Esta mañana estuve en Ventimiglia, en Italia, y me doy cuenta de que hay muchas cosas que la diferencian de Francia, una cierta indulgencia, un hedonismo concreto. Fue muy gracioso porque los hombres son muy seductores y resulta que en pleno trayecto de regreso a Saorge, el maquinista y el controlador paraban el tren para invitarme un café mientras yo me preguntaba si debía ser benévola con esas debilidades masculinas, o severa. Finalmente opté por la indulgencia y bajé a tomar el café en tanto que los pasajeros esperaban en el tren! Para demostrarme que no estoy agria y que puedo, a veces, confiar en un encuentro humano... pero, lo es de verdad? No lo sé.
He terminado de revisar de nuevo el libro de Virginie Despentes, Kin konkg Girl, que ha aparecido recien en la editorial Melusina, de Barcelona, y, al final, yo siento también mucha rabia, mucha cólera de saber que hay situaciones que parecen irreversibles. Como me decía mi amiga Elba, la divisa de ahora es el cretinismo convertido en misoginia, la desconfianza en racismo. Esta mañana me levantaba y, sobre la cama me decía: hay que pagar una cuota alta para obtener la libertad de expresarse y de acción, pero yo la voya pagar. Pensabe en El último cuerpo de Úrsula y en cómo este libro, que es complejo, no ha sido muy comprendido en su momento, o sería mejor decir asumido (en la tradición hispanoamericana, yo no he encontrado compañeras de camino y menos en España!!). La crítica es muy masculina y muy conservadora, yo no recuerdo haber leído algo que me haya parecido interesante, siempre ha sido muy pobre todo, entonces, no hay que esperar milagros. Recuerdo que algún lector me comentó de por qué no escribía libros "más femeninos"(puaff!), otro comentario en ese orden es el de que debería ver a un psicoanalista para solucionar mi incapacidad a relacionarme con los hombres (este, es catalán). Este libro era una forma, para mí, de empuñar las armas, es decir, una rebelión contra la alienación a la que nos somete la educación, también lo digo en la última novela, Ellos dos, nos preparan para ser cadáveres en vida. Mi guerra es con el lenguaje y su poder alienante, con su contenido y su forma. Entonces se trataba de emplear la retórica clásica y darle otro tratamiento, sumamente subjetivo y desde una perspectiva concreta: un cuerpo de mujer. Si se le hubiese leído con atención, hubiesen reconocido que hay una revisión de los tratados más clásicos, desde Platón que comprendía el cuerpo como una prisión del alma, hasta Iganacio de Loyola (un ascenso hacia dios) o Descartes, llegar a ser una substancia, pensamiento. Es lo que le sucede a Úrsula que hace una abstracción de sus cuerpo, con mucha rabia, con mucha frustración, hasta llegar a mutilarlo. Cuando Virginie Despentes dice que se hizo punk para renegar de la opresión que ejerce la sociedad para que una mujer sea bella, la entiendo y me reconozco en ella, cuando un hombre me dice que soy muy atractiva y que cómo así escribo, me contengo para no mandarlo al mismo diablo, porque no, no soy sumisa, ni contenida, ni prudente ( y no conduzco con feminidad sino como quiero), sino no escribiría cómo escribo. Sin embargo sé que sido vísctima de ese avallamiento queriendo gustar a personas que no valían la pena, bucando reconocimiento. Tdavía me quedan resabios, por eso, a veces puedo ser mi porpio policía. Los hombres que no entienden esto, solo desean que las cosas sigan como están. Yo no encuentro mucha sabiduría, tal vez en los más jóvenes. Pero sige siendo difícil y eso hace que las mujeres seamos inquisidoras, acusadas de histéricas, castradas para no abrir la boca...
Por todas esas mujeres que se sienten en la imposibilidad de hablar, yo levanto la voz, y la seguiré levantando...
capito?
la corta reseña sobre VD debe salir en El País, pondré el link...
