producen por las hambrunas desatadas por efecto de las especulaciones bursátiles de productos, en los que, unas personas, desde la asepsia de sus gabinetes, "juegan" con el precio futuro de los alimentos ganando millones de dólares sin importarles las crísis alimentarias que generan en lugares como el africa; esa es la veradera transgresión, la pornografía de nuestra etica moderna basada en un modelo de utilidad el cual se filtra en el incosciente colectivo y estructura unas relaciones humanas bajo ese paradigma, luego el arte en general, puede asombranos, pero no ya escandalizarnos y, cuando intenta hacerlo, suena desafinado para los aun estamos despiertos, por que nos damos cuenta que son obras producidas intencionalmente bajo ese paradigma de utilidad y entonces, no conmueven.
En lo cotidiano, en raras ocasiones podemos tener la suerte de un encuentro liberalizador del espíritu humano, en donde dos almas fluyan en la espontaneidad de ese diálogo nunca acabado que somos; cuando tenemos esos ecuentros, debemos resistir para que nuestros prejucios, contaminados por ese "espírutu de la epoca", no distorsionen nuestros verdaderos deseos; hay que ser guerreros cosntantes en esa lucha contra nosotros mismos, y eso me hace recordar una frase que escuché en una película un poco cursi que no recuerdo el título, la mujer le decía a su amado que las personas estában para salvarnos de nosotros mismos...
Es muy bonita la última parte de tu comentario...
Este tema del deseo es muy provocador e interesante: Que tambien está presente en el juego de la seducción, un juego en el que no siempre hay igualdad, ni simetría. Sobre todo para el hombre a quién generalmente en nuestras sociedades es quien le toca descifrar esas señales difusas en las que a veces necesita la ayuda de otra mujer para poder descifrarlas..
Es un juego en el que no sólo cuenta el uno sino tambien el otro o la idea que se tiene del otro que por ello no deja de ser menos real.
Oh Patricia, estos juegos son muy peligrosos; sentir la sangre alborotada, es emocionante. No te niego que cuando se acierta es maravilloso pero entiendo porque el temor a equivocarnos se impone, el no poder interpretar correctamente las señales y las cortinas de humo que aparecen en los límites de los actores...
Sí, Fernando, lo entiendo perfectamente, todo es siempre una apuesta, no?
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