Me cuesta estar sin escribir, sin recorrer lo que vivo con palabras... No he podido estos últimos días cargados de actividades... La incursión en la Plaza de toros de México, me dejo impasible. Es muy moderna, muy grande. Lo impresionante es el público y los personajes que van apareciendo, a veces unos vendedores encantadores, tipo Cantinflas (es todo un personaje social, un perfil psicológico del hombre sin cinismo, ya hablaré de él más tarde), con una manera de caminar adorable y unos diminitivos igualmente seductores y sonros...
Luego, visión de la película inspirada en la novela de Alan Paul, El pasado, se supone que yo conocía a Héctor Babenco, director brasilero y que es bastante correcto aunque no sea nada más, y se supone que actuaba Gael García Bernal, actor versátil, pero.....peeeero, la película era temible por mala, nunca he visto nada así, croyez moi... La novela no me gustó mucho, pero nunca pensé que se podría hacer algo así, una historia de separación tan chata, tan previsible!! Al margen, salimos despavoridos... rumbo a La condesa... No recuerdo el nombre del guionista, pero si yo fuese Pauls y veo eso, prohíbo que se exhiba!
Leído innumerables comentarios sobre la "decadencia francesa", respuestas de todos los sectores, nadie desea reconocerce en ese retrato... Y por qué? Yo creo que porque es una crítica conservadora, lo que se critica es que Francia no siga siendo la Francia de Edith Piaff y Jacques Brel, que se haya convertido en una sociedad pluricultural, polifónica, múltiple (La de Edouard Glissant, de los Pérez y los Garcías o los Taha), razones que espantaron a los que se decidieron a votar por Sarkozy. Por qué se dice que los franceses, hablando de la literatura, se miran el ombligo? Porque escirben muchísimo en primera persona (eso, desde Luciano de Samosato, Montaigne, Rousseau, Flora ristán... y la lista es intermiable) seguimos bajo un paradigma de conocimiento que parece haber ignorado todo el saber que hemos acumulado a lo largo del tiempo. Todas, todas las crisis modernas (espistemológicas y de lenguaje), la del hombre moderno de la que habló Walter Benjamin-crisis de la narración-, la de la novela de Robert Musil, El hombre sin cualidades, o El extranjero, de Camus, esa ausencia insondable y esa falta de lenguaje afectivo, o de presencia humana en el lenguaje. Todo eso ha pasado por el un espacio en blanco y hay una amnesia de toda una parte del planeta. Tal vez ese miedo al pronombre personal, a que alguien diga Yo (la crítica iba dirigida a los autores de autoficción), a que se muestre como es con todas sus debilidades, sin maquillaje, sin disimulación (como en una tauromaquia, justamente), asusta a mucha gente (dijeron: mujers????)... Además si hay una literatura de la abstracción en los escritores franceses es porque es una de las fromas de estar presentes a nosotroas mismoas.... Por qué no pensar que la época lo reclama? Iván Thays decía que podría ser que hayan desaparecido las culturas dominantes, yo pienso que nunca antes hemos estados más alienados y dominados or culturas fuertes, pero que gracias a los medios de cmuncación, a un grupo humano que se resiste a una completa lobotización mental, podemos decir que resistimos valientemente. Lo peor son los esterotipos y lo que maneja esa crítica es un esterotipo de la cultura francesa de principios de siglo. Francia es ahora un país que se resiste a ver ese rostro que tiene en la actualidad, pero eso no impide la creación, al contrario, la contradicción, la anima, la fortalece. Una sociedad de individuos es más dura, pero si logramos salir sin cinismo (y sin stress!), a lo mejor seamos más concientes de que somos casi nada y que lo único que nos une a todos, como dijo René Girard en una entrevista estupenda en Liberation, sea el hecho de ser unos siameses que se desrozan entre ellos por miedo. Lo siento, pero esa calidad de información, la encuentro raramente en otros países. Si Pascal Quignard escribe como escribe, si Angot, Millet, Laurens, Modiano, que tanto elogian, es justamente porque esta es la época del Yo...Y solos, sin dios ni nadie más que con nosotroas mismoas, nunca antes una época ha sido tan consciente de su vulnerabilidad, incapaz de escribir "La marquesa salió a las doce"!!, como dijo Paul Valéry... Y bien... seguimos creyendo que todo es universal??? Salvo los males espirituales, todo es una interpretación, y esta época es de carencia, justamente de esos bienes que todo el mundo desprecia.