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lundi, décembre 14, 2009

Y la contradicción

Ah, olvidé decir que una de las razones de la culpa, es la contradicción, saber que no somos homogéneos que existen en nosotroas la capacidad de ser nobles y la de ser mezquinos, pequeñoas... Y creo que todoas tenemos algo de eso, con escepciones patológicasm claro. Una lado luminoso, generoso, noble y otro, reptitíneo, oscuro, pobre. Cómo hacer para que lo luminoso se imponga a lo oscuro? Como en esos cuadros de Caravaggio, de una luz suave y espiritual. A lo mejor ejercios espirituales y menos físicos... Yo sé que puedo ser terrible en mis juicios provocdora, un mounstruo, pero sé que vuelvo sobre mis pasos cuando me doy cuenta de que he herido, porque me siento muy mal, ya nada me duele más que no habr sabido expresarme o conectarme con el lado bueno de la persona involucrada. Pero también sé que esas respuestas responden a una gran frustración, la de no saber cómo recibir esta vida, esta existencia tan hermosa y cruel a la vez, de no haber encontrado muchas respuestas a muchas preguntas, el dolor, el hambre, la pérdida, etc, de una gran interrogación existencial... Entonces, creo que más que buscar demostrar nada: quién domina, y quién se somete, es constatar que somos un poco esclavas de nuestras condición y que hay que trascenderse. Constantemente, por siempre, y aunque nos cueste.

Sigo sosteniendo que la literatura, escribir, simbolizar, representar, me obliga a mirarme, criticarme, quererme y odiarme, para poder acercarme mejor a los demás. La literatura, como lo decía Levinas, no es una vocación, es casi un sacerdocio.

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