He estado leyendo estos últimos días las cosas que van apareciendo en FB sobre le Perú y las recientes elecciones, concretamente sobre la última columna de Mario Vargas Llosa sobre el Presidente electo Ollanta Humala,
La derrota del fascismohttp://www.elpais.com/articulo/opinion/derrota/fascismo/elpepiopi/20110619elpepiopi_11/Tes, publicada en el diario El país. Me quedo perpleja al leer una serie de comentarios agresivos, extremadamente indignados, a veces tan infantiles, sobre las opiniones de este artículo. Sin que VLL necesite que lo defiendan, en este texto en especial, dice cosas que son innegables, la primera, que el periodo de Fujimori contó con el apoyo de una gran mayoría de peruanos, secondo, que los tres puntos de diferencia entre Keiko Fujimori y Ollanta Humala, es inquietante, tercio, que la sociedad peruana no tiene una cultura democrática porque no la vive, es decir, toda democracia se debilita cuando una gran mayoría se siente en peligro y busca un "chivo expiatorio", un culpable de sus males, el emigrante (como sucede en Francia), el "izquierdista", como sucede el Perú, o el "olvidado", como piensan aun ciertas personas de los sectores A y B sin sentirse autorizadas a decirlo en voz alta. Que haya dicho que la clase empresarial no es noble ni ética, ¿por qué duele y sorprende? Es una verdad a gritos, lo único que no dice MVLL, es que todo sistema de capitalismo desenfrenado crea una indolencia, una impunidad, y una inconsciencia casi feliz y sin escrúpulos. Ahora, tal vez lo que más ha molestado a mis compatriotas, es que haya dicho que, de pronto, "todo el mundo es Humalista", ¿cómo así?. Y es cierto, de pronto todo el mundo habla del tema "social", de "redistribución de riquezas", todo el mundo se siente andino, peruano, etc... Una especie de exacerbación del patético:
tengo el orgullo de ser peruano..., que nos puede encerrar en un esencialismo que siempre excluye al que no clasifica en esa categoría. Ser de izquierda, desde que se desmitificó el montaje izquierda equivale a Sendero, se ha convertido en una divisa en las bolsa de los valores éticos, ya no da verguenza, ya no es de mal gusto ni te identifica con el
cholo, sino con una clase privilegiada, menos nacional, que lava su mala consciencia de una vez por todas. Pero, no solo sucede en el Perú, sucede en todas partes, en Francia, por ejemplo, en que una mayoría dice ser de izquierda, y vota a izquierda, pero
siente como alguien de derecha (xenofobia, justificación de los rumanos hace poco, reacciones de las mujeres hacia temas sociales que las conciernen, etc). Francois Mitterrand, con un cinismo que a veces lo caracterizaba, dijo una vez:
La France est de droite! Y qué dirían Francois Mauriac, Drieu la Rochelle, Paul Claudel, Michel Houellebecq, Richard Millet, Alain Finkerkrault, y la lista es larga
Y sí, de derecha quiere decir, conservadora, desconfiada, aferrada al pasado (hay que ver la taxidermia de esta derecha sobre el idioma francés, sobre la doble nacionalidad, etc) y anti-globalización. Si la globalización empezó con la libre circulación de la información, la "des-globalización" significa encerrarse en su provincia o región y sus valores locales (de paso la información local, lo que sucede al lado de mi casa, poco importa que 40 millones de personas mueran de hambre en el mundo), de alguna forma en rechazar al (o "la") que no se nos parece, en juntarse con la persona de al lado, aquella que no nos despersonalice con sus "cosmopolitismo", y menos con otro idioma y otras costumbres, que juntos, en endogamia, podemos ser felices. No hay ningún riesgo, todos encerrados en nuestra cueva del Cíclope!
Es lo que me da desconfianza en el proceso que vivimos en América Latina, lo que revela esta opinión desenfrenada, agresiva, mezquina y poco democrática que busca una imagen de una policefalia (Keiko/Ollanta), unida por el tronco, pero sin disonancias ni grandes cambios. Por democrática entendemos debate, diálogo, no agresiones ni insultos. Puede darles mucha cólera a la mayoría de peruanos que VLl diga lo que piensa (la honestidad como afronta sus dudas, e incluso incoherencias, puede resultar intolerable para muchas personas), lo importante es que lo dice, y aunque cometa excesos como decir que en Chile hay un gobierno de izquierda (de acuerdo por el Brasil y el Uruguay, pero...) es ingrato que las respuestas sean un mar de injurias. Yo creo que podemos y debemos estar a la altura del voto que hemos dado a una democracia más justa. Si queremos que nuestra imagen nos guste, habrá que trabajar todoas, porque siempre podemos ser mejores, nosotroas que somoas tan arriesgadoas...
¿seremos?