Vallée aux Loups, 4 de marzo.
Anoche, después de visitar la casa de Chateaubriand, no he podido dormir. Tenía muy presentes los objetos, retratos, manuscritos, cuadros, péndulos, sillones, de la casa. Y sobre todo la mirada de Chateaubriand anciano junto con el retrato de una de sus amantes, Nathalie de Noailles (de paso, el hecho de que el guía se volteara para decirme que me le parecía, me dejó más impregnada), quien terminó alienada. Curiosamente, su gran amor fue, Madame de Récamier, con quien mantuvo una relación a vida, leal, pese a su donjuanismo. Madame de Stael, quien introdujo el Romanticismo en Francia y fue una mujer muy libre y seductora, fue una de las mejores amigas de Récamier, admirada por su inteligencia y su belleza. Uno de los grandes amores de Madame de Stael, fue Pedro de Souza (quien fue después rey del Brasil), recuerdo haber hablado de eso en un blog. El hecho de ver un retrato de Madame de Stael en uno de los salones de la casa, más lo que he mencionado líneas arriba, me pusieron alerta con todas esas sensaciones. Mientras dormía, llegaban ruidos de lechuzas, pájaros, ventanas que se golpeaban, etc. La imagen de un cuadro representando una escena de René, otra novela de C. se me aparecía por ráfagas. La verdad que tuve miedo, pero pensé que esa mentalidad supersticiosa nos viene de sudamérica, pero también de mi infancia en la que siempre han habido historias de aparecidos y fantasmas. Recuerdo muy bien las escenas de pánico en la casa de mi abuelo, en Cora-Cora, donde tenía su hacienda. Entonces decidí encontrarle una explicación lógica al ruido y concluí que era Odeur, el gato de la Residencia quien subía y bajaba por la escalera y hacía ruido. En realidad terminé por dormirme en medio de esa imágenes, entre el miedo y la fascinación.
Luego traduciré el fragmento de Duras. Y sobre los bares, hay algunos agradables, pero son raros... de todas formas lo que no me satisface es mantener una conversación en medio del ruido, eso me parece agotador.
2 commentaires:
Quién sabe Patricia, quién sabe si en realidad fue el gato.
Erika.
Unos sueños entre sobresaltos y elán poetic, diría yo...
Y es que lo que cuentas y cómo lo cuentas es lo enigmático y atrayente...
Ah, y claro, no debe haber tanto ruido. Hay días en que los bares están a medio llenar en sus espacios y es muy grata esa sensación de tener el bar para uno :)
Un gran salute Patricia.
Enregistrer un commentaire