He terminado de revisar de nuevo el libro de Virginie Despentes, Kin konkg Girl, que ha aparecido recien en la editorial Melusina, de Barcelona, y, al final, yo siento también mucha rabia, mucha cólera de saber que hay situaciones que parecen irreversibles. Como me decía mi amiga Elba, la divisa de ahora es el cretinismo convertido en misoginia, la desconfianza en racismo. Esta mañana me levantaba y, sobre la cama me decía: hay que pagar una cuota alta para obtener la libertad de expresarse y de acción, pero yo la voya pagar. Pensabe en El último cuerpo de Úrsula y en cómo este libro, que es complejo, no ha sido muy comprendido en su momento, o sería mejor decir asumido (en la tradición hispanoamericana, yo no he encontrado compañeras de camino y menos en España!!). La crítica es muy masculina y muy conservadora, yo no recuerdo haber leído algo que me haya parecido interesante, siempre ha sido muy pobre todo, entonces, no hay que esperar milagros. Recuerdo que algún lector me comentó de por qué no escribía libros "más femeninos"(puaff!), otro comentario en ese orden es el de que debería ver a un psicoanalista para solucionar mi incapacidad a relacionarme con los hombres (este, es catalán). Este libro era una forma, para mí, de empuñar las armas, es decir, una rebelión contra la alienación a la que nos somete la educación, también lo digo en la última novela, Ellos dos, nos preparan para ser cadáveres en vida. Mi guerra es con el lenguaje y su poder alienante, con su contenido y su forma. Entonces se trataba de emplear la retórica clásica y darle otro tratamiento, sumamente subjetivo y desde una perspectiva concreta: un cuerpo de mujer. Si se le hubiese leído con atención, hubiesen reconocido que hay una revisión de los tratados más clásicos, desde Platón que comprendía el cuerpo como una prisión del alma, hasta Iganacio de Loyola (un ascenso hacia dios) o Descartes, llegar a ser una substancia, pensamiento. Es lo que le sucede a Úrsula que hace una abstracción de sus cuerpo, con mucha rabia, con mucha frustración, hasta llegar a mutilarlo. Cuando Virginie Despentes dice que se hizo punk para renegar de la opresión que ejerce la sociedad para que una mujer sea bella, la entiendo y me reconozco en ella, cuando un hombre me dice que soy muy atractiva y que cómo así escribo, me contengo para no mandarlo al mismo diablo, porque no, no soy sumisa, ni contenida, ni prudente ( y no conduzco con feminidad sino como quiero), sino no escribiría cómo escribo. Sin embargo sé que sido vísctima de ese avallamiento queriendo gustar a personas que no valían la pena, bucando reconocimiento. Tdavía me quedan resabios, por eso, a veces puedo ser mi porpio policía. Los hombres que no entienden esto, solo desean que las cosas sigan como están. Yo no encuentro mucha sabiduría, tal vez en los más jóvenes. Pero sige siendo difícil y eso hace que las mujeres seamos inquisidoras, acusadas de histéricas, castradas para no abrir la boca...
Por todas esas mujeres que se sienten en la imposibilidad de hablar, yo levanto la voz, y la seguiré levantando...
capito?
la corta reseña sobre VD debe salir en El País, pondré el link...
6 commentaires:
la opresion que ejerce la sociedad para que una mujer sea bella no es exclusiva de los hombres y es un error creer que los hombres tenemos mas responsabilidad que las propias mujeres en ese terreno, cuando es la mujer quien se encarga de perpetuar esa exigencia. Al mismo tiempo, la belleza es un capital con el que se ejerce tambien opresion sobre los hombres y se manipula. Yo estoy harto de mujeres que andan todo el tiempo a la defensiva y me tratan como si de pronto quisiera conquistarlas cuando solo quiero ser amable. Eso se llama paranoia. En ese sentido, los hombres tambien somos victimas, las exigencias son multiples y habria que ver si esa opresion social es mayor de un lado o del otro.
Otra cosa, no entiendo eso de "un hedonismo concreto".
Las diferencias existen y son innegables. Lo importante es si uno les confiere un valor de superioridad o no a esas diferencias. He ahi el origen o no de los problemas: Nuestras propias reacciones a las mismas.
Y aun cuando no podemos evitar sentir lo que sentimos en determinadas circunstancias(problemas de culturizacion, determinismos biologicos), es cuando la razon debe imponerse con el objetivo de mitigar nuestras respuestas irreflexivas. Hacemos dano muchas veces sin ser nuestra intencion, sin saber que lo hacemos. Y eso debe tomarse en cuenta, aunque ello no nos libere de nuetras responsabilidades. Una vez mas la inteligencia emocional, la empatia (ponermos en el lugar del otro) es lo que nos podria salvar....
En una posicion de ventaja o no, todos estamos atrapados dentro de nuestra piel; y no ha sido nuestra eleccion, lo aceptemos o no.
Y estoy de acuerdo con los cuestionamientos. Es tiempo ya de que algo con lo que no tenemos voz ni voto pueda ser usado de manera diferencial en contra de un grupo que no ha elegido voluntariamente su condicion particular.
Hagamos el amor y busquemos las coincidencias, pues aquel debate sobre las diferencias entre el hombre y la mujer, es una tautologia...
el tema es la opresion que ejerce la sociedad sobre la mujer y si el hecho de agradar a los demas constituye una forma de sumision, nada que ver con diferencias entre el hombre y la mujer.
de pronto es un asunto de percepcion estetica, pues el hombre tambien puede ser bello y ejercer sobre ciertas mujeres aquella manipuladora opresion; pero hay razon en lo que expresas sobre esa especie de "paranoia", pero pienso que esa actitud "defensiva" va por otro lado, de pronto como una excesiva expresion de la autoafirmacion que se pretende alcanzar en medio de un discurso radicalmente feminista que arriba hacia el mismo puerto que el machismo, sera por ello que un amigo psicoanalista me comenta sobre esa novisima tendencia en ciertos hombres hacia los travestistas por el hecho de ser de un intento de feminidad "pura", es decir, elegida y vacia de "dogma". mi primer comentario quizas estuvo contaminado porque siento que los caminos que transitan el hombre y la mujer en estas epocas, se bifurcan a veces irreconciablemente, en contra de un intimo deseo de encontrarnos nuevamente y sin reservas, para enfrentar desde una encrucijada, retos mas graves que nos depara el futuro cercano
la vaina esque uno tiene miedo del otro y viceversa nada mas
tanto floro
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