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lundi, décembre 17, 2007

escritura, descifrar

Con el tiempo y la distancia, las cosas emergen solas a la superficie. Lo siento ahora con algunos de mis textos y con el hecho de regresar a Lima, cómo he tenido que escribir ciertas cosas, ciertos libros, para organizar experiencias desestabilizantes. Es un trabajo muy solitario que se hace imperativo, como si fuese nuestro único oxígeno. Ninguno de los textos que he escrito han sido planificados, sino intuidos, recuperados de los escombros. Hay escrituras que son reescrituras desde los escombros. Por qué ese afán de reconstruir? Porque siento, sobre todo cuando estoy en Lima, que en este tipo de sociedades nada permanece, todo se destruye, entonces, es como una respuesta, la única, que me estructura. De ahí que las cosas que siguen a la publicación, crítica, protagonismo etc, sean relativas. No hay nada que se compare al trabajo mismo de escribir, en el sentido espiritual, pero también en el de reconocerse.

Llegando al eropuerto, me encuentro sin maletas y la sensación de que no puedo hacer nada sino esperar que el sistema funcione...

c est la vie titi

4 commentaires:

Dylan Forrester a dit…

Qué bueno saber que vienes a Lima. He leído algo de tu Obra. Ojalá podamos coincidir en algún rinconcito limeño...

Saludos y bienvenida a nuestro bienamado Perú :D

Fernando a dit…

Y que tal si nos liberamos de todo, de las maletas y sencillamente somos, existimos, sin equipajes, sin carga. Al final no nos llevamos absolutamente nada.

Rocamadour a dit…

Quizá una de las satisfacciones, no sé si vaya por un terreno de vanidad o de espirituralidad, sea el momento en que el lector se comunica con el escritor, es decir, siempre me ha parecido una barrera imposible de pasar cuando un lector acaba una novela y tiene tantas preguntas qué hacer, preguntas que el texto ya no puede contestar, y reclama la voz del escritor, reclama al escritor porque lo siente tan cercano como si lo conociera de muchos días e incluso años. Y si bien es cierto que la escritura es un camino solitario, en la mayoría de los casos de búsqueda personal, es de pronto quizá hasta fulgurante ese momento en que el lector ha visto o sentido en algunos pasajes del libro tal cual el escritor ha sentido al momento de escribirlo, a mí me parece que esa es una de las mejores recompensas porque creo que es el momento en que se establece un puente entre el lector y el escritor, un encuentro de empatías, donde tanto el escritor como el lector se dijesen a la vez No estás solo, aunque ninguno de los se haya visto nunca. Y quizás todavía más, por este encuentro resulte para nuestro lector en un aliciente necesario para acercarse al camino de su identidad, de descubrir quiénes son sus guías, y por qué no, este lector podría pasar al otro lado y terminar convirtiéndose en escritor.

Ayer escribí algo, el hombre siempre está fragmentado por el tiempo y sus deseos, creo que podría decir algo parecido de Lima, está fragmentada por el tiempo y los deseos de los que aquí viven. Un abrazo Patricia.

XIGGIX a dit…

Algunas veces se ha dicho que el acto de escribir es una forma de arqueologia, y si, comparto esa perspectiva pues a traves del proceso creativo, intentamos sistematizar los "escombros" que han dejado nuestras experiencias, nuestra historia individual en el desciframiento del mundo, de nuestra relacion con el otro en la dinamica social. En sociedades como la nuestra, herederos de la fragmentacion de visiones irreconsiliables, de la urgencia ante la provisionalidad, intuyo que la escritura seria un ejercicio que busque la coherencia y que interiormente nos explique, como es que nacen niños sin futuro junto a primeras planas con affaires futbolisticos.
Las maletas llegaran...