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lundi, juin 27, 2011

Altos pirineos, el Tao

Abro la ventana, respiro el olor a bosque, y siento el ruido de un río que corre muy cerca. No puedo evitar relacionar siempre los lugares con los libros que he leído: Los Pirineos me hace imaginar escenas de La princesa de Cleves, de Madame de Lafayatte. Lo lei cuando hacía esutudios en Toulouse, recuerdo que mi directora de tesina, una mujer enredada y culta, me recomendó leerlo. También lei a Marguerite de Navarre... Y repito, la veo a ella, La princesa encerrada en su casa de los Pirineos, decidida a renunciar al amor y a vivir el duelo de las muerte de su madre.

Y este estado, el de estar tan bien en un lugar (recuerdan lo de avanzar, hacia...) tiene que ver con ideas, intuiciones que he ido teniendo y que luego he encontrado escritas, en un libro del Tao, por ejemplo, y luego,  en el aeropuerto, mientras esperaba a Olivier, un libro de Confucio. Son instantes en que cuando leemos un fragmento, un texto, cualquiera que sea, nos habla directamente, como si fuese en voz alta. Sigo oyendo el río, si lo oyesen....

faltan dos días para Venecia.....
Hoy es hoy, y quiero detenerme en cada sitio, cada lugar, para sentir,
Una frase del Tao: la vida es movimiento, fluidez, pero también en la contemplación, en el silencio...

releo El extranjero, de Camus.... es que tengo las escenas de la película de Visconti y su lectura se me hace más plástica.

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