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mercredi, mai 27, 2009

Las alegrías populares

Miraba el partido de fútbol del Barcelona contra el Manchester y pensaba en lo que puede significar una victoria colectiva para una persona, qué tiene que ver con su vida cotidiana y cómo puede proyectar su vida en un grupo, y en la acción conjugada de un grupo. Quizás son esas amistades simbólicas, compañías imaginarias, que se realizan en esos instantes. Pero sobre todo pensaba en la idea de victoria, cómo el deporte da esa sensación sólida de victoria, algo que la literatura no es capaz de dar, porque la literatura, pese a ser necearia, no canta victoria no salva, simplemente nos pone en contacto con la vida y con todas sus debilidades, sus límites y su estados poéticos. Ese es su lado triunfante, que, frente ante cualquier adversidad, sin que se hagan concesiones, puede llegar a ser una celebración, un encuentro, pero ante todo un don. Sí, hay algo de estoico en ella, como en cada uno de esos héroes de carne y hueso que sudan, juegan, se entregan y viven un instante efímero de eterna alegría.

Escucho una emisión sobre la amistad entre Montaigne y La Boétie, cuando este último muere, Montaigne siente que su vida pierde sentido, se siente completamente solo y perdido. Increíble. Luego escribió sus ensayos y ese libro soberbio sobre la amistad.

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