Estoy en una terraza de Lima mirando el mar y leyendo a Marcel Proust. Por un instante me digo que hay que abanodnarse a esos momentos de bienestar sin demasiada culpa, tal vez eso me ayude a ser más generosa con los demás... tal vez... Leer a Proust oyendo France Musique, tomano el sol y mirando el mar, esa esa la magia de la globalización... Hace una temperatura ideal, no más de 24 grados, corre una brisa suave y fresca. Finalmente la rudeza de otros aspectos de Lima se compensa con estas cosas....
3 commentaires:
Feliz Navidad, es lindo saber que la rudeza queda eliminada por la belleza de la naturaleza.
Saludos
Qué envidia, viendo el mar y leyendo a Proust... ¿Qué más se puede pedir?
Conde-duque: se puede pedir leer a Proust desde una favela, una chabola, un "asentamiento" como dicen en mi eufemìstico y poco mìstico paìs. Yo leo a Proust en el barrio "La Cruz", cabecera departamental de Tacuarembò, en un Uruguay cutre (berreta, dicen los argentinos, nosotros tambièn)pertenezco a la clase baja (primaria completa / secundaria incompleta) y no envidio a los que leen a Proust desde la Metròpolis, ellos son los provincianos, yo, como un paisano de Combray, soy universal, o, al menos, asì me hace sentir Marcelito el del Ritz.
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