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jeudi, mars 30, 2006

Invitacion

La invitación de Patricia a escribir en su blog mientras su computadora se arregla es una manera de unir a sus amigos con sus lectores y con quienes leemos palincestos y nos quedamos callados, disfrutando tranquilamente de sus aires sosegados y reflexivos. Mientras tanto, desde la ventana de mi casa, oigo regar un jardín, son las seis de la tarde de los primeros días de un otoño neblinoso que a ratos, a veces largos, permite el paso del sol. El agua cae sobre las plantas, lo hace con un sonido que recuerda la lluvia, una lluvia tropical que en Lima desconocemos. A esta hora los colibríes ya han desaparecido, pero dos palomas entre aletazos y picotazos no sé si se enamoran o pelean. En la calle la gente discute de política, las elecciones se acercan y las pasiones se han desatado. Y todo parece indicar que seguimos dando vueltas a lo mismo, y la miseria, y el hambre, y las enfermedades, y la ignorancia, y la indiferencia, siguen esperando la magia, así, que de pronto los problemas se resuelvan sin mayor esfuerzo, que alguien, hombre o mujer, realice el milagro. Mientras tanto abro las páginas de un libro que encuentro sin querer sobre una mesa: Los hijos del limo: “No es una casualidad que el dogmatismo y el sectarismo hayan acompañado a los movimientos revolucionarios del siglo XIX y XX; tampoco lo es que una vez en el poder, esos movimientos se transformen en inquisiciones que periódicamente realizan ceremonias reminiscentes de los sacrificios aztecas y de los autos de fe.” Pero aquí en América Latina, lo sabemos bien, la ferocidad también ha estado del otro lado.

Elba Lujan.

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