Hoy encontré un catálogo que recogí en el Jeu de Paume, en París, cuando fui a ver una exposición de fotos de Denise Colomb, sobre las Antillas. Entré porque atravesé la Place de Vosges (j adore)y fui a dar con la entrada principal del Hotel de Sully, no muy enterada de quién era ella, pero, al final, una sorpresa. Denise Colomb hizo una misión a Las Antillas en 1948 (regresó varias veces), enviada junto con Michel Leiris como expertos. Empezaba la etnología y DC tenía sus dudas sobre si podía existir como una ciencia, siempre se hizo la pregunta si una persona podía observar y describir otra realidad sin deformar lo que se está observando. Esa es una pregunta que yo también me he hecho: hasta qué punto podemos prescindir de lo que somos. Cuando ella describe ese paisaje de trópico, de una belleza extrañamente intimidante, de caos inextricable, donde las escenas se juntan, se entrelazan y se devoran, pienso en lo que siento cuando estoy en Lima, México, o cualquier lugar que me haga pensar en lo terrible que es esa belleza frente a la carencia concreta, diría que es como un castigo. Y es extraño, siempre me ha inspirado una sentimiento de conflicto intenso.
Trato de seguir con mi nueva novela, pero necesito volver a recogerme, concentrarme, tal vez en Lima... por ahora anoto cosas...
Visto ayer mi artículo sobre Simone Weil en Babelia, se puede ver por Internet. Y me alegra que ese tema haya salido en un diario en España, me acompaña.. Me doy cuenta de que tengo afectos concretos en España, amigos, historias... recuerdos que suelen aparecer en sueños y que son el reflejo de una experiencia concreta pasada, todavía fresca...
Y, mientras escribo en el café del parque México, con un ambiente de feria, de fiesta amanecida, pienso en cuando estaré en Lima, sintiendo la calidez del verano, mirando ese mar que tanto he querido y que tanto me ha hecho soñar (si releí el Cuarteto de Durell, es porque siempre me ha recordado a Lima sus descripciones de Alejandría) cuando era niña y de adulta; pensaba que en caso de urgencia, yo podía hacerme una balsita con unas cuantas cañas y meterme al mar, dejándome llevar por él, hasta dónde me llevara, qué idea!!
foto: una de las imágenes de Denise Colomb en la exposición de Jeu de Paume en el Hotel de Sully.
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