El jueves regreso a París desde Lyon, viernes por la maana termino de hacer las cosas que debo hacer, entre ellas tratar de encontrar algunos pequeños regalos, voy a Printemps, subo al último piso, pasando primero por todas las secciones de venta. Arriba la vista es impresionante, pero imposible mirarla sin que haya alguien que te pida el paso, parejasc on niños, familias, gente en general en pleno stress con la compra navideña que tiene tods los medios para estar contenta y no lo está. Porque hay algo que no se debe olvidar, la vida confortable cuesta mucho sacrificio, deudas, planificación constante, estado de alerta. Siempre que estoy en París, siento un stress general, una tensión que impide una fluidez en el trato entre las personas, una especie de sonambulismo muy de esta época. Luego, después del aeropuerto, México. La lentitud. Aquí todo fluye despacio, y es raro porque porían estar impregnados del famso "time is money", de los estados unidenses. Y no, no todo es dinero en la vida y hay que tomarse el tiempo de hablar y de escuchar, de ver, de oír... saber escuchar aún cuando estamos ocupadas con algo, o preocupadaos... Las librería en el D. F, me encatan, sobre todo una, El conejo blanco, donde he visto libros de Estruendomudo y el último ejemplar de la revista La tempestad, dond ehe publicado un texto sobre Mario Vario Vargas Llosa que los vargalosianos no han visto todavía supongo (Iván?)... Es invierno ya hace sol, casi nada de frío, parece que suele ser así... Leo Albertine Disparue, de Proust (en la edición de bolsillo de la Pléiade, traduciré algunos fragmentos del prólogo), la verdad que cuando cojo la lectura, me da ganas de no abandonarla porque la voz de Proust es una voz que nos habla de cerca, envolvente, con ese aliento largo y cadencioso que parece nunca terminar. Pues, eso, el otro día lo conversaba con RM en el café de la Rue du Bac, a su salida de Gallimard, si Proust es tan intenso es poque posee lo que hace que la literatura exista: la obsesión por decodificar signos, quién es Albertine sino la poryección de él mismo, del afecto de su madre, de todas las ausencias que se juntan en esa frase en forma de epistema que menciona su mucama?: Mademoissellle Albertine est partie!, y que suena como una bomba dentro del narrador. Albertine, con toda su vulgaridad y simpleza, poseía una cantidad enorme de significados que Proust traa de desenterrar con la avidez de alguien que desea reanimar a una muerta, escarbando la tierra todavía húmeda: las palabras.
Quedan pocos días para mi viaje a Lima, y tengo una montaña de cosas que hacer. Ganas de ir esta tarde a la Plaza de toros de aquí , propuesta de Olivier. Ayer, compras en el mercado de San Juan, el mejor de la ciudad. Explosión de colores, abundania de pescados, crstáceos, frutas de todo tipo, escenas cargadas de color, punteadas or el acento mexicano que ahor ame es casi familiar. Por eso, tal vez no escriba mucho en el blog. Ego afectus est, es una frase en latín que quiere decir: Ego es afecto.
1 commentaire:
"Ego es afecto." Diría que es todo lo contrario, distanciamiento, creencia de superioridad... Bueno pensándolo bien, ego es afecto hacia sí mismoa. Sólo así me parecería acertada esa frase.
P.D. Espero que disfrutes el regreso a tu tierra natal.
Saludos
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