Retorno de paseo por el malecón de Miraflores. La isla San Lorenzo se ve nítida y toda la bahía hasta el Callao... Sí, es un privilegio tener el mar tan cerca y gratis. Ayer, en San Bartolo, descubrí una casa sobre un peñasco, con una vista preciosa y empecé a soñar con estar ahí y ver las puestas de sol. Al final, me digo, esta ciudad, Lima, con todos sus defectos, con todas sus desigualdades, es la ciudad que me ha hecho ficcionalizar, inventar, este mar austero, este ritmo dormido del verano...
Muero de ganas de ir a comer erizo al restaurante La mar, que hoy reventará de gente... Pero.... puedo???
oh, oh!
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